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Cuando tuvo carrera y premios suficientes como para ocupar portadas y explayarse sobre sus inicios, Diane Keaton confesó que su primer referente, la actriz en la que se miró cuando decidió iniciar su camino en la interpretación, fue Katharine Hepburn. No pudo decir más con menos, pues explica perfectamente tanto su sentido del estilo como su feminidad revoltosa e independiente. Hablamos de las dos mujeres que mejor han llevado los pantalones en Hollywood hasta la fecha.
Los pantalones masculinos, bien anchos y de pinzas, son la seña de identidad de Diane Keaton tanto como la corbata, el chaleco y el sombrero fedora. Se sostuvieron en su armario desde los años 70, cuando formaron parte del armario de cualquier chica a la moda de la época. Esa fue la década prodigiosa de Diane Keaton, aunque debutó en 1968 en Broadway (en una producción de 'Hair' en la que se negó a desnudarse), después de cuatro años cantando en clubs neoyorquinos. Era otra chica más llegada de Los Ángeles con la vista puesta en el teatro musical que dejaba atrás sus tragedias.
El primer casting que pasó al dejar 'Hair' fue el de una obra de Woody Allen, 'Sueños de un seductor', por la que la nominaron a un Tony. El director estuvo a punto de no cogerla porque era más alta que él. Poco después debutó en el cine, pequeños papeles en filmes intrascendentes, y en la publicidad, con un anuncio de desodorante. En 1972, Francis Ford Coppola le dio el papel de Kay Adams, esposa de Michael Corleone, en la saga de 'El Padrino'. Dicen que la fichó por su fama de excéntrica.
Durante esa década, se convirtió en la actriz fetiche y pareja intermitente de un entonces prometedor Woody Allen: protagonizó la versión cinematográfica de 'Sueños de un seductor' (1972), 'El dormilón' (1973), 'Amor y muerte' (1975), 'Annie Hall' (1977), por la que ganó su primer y único Oscar, 'Interiores' (1978) y 'Manhattan' (1979). Keaton desveló que el personaje de Hall, una chica alegre, algo insegura y fundamentalmente honesta, era una versión idealizada de ella misma orquestada por su entonces pareja.
Sin una frontera demasiado definida entre Annie Hall y Diane Keaton, la actriz quedó investida como la mujer que definió un nuevo tipo de feminidad compleja, encantadoramente torpe y a veces contradictoria. ¿Quizá un antecedente de lo que, cuatro décadas más tarde, conocimos como la 'manic pixie girl'? Para el caso, Keaton recogió su Oscar con una americana de lino beis sobre dos faldas del mismo tejido y color, camisa blanca, corbata negra y tacones con calcetines.
«Keaton me tomó por sorpresa en Annie Hall», reconoció la crítica de cine feminista Molly Haskell sobre la actuación de Keaton. «Su interpretación fue más allá de la típica protagonista excéntrica: le dio los toques finales a un tipo, la antidiosa, la 'shiksa' [así llaman a las chicas no judías que salen con judíos] dorada de provincias que parece genial y serena, pero que solo tiene que abrir la boca o moverse espasmódicamente para revelarse como la chapucera insegura que es. A su manera, un desastre social tan completo como el intelectual lujurioso del West Side que interpreta Allen».
Tras romper con Allen, Diane Keaton inició una relación de cinco años con Warren Beatty, entonces el actor más guapo de Hollywood. Bajo su dirección rodó 'Reds' (1981), por la que recibió su segunda nominación a los Oscar. Luego llegaron dos más'La habitación de Marvin' (1996) y «Cuando menos te lo esperas» (2003), aunque la gran mayoría de su carrera giró alrededor de comedias amables y con mucha vocación comercial. Su relación más longeva la unió a Al Pacino durante más de dos décadas de manera informal e intermitente: desde el rodaje de El Padrino II (1974) hasta El Padrino III (1990).
Soltera recalcitrante, Diane Keaton decidió convertirse en madre a los 50 y adoptó a su hija Dexter (bautizada así por el personaje de Cary Grant en 'Historias de Filadelfia') y a su hijo Duke. Fueron el gran amor de su vida, junto a su madre y su hermano. «Lo fue todo para mí», dijo de su progenitora tras su fallecimiento en 2008, tras más de una década como enferma de Alzheimer. «Era maravillosa y me dio ejemplo de todo lo que puedes conseguir en la vida. Ponía el corazón en todo lo que hacía». La actriz también cuidó a su hermano Randy, enfermo mental, hasta su fallecimiento en 2021.
En el cine, además de ganarse el respeto y cariño de la profesión gracias a su humildad no impostada y a una generosidad legendaria en los sets, Diane Keaton dirigió y produjo filmes y series de televisión. Suya es la dirección del videoclip de 'Heaven Is a Place on Earth' (1997), de Belinda Carlisle o la producción de 'Elephant' (2003), de Gus Van Sant. También convirtió su afición a la fotografía en otra práctica creativa afín y hasta editó varias series fotográficas. No se privó de un hobbie carísimo: la preservación de casas con arquitectura histórica.
Estrellas que conocieron bien a Keaton quisieron dejar unas palabras en su memoria en sus redes sociales. Bette Midler, coprotagonista en The First Wives Club, escribió: «La brillante, hermosa y extraordinaria Diane Keaton ha muerto. No puedo expresar lo insoportablemente triste que me pone esto. Era divertidísima y carecía por completo de malicia y de la competitividad que uno esperaría de una estrella así». Por su parte, la actriz y directora Elizabeth Banks declaró: «Todos la idolatramos. Su influencia en la cultura, la moda, el arte y las mujeres es innegable. Era una delicia. Estoy orgullosa de tener una carrera que me permitió conocerla y respirar su aire».
El actor y director Ben Stiller también le rindió homenaje: «Diane Keaton. Una de las mejores actrices de cine de todos los tiempos. Un ícono del estilo, el humor y la comedia. Brillante. ¡Qué persona!», escribió. Jane Fonda publicó las siguientes frases en las redes: «Cuesta creer… o aceptar… que Diane haya fallecido. Siempre fue una chispa de vida y luz, riéndose constantemente de sus propias debilidades. Con una creatividad sin límites en su actuación, su vestuario, sus libros, sus amigos, sus hogares, su biblioteca, su visión del mundo. Era única. Y, aunque no lo supiera o no quisiera admitirlo, ¡era una excelente actriz!».
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.