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Adiós a los ruedos

La historia de amor de El Juli y Rosario Domecq: por qué los padres de la novia se oponían a su relación

Julián López Escobar y Rosario Domecq tuvieron la boda del año en 2007 con todo tipo de invitados, incluso Enrique Ponce sin Paloma Cuevas. Este fin de semana, el diestro se ha despedido del mundo del toreo en la Maestranza de Sevilla.

El Juli y Rosario Domecq se casaron un 20 de octubre de 2007 en Jerez de la Frontera. gtres

Fue la boda del año de aquel 2007. Él, Julián López, «El Juli», era un niño prodigio del toreo; ella, Rosario Domecq Márquez , descendiente de una de las familias con más alcurnia de Andalucía. El enlace se celebró en la capilla de Santa Catalina del Convento de Santo Domingo, de Jerez, el 20 de octubre, a la una de la tarde, ante 400 invitados y miles de curiosos que se agolparon a la entrada de la IglesiaEntre los invitados, toreros, aristócratas y figuras del mundo del espectáculo.

Acudieron Raúl Gracia «El Tato», Lucía Dominguín Bosé, Alejandra Ortiz Domecq, Curro Vázquez, el exalcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, Caritina Goyanes, Javier Conde y Estrella Morente, Enrique Ponce sin Paloma Cuevas o Finito de Córdoba y Arancha del Sol. La novia llegó en calesa con su padre, el exjugador de polo y ganadero Pedro Domecq y Urquijo.

Blanca y radiante, como mandan los cánones, Rosario lucía un juvenil diseño de Miguel Palacio, con tirantes, en seda duquesa, blanco roto, decorado con un cinturón de pasamanería, y sujetaba el velo con una espectacular tiara de diamantes y perlas perteneciente a su abuela paterna, Paloma Urquijo. El banquete de bodas se celebró en la Casa Palacio Domecq, propiedad de los Domecq desde el siglo XVII.

El noviazgo de Rosario y El Juli, Julián López, había durado seis años y lo habían llevado con total discreción. La misma que ha caracterizado siempre a Rosario Domecq durante todos estos años de carrera del torero. Iniciaron su relación a comienzos de los años 2000. El Juli tenía entonces solo 18 años, pero ya era una gran figura. Pero le costó bastante conquistar a Rosario. El Juli es hijo de un modesto novillero con el mismo sobrenombre y con solo ocho años se puso delante de una becerra en una fiesta campera. Con 12 años, se vistió de luces por primera vez en Francia.

El Juli y su mujer Rosario Domecq, este fin de semana en la despedida del toreor en La Maestranza de Sevilla. gtres

Cómo ha sido la vida de la pareja y cómo será tras la retirada del Juli

Rosario, una joven morena y muy atractiva, tenía 22 años cuando se conocieron y acababa de terminar sus estudios de Comunicación en Barcelona. Trabajaba en una conocida galería de arte en Madrid. Sin embargo, los primeros pasos del noviazgo fueron difíciles. Los padres de Rosario no veían con buenos ojos la relación con un torero que expondría a los medios a su hija.

La madre de Rosario, Rosario Márquez Amilibia, es de ascendencia vasca, hija de Fernando María Márquez Patiño, conde del Paraíso. Sin embargo, la pareja llevó su relación con total reserva y eso allanó el camino para que los padres de la novia aceptarán el noviazgo. Cuatro años después de celebrar su matrimonio, nacieron sus dos hijos mellizos, Rosario y Fernando, y en 2014, nació su tercera hija, Isabel.

El Juli nunca se ha negado a una entrevista, siempre que tuviera que ver con su trabajo, y Rosario nunca ha aceptado participar en reportajes, entrevistas o posados, a pesar de ser una de las mujeres más elegantes del panorama nacional. En su cuenta de Instagram publica mensajes celebrando los éxitos de su marido, como el de este fin de semana, con una impresionante panorámica de la Puerta Grande de Las Ventas y el torero a hombros de la afición. Al igual que a su marido, a Rosario le encanta el campo.

Vive dedicada a su familia, en Madrid, aunque pasan largas temporadas en la finca extremeña de El Freixo, en Olivenza, Badajoz, durante el invierno, y se instalan en Sotogrande, en Cádiz, durante el verano. A Rosario le encanta la moda y entre sus amistadas figuran la diseñadora Laura Vecino, la interiorista Frida Beca o la modelo Teresa Baca.

Rosario y sus hijos han sido el gran apoyo del torero durante todos sus años en los ruedos. Nadie como Rosario conoce los sacrificios que ha tenido que hacer su marido hasta llegar a lo más alto. Ella, según ha contado él en alguna ocasión, es el centro de su vida, siempre al corriente de todo lo que le sucede y de todas las decisiones buenas y malas que ha tomado, pero en un segundo plano, acompañándole a todos los festejos que puede, aunque suele sentarse de manera que no llame la atención. Ahora, tras su retirada, El Juli disfrutará de Rosario y sus hijos.