Ver fotos
Se le ha visto montando en una zodiac en Ibiza, donde había acudido a pasar unos días de vacaciones con unos amigos, hace pocas semanas. Fiel a su estilo, Jaime de Marichalar vestía traje, corbata y mocasines. En los últimos años lleva una vida muy discreta, dedicado a su trabajo en la moda, y quizá por eso llaman tanto la atención sus escuetas apariciones. Lo vimos también en los últimos desfiles de Alta Costura en París acompañando a su hija Victoria. Llevaba una barba más tupida que la de costumbre que le daba un cierto aire «boho-chic» a pesar de que su estilo sigue siendo, como siempre, el de un «dandy» clásico impecable. En esta ocasión padre e hija asistieron a la pasarela 2020/21 Haute Couture de Invierno de Dior, en el Museo Rodin, de París. Jaime atendió amablemente a los fotógrafos, pero la discreción ha sido su máxima en los últimos años, en los que apenas le hemos visto dando algún paseo, y comprando algún obsequio, acompañado de sus hijos, con los que tiene una muy buena relación, en el exclusivo barrio de Salamanca de Madrid. Jaime posee un tríplex en la zona. Tiene fama de ser muy buen anfitrión. Pero, a sus 58 años y 21 después de separarse de la Infanta Elena, su máxima es pasar desapercibido.
Sus frecuentes viajes a París y a otros países son siempre por motivos profesionales. Parece que Marichalar ejerce, desde hace tiempo, de asesor de confianza de Bernard Arnault, propietario del conglomerado del lujo LVMH, uno de los más importantes del mundo, al que pertenecen marcas como Dior, Louis Vuitton o Ruinart. Hace dos años fue nombrado consejero de Fendi Retail Spain, con sede en Barcelona. Es además consejero de Loewe, otra de las marcas del Grupo. También ha asesorado en cuestiones de marca y diseño a los joyeros Esteban y Rosa Rabat, amigos suyos desde hace tiempo. La gran sorpresa de los últimos tiempos es que ha fundado una empresa de sastrería junto con dos socios, Federico y Goyo Fernández: se llama BCorner y se dedica a la sastrería masculina a medida de alta calidad.
En los últimos tiempos se le ha visto con Felipe y Victoria en el Mutua Madrid Open 2021 de tenis o en la reapertura de la plaza de toros de Las Ventas tras más de un año clausurada por culpa de la pandemia. Él ha acudido recientemente a la exclusiva boda de la «influencer» Lucía Bárcena y el empresario Marco Juncadella, en el Pazo de Oca, en Pontevedra. Su vida social es, pues, intensa, pero siempre en un segundo plano. El recuerdo de los días en que se separó de la Infanta Elena, con persecuciones y falsas informaciones le ha dejado huella. En Francia frecuenta los círculos de la alta sociedad. En Madrid tiene un grupo de amigos al que pertenecen Marisa de Borbón y el matrimonio Abelló. Parece que, cuando Felipe y Federica eran pequeños, el ex Duque pasaba parte del verano en la casa de los Abelló, en Marbella. Además, Marichalar es muy aficionado a los paseos por el campo y se entrena con un preparador. También viaja a Nueva York para ver al doctor Valentín Fuster que es quien le trata en relación con el ictus que sufrió en 2001.
La celebración de sus cumpleaños con sus hijos es siempre una ocasión especial para Jaime. Los cumple el 7 de abril y en la última celebración, que no ha podido ser demasiado llamativa por culpa de la pandemia, Jaime se reunió con sus hijos para comer en un restaurante de Madrid. Para evitar a los fotógrafos suelen salir por separado de los locales. Primero Felipe y luego el padre con la hija agarrándole del brazo. Victoria es especialmente cariñosa con su padre. Y la complicidad de los hermanos, que estudian ambos en la Universidad CIS de Madrid, es evidente. Marichalar conoce ya al novio de su hija, el Dj Jorge Bárcenas, y, de vez en cuando, comen los tres en un restaurante oriental cercano a su domicilio. Lo que más le enfada al ex marido de la infanta Elena son las críticas hacia sus hijos, que han sido numerosas en los meses de pandemia por no cumplir las normas. Marichalar no está de acuerdo con estos incumplimientos, pero tampoco con la agresividad de algunos comentarios.
Marichalar no tuvo nunca una buena relación con Doña Sofía, según relata la periodista Carmen Enríquez en «Nuestra reina». En uno de los capítulos explica que doña Sofía no convencida de que Jaime de Marichalar fuera «el adecuado» para la infanta Elena, porque tenían intereses diferentes. En la actualidad, la relación de Marichalar con los miembros de la familia real es inexistente y con la infanta Elena es distante. Parece que ella es más laxa en asuntos en los que Marichalar es más rígido.
Sin embargo, en algunas ocasiones se le ha podido ver saludando a los reyes de España, con los que ha coincidido en algún acto y con quienes parece que mantiene una cordial relación. Se dice que Jaime apoyó a la entonces princesa Letizia, cuando entró a formar parte de la familia real.