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La trágica historia de Maye Musk, la madre top model de Elon Musk que posa en bañador a los 74 en Sports Illustrated

Maye Musk pudo comerse el mundo como modelo, pero tuvo que huir de Sudáfrica para escapar del maltrato. En Canadá se hizo nutricionista y sacó adelante a sus hijos, entre ellos a Elon Musk, el hombre más rico del mundo. El destino le ha premiado con una portada: la de la revista Sports Illustrated.

Maye Musk no es solo la madre de Elon Musk, el hombre más rico del mundo. Se ha convertido en la modelo mayor de 70 más famosa del mundo gracias a la portada de Sports Illustrated. getty images

El destino la está premiando con una visibilidad y un reconocimiento a su elegante porte a los 74 años, prueba de que nunca es tarde, sobre todo si tu hijo es el hombre más rico del mundo. Mientras Elon Musk le roba el aliento a los inversores tech del mundo, inquietos ante sus idas y venidas en la adquisición de Twitter, Maye Musk aparece radiante en la portada del especial baño de la revista Sports Illustrated. Estamos, probablemente, ante la 'cover' más esperada del verano, donde se visibilizan la política de los cuerpos (lo de los bañadores y bikinis es secundario) en el mainstream global. Atención a la nómina de este año, con cuatro mujeres absolutamente diversas: Kim Kardashian, la diosa global de la influencia; la cantante holandesa-japonesa, modelo de tallas grandes, Yumi Nu, de 25 años; la cantante Ciara, de 35 años y Maye Musk, divina con más de 70 y la modelo más influyente del mundo después de los 60.

La carrera en la moda y la belleza de Maye Musk, un recuerdo de juventud que había quedado para el relato nostálgico, reflotó en cuanto el perfil social de su hijo Elon, el más mediático, comenzó a llamar la atención a los medios globales. Su increíble ascensión en la lista de los hombres más ricos del mundo, que ahora lidera, y su manera de estar en las redes sociales, ahora en rojo vivo por su interés en comprar Twitter, ha rescatado para los focos a su madre, que ha sabido aprovechar su momento. Con 65 años, cuando aún no era tan mediática como ahora, apareció en el vídeo de la canción Hounted de Beyoncé. La cantante de Texas se fijó en su preciosa cabellera blanca (dejó de teñirse a los 59) y su porte elegantísimo. Después ha protagonizado distintas campañas para firmas de moda y belleza y hasta se ha desnudado para la revista New York. Tenía 63 años.

De origen canadiense, Maye Musk llegó a Sudáfrica en 1950 con sus padres, Joshua y Winnifred Haldeman, quiroprácticos y aventureros, y sus cuatro hermanos. Todos se establecieron en Pretoria, la capital administrativa del país. A los 15, Maye empezó a trabajar como modelo en la agencia de una amiga de su madre, mientras estudiaba dietética. A los 20 años fue finalista de Miss Sudáfrica, pero interrumpió su carrera emergente al casarse al año siguiente con Errol Musk, un brillante ingeniero sudafricano que hizo dinero en los negocios de la construcción y la minería de esmeraldas. La pareja tuvo tres hijos en tres años: Elon, Kimbal y Tosca. Desafortunadamente, la vida con él fue un infierno y Maye tuvo que soportar hasta palizas, según ha relatado en varios libros. Aunque quiso romper inmediatamente el matrimonio, no se pudo separar hasta 1981, cuando se aprobó la ley sudafricana del divorcio. Fue entonces cuando huyó, con lo puesto y sus tres hijos, a Canadá. Allí comenzó de cero como nutricionista y dejó atrás su profesión de modelos.

Elon Musk fue un pobre niño rico. Y, de hecho, muchos quieren ver en su trágica infancia, llena de desencanto, infelicidad y abusos, el motor que impulsa su infinita ambición de poder y aventura. Está claro que no es un hombre como los demás, aunque existe otro factor que puede explicar su auténtica obsesión con la conquista, hasta del espacio: sufre Asperger, un trastorno del espectro autista que afecta a varias áreas del desarrollo personal. Su caballo de batalla es la interacción social, tienen dificultades para reconocer las emociones ajenas y para expresar las propias y se absorben fácilmente en tareas que exigen mucha atención al detalle y son repetitivas. También buscan la aceptación social, en su caso la de todo el planeta Twitter, la plataforma que acaba de comprar por 44 billones de dólares.

Qué enfermedad sufre Elon Musk

Su madre, que no sufre Asperger, tiene en todo caso el mismo deseo. Hace unos días, Maye Musk se indignó en Twitter porque Joe Biden el presidente de Estados Unidos, y Kamala Harris, su vicepresidenta, han ignorado los nuevos vehículos espaciales de la compañía interestelar de Elon Musk, SpaceX. Tampoco promocionan desde el gobierno los vehículos eléctricos de Tesla porque Musk no permite sindicatos en sus empresas.

