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Vacaciones exclusivas

De Sotogrande a la Costa Azul, los destinos de lujo donde veranean Marta Ortega, Sofía Palazuelo y la aristocracia española

Siempre en busca de un lugar lujoso y paradisíaco, pero discreto, la aristocracia y la alta sociedad saben elegir. Marbella, Sotogrande, Biarritz y la Costa Azul son nombres que nos hacen soñar y representan lo mejor del verano para la jet set internacional.

Marta Ortega y Carlos Torretta, a bordo de un yate durante sus vacaciones. GTRES

Discreción, tranquilidad y encuentros sociales elitistas. Es lo que buscan la aristocracia y la alta sociedad españolas para pasar sus vacaciones. Fue la familia real española quien puso de moda el veraneo, a principios del siglo XX, con sus escapadas a Santander. Se alojaban en el Palacio de La Magdalena. A la reina Victoria Eugenia le gustaba especialmente esta zona, porque le recordaba a su Escocia natal.

Paseos por la playa, visitas al balneario del Sardinero, partidas de cricket, conversaciones relajadas, baños de mar, conocidos como «baños de ola»: Santander se convirtió en punto de atracción para la aristocracia española, que se alojaba en el Hotel Real.

Más tarde, fue la reina Victoria quién alentó la construcción del campo de golf de Pedreña, que se convirtió en referente. Aún hoy hay quien veranea en Santander «de toda la vida». No hay «beach clubs», como en Ibiza, pero las familias con más tradición alquilan un toldo en la primera playa del Sardinero. Se pasea cuando baja la marea y en esas caminatas es posible cruzarse con Carla Royo-Villanova, princesa de Panagiuristhe, o con la familia Villota. Al atardecer, la sociedad se deja ver en el Club de Tenis de La Magdalena.

Urbanizaciones de lujo, de Sotogrande a Marbella

La alta burguesía y la aristocracia eligen hoy, sobre todo, el sur: Sotogrande y Marbella. La primera es una urbanización privada, considerada la más selecta de Europa. Ubicada entre las provincias de Cádiz y Málaga, empezó a convertirse en punto de reunión estival a mediados de los años sesenta. Su ambiente es exquisito, pero familiar, y los veraneantes se reúnen en privado, salvo cuando se trata del golf y el polo. El origen de Sotogrande está ligado al empresario Alfredo Melián Zóbel, padre de las interioristas Sylvia y Victoria Melián, fallecida está última en 2021.

En 1962, Melián recibió el encargo de buscar un enclave privilegiado para construir una urbanización de lujo en España. El responsable de la petición fue su primo, Joseph McMicking, exmilitar y gran empresario de origen filipino. Melían encontró un rincón en San Roque bañado por el Mediterráneo, a tan solo quince minutos de Gibraltar, con acceso a la costa y al río Guadiaro, cerca de un aeropuerto internacional y con un clima y un entorno natural paradisíacos.

Aquí se instalaron en sus comienzos los Vallejo-Nájera, los Garrigues Walker o los Benjumea, entre otras familias que buscaban, sobre todo, anonimato. Nada de juergas, solo reuniones privadas. Con los años, acudieron otras fortunas, como los Botín, los Entrecanales, los Alcocer, los Mora Figueroa o los Villar Mir.

El duque de Alba, junto a su hijo y su nuera Sofía Palazuelo, en Marbella. gtres

Hoy, por la marina de su puerto deportivo, el primero del Mediterráneo con amarre para 1.300 embarcaciones, se puede ver al duque de Alba y a sus hijos con sus esposas Sofía Palazuelo y Belén Corsini, a Rafael Medina y Laura Vecino, a Inés Domecq, a Casilda Finat, a la interiorista Belén Domecq o a la pintora Barbara Pan de Soraluce, así como a políticos y empresarios de renombre que se hacen a la mar o coinciden en alguno de sus dos Beach Clubs, el clásico El Octógono y el Trocadero Sotogrande, heredero del antiguo Cucurucho Club, una leyenda en la zona. Luis Alfonso de Borbón es uno de los asiduos a los torneos de polo en el Santa María Polo Club, junto a Fernando Primo de Rivera, Yago Espinosa de los Monteros, Daniel Entrecanales y Pascual Sáinz de Vicuña.

Finca Santa Margarita

Aunque está muy cerca, y es también punto de reunión de la aristocracia, Marbella es muy diferente al discreto Sotogrande. Su historia está ligada al conocido Hotel Marbella Club, fundado en 1946 por Alfonso de Hohenlohe-Langeburg. Su familia quería encontrar unos terrenos para construir una casa familiar en la zona.

