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Las letras en habla hispana están de luto. Pocos escritores vivos han alcanzado la excelencia del fallecido Mario Vargas Llosa, muy merecido premio Nobel de Literatura y artífice de magnas obras como Conversaciones en la catedral, La ciudad y los perros o La fiesta del chivo. En estos días también se está glosando su influencia política en las últimas décadas que le granjeó grandes enemistades en especial en Hispanoamérica, pero su enemistad más célebre es la de Gabriel García Márquez.
Su gran relación de amistad comenzó de manera epistolar en los años 60 y convivieron como las dos grandes estrellas del boom de la literatura hispanoamericana, intercambiando elogios, ensayos y gestos que parecían poco comunes entre figuras de su gran calado. Carmen Balcells, su editora y representante, los definió como «Vargas Llosa es el primero de la clase y García Márquez un genio».
Más allá de las diferencias políticas que empezaron a tener en torno a la figura de Fidel Castro, al que al principio ambos apoyaron, cuentan que sus discrepancias nacieron por el apoyo que Gabo y su mujer dieron a Patricia Llosa, prima y mujer del autor de Pantaleón y las visitadoras, cuando estuvieron temporalmente separados. La furia estalló en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México cuando García Márquez fue a saludar al que había sido su amigo y este le propinó un puñetazo.
Dicen que Vargas Llosa le dijo al que sería desde entonces su némesis: «Esto es por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona». Ninguno de los dos escritores volvió a hablar en público de esta situación, se da por hecho que no mantuvieron encuentros en privado y el propio Vargas Llosa prohibió durante un tiempo que se reeditara el ensayo Historia de un deicidio que había publicado sobre su amigo.
Vargas Llosa fue activista político, a través de sus conferencias, sus manifestaciones públicas y sus habituales artículos en prensa. No se anduvo con paños calientes a la hora de labrarse una considerable nómina de enemigos en ese ámbito. El primero de todos fue Alberto Fujimori, con quien se enfrentó en los comicios de 1990 que ganó el ya fallecido dictador peruano. El escritor le denominó «fantoche de los militares» y «ladrón inepto».
El autor de La tía Julia y el escribidor y Las travesuras de la niña chica también disparó con bala a su hija, Keiko Fujimori, en las campañas electorales de 2011 y 2016, pues consideraba que era «la opción de la dictadura». Sin embargo, la apoyó en la campaña de 2021 contra Pedro Castillo, a la postre ganador de los comicios.
Dos ex presidentes argentinos también fueron objeto de sus críticas más severas, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández. Sobre la primera dijo en 2016 que «hizo un gran daño a la Argentina». Sobre este último fue más duro aún y manifestó lo siguiente: «Esa vocación suicida de los argentinos es algo verdaderamente extraordinario, pues ya se sabe que todos los problemas actuales del país fueron causados por el peronismo». Además, afirmó que los argentinos se iban a arrepentir de la derrota de Mauricio Macri.
Vargas Llosa también manifestó su antipatía por el presidente chileno, Gabriel Boric en varias ocasiones. En una de sus columnas afirmó: «Los peruanos lamentan que el joven mandatario chileno, Gabriel Boric, se haya prestado a esta farsa y haya apoyado las acusaciones ridículas de López Obrador, de que la caída de Pedro Castillo es una operación de la derecha peruana».
Gabriel Boric, sin embargo, pese a sus diferencias, le ha despedido en las redes sociales con mucha elegancia: «Fue un intelectual de primera, y más allá de si se concuerda o no con su ideal liberal, un demócrata a toda hora que merece todo nuestro respeto». Fue un mensaje en respuesta a la publicación del comunicado de la muerte que hizo su hijo mayor, Álvaro Vargas Llosa, futuro marqués de Vargas Llosa.
Vargas Llosa se mostró también muy duro con López Obrador, presidente de México, país al que auguró un futuro oscuro tras su victoria electoral: «El populismo ha echado raíces y puede arruinar a este país, como han arruinado los populismos a todos los países de los que ha hecho presa». Sobre el venezolano Nicolás Maduro aseguró que era «un dictador mediocre».
El autor de Le dedico mi silencio, su última novela publicada, también tuvo un enfrentamiento en las redes sociales a propósito del feminismo, al que calificó como «el más resuelto enemigo de la literatura». En algunas ocasiones, matizó, apelando al feminismo que él consideraba radical.
En este contexto, Vargas Llosa se mostró en claro desacuerdo con la escritora Laura Freixas, donde hacía una crítica con perspectiva de género de Lolita de Nabokov. El Nobel de Literatura dijo que a la escritora se le había olvidado decir que la novela era una de las mayores obras literarias del siglo XX. Freixas le contestó que era «todo un honor que me cite (para mal) Vargas Llosa» y subrayó que el feminismo era, según su criterio, la gran revolución intelectual de nuestro tiempo.
En 1990 vivió también un tenso encuentro con el premio Nobel mexicano Octavio Paz en un encuentro televisado El siglo XX: la experiencia de la libertad. Vargas Llosa manifestó que el sistema mexicano era la dictadura perfecta, con el PRI (Partido Revolucionario Institucional) al frente. Unas palabras que no sentaron nada bien y que Paz matizó: «No es dictadura, es un sistema hegemónico de dominación».. Al día siguiente Vargas Llosa abandonaba el país. La versión oficial es que lo hacía por cuestiones personales.
Vargas Llosa también tuvo algunos problemas familiares. Uno muy significativo con su padre, con quien no se acabó de reconciliar. Tenía un carácter intransigente y violento, no le apoyaba como escritor ni mucho menos su matrimonio con su tía Julia. En el artículo La sombra del padre escribía: «Tuve una relación desastrosa con mi padre, y los años que viví con él, entre los once y los dieciséis, fueron una verdadera pesadilla. Por eso siempre envidié a mis amigos y compañeros de infancia y adolescencia, que se llevaban bien con sus progenitores». Nunca se reconciliaron.
Por último conviene recordar también la agria ruptura de Mario Vargas Llosa con Isabel Preysler, tras una relación que aparentemente parecía idílica. Fueron ocho años los que estuvieron juntos y se separaron en diciembre de 2022. Así lo manifestaba la viuda de Miguel Boyer a ¡Hola!: «Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente. No quiero dar ninguna declaración más y agradezco a los amigos y medios de comunicación que nos ayuden en esta decisión».
En una entrevista con El Mundo, el escritor aseguraba: «Yo estaba muy enamorado de Isabel. Pero digamos, ese mundo no es mi mundo». Al final, volvió a su famlia, se reconcilió con su ex mujer y con sus tres hijos, y vivió los últimos meses en Perú rodeado de cariño.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.