No es fácil discernir entre leyenda y realidad en la biografía de Elon Musk (1971, Pretoria), aunque sí es cierto que su infancia fue todo menos bonita. Sus padres, la modelo Maye Musk y el ingeniero de minas Errol Musk, se divorciaron cuando él tenía 9 años. En una decisión de la que luego se arrepentiría, Elon decidió quedarse a vivir con su padre, multimillonario gracias a su participación en unas minas de esmeraldas, y su hermano Kimbal. El dueño de Twitter ha confesado que ya entonces se acostumbró a robarle esmeraldas a su padre, que además era un hombre difícil, frío y agresivo que nunca creyó en Elon. No entendía su comportamiento. «Mientras la mayoría de los chicos iban a fiestas, bebían y hablaban de todo o practicaban deporte, Elon prefería quedarse en la biblioteca», comentó él en alguna ocasión. Para Errol, Elon era muy blando. De ahí que tampoco le protegiera cuando sufrió episodios de bulling en el colegio. En uno de ellos, el dueño de Tesla terminó en el hospital. Sus compañeros de clase le propinaron toda una paliza.

¿Por qué Elon Musk odia a su padre?

En una entrevista publicada en Rolling Stone en 2017, Elon Musk desveló su problemática relación con su padre, un personaje ciertamente inquietante. Musk hijo mostró cierta admiración, al contar que tiene un coeficiente de inteligencia de genio y que fue la persona más joven en graduarse en ingeniería en Sudáfrica. Sin embargo, en su trato familiar era intratable. No por el abuso físico, sino por cierto maltrato psicológico. «Es malvado. No te quepa duda de que siempre tiene un plan malévolo y bien diseñado en marcha», dijo Elon Musk sobre su padre. «Es un ser humano espantoso. Cualquier cosa ilegal en la que puedas pensar, ya la ha hecho», contaba al periodista con lágrimas en los ojos. Parece que esto es cierto: Errol Musk llegó a matar a tres personas de un grupo de cinco ladrones que intentaron entrar en su casa. Retiraron los cargos contra él por defensa propia.

«Tiene mucha facilidad para conseguir que todo el mundo sea desgraciado, eso es seguro», confesó Musk sobre su padre. «No es un hombre feliz. No sé cómo se convierte uno en alguien así. Y prefiero no hablar más para no causar problemas», remató el millonario dueño de Twitter. Un año después, en 2018, el mundo supo que Errol Musk había tenido un hijo con su hijastra, Jana Bezuidenhout, a la que crió desde los cuatro años. Mucho antes, Elon Musk ya había acordado con su primera mujer, Justine, que no dejarían que sus hijos conocieran a su abuelo.

Por suerte para Elon Musk, tras terminar el colegio pudo mudarse a Canadá con su madre, Maye, y sus dos hermanos, Kimbal y Tosca. Ella había huido al nuevo mundo en cuanto se aprobó la ley del divorcio en Sudáfrica:, pero se llevó consigo nueve años de maltrato por parte de Errol Musk. Tuvo que empezar de cero y comenzó a trabajar como nutricionista en su propio negocio, un emprendimiento modesto que no tenía nada que ver con los lujos que Kimbal y Elon habían disfrutado en Sudáfrica. Todos arrimaron el hombro a su manera. Crié a mis hijos para que fuesen independientes, amables, honestos, considerados y educados, para que trabajasen duro e hiciesen cosas buenas», escribió Maye en su autobiografía. «No les traté como si fuesen bebés ni los regañaba. Nunca les dije qué estudiar. Ellos me decían lo que estaban estudiando, o no. Nunca comprobé que hubiesen hecho los deberes: era su responsabilidad. Y ya se ha visto que no es algo que haya hecho daño a sus carreras. Creo que tanto mis hijos como yo nos beneficiamos de asumir esas responsabilidades tan pronto«.

«Cuando se hicieron mayores, mis hijos se hicieron responsables de sus propios futuros a través de sus decisiones: a qué instituto ir, a qué universidad apuntarse», sigue escribiendo Maye Musk. «Todos los formularios, inscripciones y todas las peticiones de becas los hicieron ellos. Mis hijos se beneficiaron porque me vieron trabajar muy duro simplemente para que tuviesen un techo, comida y ropa de segunda mano. Cuando fueron a la universidad, vivieron en condiciones bastante pobres: colchones en el suelo, seis compañeros de piso, casas que se caían a pedazos. Pero no les importaba. Si tus hijos no están acostumbrados al lujo, pueden sobrevivir bien. No tienes que malcriarles. Cuando estés segura de que tus hijos están fuera de riesgo, deja que cuiden de sí mismos.

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