El más misterioso del clan
El más misterioso del clan
Superada la etiqueta de nepo baby y tras la multimillonaria venta de todo su catálogo, Enrique Iglesias cumple 50 años instalado en el momento vital que ha elegido ocupar después de tres décadas de exitosa carrera: lejos de la exposición mediática, retirado de los escenarios y disfrutando de la intimidad de su vida familiar en su lujosa mansión de Miami junto a sus tres hijos y su pareja, la extenista Anna Kournikova.
Alejado en buena medida de los grandes eventos familiares del clan Iglesias-Preysler, eso no significa que el cantante mantenga una mala relación con sus hermanos, fruto de los matrimonios de su madre, Isabel Preysler, con Julio Iglesias, Carlos Falcó y Miguel Boyer: Chábeli, Julio José, Tamara y Ana. Se desconoce si tiene algún trato con sus hermanos menores, los habidos por Julio Iglesias con su segunda mujer, Miranda.
Pese a que no les vemos compartir a menudo selfies en las redes sociales, a los celos artísticos que se les han achacado (que parecen más bien leyendas urbanas) y a que viven separados por miles de kilómetros entre Estados Unidos, España y Catar, los hijos de la reina de corazones han demostrado a menudo que forman un equipo unido.
La relación entre Julio Iglesias y su hijo Enrique no ha sido siempre la más cariñosa. La noticia de que iba a seguir los pasos musicales de su padre no gustó nada al intérprete y tuvieron una gran bronca. «Me peleé con él, hice las maletas y me fui de casa», confesó Enrique Iglesias en una entrevista con Televisión Española. Su particular lucha de egos les tuvo diez años separados hasta que hicieron las paces finalmente.
Mucho más fluida ha sido la relación entre los hermanos, desde que eran pequeños. Tamara Falcó ha subrayado en muchas ocasiones de la gran complicidad que ha tenido con Julio y Enrique. Por ejemplo, a menudo les dedica fotos en sus redes sociales con motivo de sus cumpleaños. «Te quiero con locura», era una de las dedicatorias que enviaba la marquesa de Griñón a Enrique, al que llamaba cariñosamente «Henry», demostrando una vez más la buena relación que poseen.
Mientras que a Julio José le considera su mejor amigo y también le hemos visto muy cercano a Ana Boyer, es cierto que con Chábeli mantiene una relación cordial pero algo más distante. Esta se ha pronunciado sobre la tensión entre su padre y su hermano diciendo en TVE que «a veces uno dice cosas, pero en el fondo del alma uno no siente. No estoy segura de si a mi padre le molestó que Enrique no le contase sus planes, pero lo que sí sé es que mi padre está orgullosísimo de él y de que los dos se quieren muchísimo».
Esta cordialidad fraternal choca, en cambio, con su ferviente negativa a aparecer en eventos familiares, sobre todo en las bodas más recientes del clan. Los poco habituales encuentros del cantante con los suyos son siempre privados y solo nos llegan a través de las redes sociales y cuando los protagonistas quieren compartirlos.
No vimos al cantante en el 'sí, quiero' de Ana Boyer y Fernando Verdasco en la isla de Mustique, ni tampoco unos años después en la todavía más mediática boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva. Pero la aristócrata le disculpaba en las páginas de ¡Hola! diciendo que «mi hermano Enrique no ha podido venir, pero estuvimos con él en Miami unos días antes de la boda. Por supuesto que le echamos mucho de menos».
Sin vender exclusivas como el resto de la familia, su alergia general a la prensa se hace extensiva a este tipo de eventos y también fue baja en la boda de Julio José con Charisse Verhaert en 2021, en la de Chábeli con Christian Altaba en 2001 y en la de su padre con Miranda Rijnsburger en 2010. Tan solo hizo una excepción a esta regla cuando figuró en la lista de invitados de la boda de Chábeli con Ricardo Bofill en 1993. Aunque entonces todavía no era un artista famoso.