La elegida fue Finca Santa Margarita, llena de pinos e higueras, donde la familia construyó un edifico de estilo andaluz. Santa Margarita se convirtió en el Marbella Club en 1954. Fue gracias a la agenda de Alfonso de Hohenlohe como el lugar se convirtió en imprescindible para la aristocracia internaciona y las estrellas de Hollywood.

Alfonso de Hohenlohe, el príncipe que se convirtió en magnate inmobiliario. getty images

Brigitte Bardot, Gunther Sachs, Audrey Hepburn, Ava Gardner, Grace Kelly, Antonio el Bailarín, Elizabeth Taylor, Julio Iglesias, Kim Novak, Liza Minelli, James Stewart o Sean Connery se convirtieron en visitantes frecuentes. También los reyes de Suecia y don Juan Carlos y su padre, don Juan, estuvieron entre sus huéspedes. Se celebraban hasta tres fiestas semanales.

Lo más era andar descalzo por las instalaciones. Y nadie tenía miedo de los «paparazzi». La exclusividad de una playa virgen era en lo que se basaba aquel lujo auténtico, sin exhibicionismo. Hubertus de Hohenlohe, hijo de Alfonso, se encarga hoy de organizar fiestas todas las semanas y recuperar aquel viejo espíritu.

Un clima maravilloso

A pesar de los escándalos financieros, de la corrupción urbanística, de la aparición de mafias internacionales y de la caducidad del estilo Marbella, barroco, hiperbronceado y enjoyado, la localidad malagueña sigue siendo polo de atracción para la jet y la nobleza. El festival Starlite ha revitalizado la zona. Antonio Banderas, Eva Longoria, Julio Iglesias y familia, Pablo de Hohenlohe, sobrino del príncipe Alfonso, y María Prado, los hijos del duque de Alba, Eugenia Silva y su familia, Lady Gaga, Ronaldo, los Goyanes, Marisa de Borbón o José María Aznar y su familia, siguen disfrutando de su mar y de su maravilloso clima, ajenos a cualquier decadencia.

Biarritz es uno de los lugares más exclusivos del veraneo español y francés. Fue Eugenia de Montijo, esposa de Napoléon III, quien lo puso de moda, trasladando toda la corte a este pequeño puerto de entonces 3.000 habitantes en los meses de verano. Un médico le recomendó a la emperatriz que se sometiera a baños de mar para mejorar su salud y así empezó la historia de una de las localidades con más chic de la costa atlántica.

Eugenia levantó un majestuoso palacete, Villa Eugenia, y proliferaron los palacios, las casonas y los hoteles de estilo clásico francés y vasco-francés. Isabel II de España, el mariscal Bismarck, Próspero Mérimée o Leopolo II de Bélgica eran visitantes frecuentes. Luego Chanel, los duques de Windsor, Charles Chaplin o Ernest Hemingway acudían en los años treinta y cuarenta para no perderse una fiesta. Hoy, Biarritz sigue siendo un destino de lujo, pero tiene un encanto bohemio irresistible. Gastrónomos, amantes de las antigüedades y surfistas disfrutan de la localidad y de sus playas.

De la Costa Azul a las islas Eolias

Las interioristas Isabel López-Quesada y Marta de la Rica, sobrina de del presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, tienen casa aquí, y también las hermanas Paola y Marina Herrera, fundadoras de la empresa de wedding-planning A-Típica, favorita de la clase alta. En sus alrededores también pueden dejarse ver el político del Partido Popular Borja Semper, la chef Samantha Vallejo-Nájera y, de vez en cuando, Madonna y Bruce Sprinsteen. Aquí actúan, sobre todo, «paparazzi internacionales», por lo que es un lugar ideal para la jet española para perderse y disfrutar.

Los que tienen barco se esconden de la indiscreción periodística en alta mar. A bordo del yate personal de su padre, una embarcación de lujo construida por el prestigioso astillero holandés Feadships, Marta Ortega es una de las españolas que se pierde, con su marido y sus dos hijos y algunos amigos cercanos, como Sofía Sánchez de Betak y su esposo e hija, por la Costa Azul.

Cagnes-sur-mer a Cap d'Ail, Villefranche-sur-mer, Saint-Jean-Cap-Ferrat y, por supuesto, Saint-Tropez enamoran por su luminosidad, su chic francés y su lujo discreto. Alonso Aznar y su prometida Renata Collado o los Grimaldi, que atracan por aquí su barco Pacha III, se dejan ver por aquí, al igual que el empresario de la Formula I Flavio Briatore.

La zona es ideal para hacer una escapada a a Montecarlo y para perderse en las islas Eolias, en la costa nordeste de Sicilia, en la costa amalfitana, al sur de Italia, donde veranean Kylie Jenner, Sofía Vergara o Andrés Iniesta, o Cerdeña, donde suele atracar el yate del diseñador Valentino, que navega con sus amigas Rosario Nadal o Naty Abascal.