PAREJAS CON (MUCHO) PODER
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Nos fascinan las parejas aristócratas, a veces de royals con financieros de postín, pero las parejas de la élite política nos interesan aún más. Son un fenómeno relativamente reciente, pues las mujeres no se incorporaron a la élite de gobiernos y compañías hasta la invención de la 'superwoman' en los años 80. Lo habitual, el ministro o presidente de turno con ama de casa a su lado, está en vías de extinción. Que se lo digan a Therese Jamaa (54 años), novia del ministro Albares y la versión siglo XXI de la supermujer.
Habrá quien piense que no hablaríamos de Therese Jamaa si no fuera pareja del ministro de Asuntos Exteriores y jefe de la diplomacia española, pero lo cierto es que su trayectoria es sobresaliente y su vida, bastante épica. De momento, digamos que además de ejecutiva tech es vicepresidenta de la Fundación Cruz Roja Española. Ella misma ha contado cómo Cruz Roja le dio su primera mochila colegial en Líbano, donde nació. No era para llevar libros, sino para salir huyendo de un país en llamas. Tenía 8 años.
«Todos los libaneses recordamos cómo bajo intensos bombardeos las ambulancias de la Cruz Roja iban a socorrer a los heridos en las aceras. Eran voluntarios. Para mí, siempre han tenido un sitio muy importante en nuestra llegada a Francia: cómo nos ayudaron a todo. En nuestro primer viaje estábamos solos y te dan los colchones, la ropa de invierno… ¡Me dieron mi primera mochila! Para mí, es muy importante Cruz Roja. No digo que les vaya a devolver lo que me dieron, porque nunca podré hacerlo, pero tiene mucho sentido», dijo Therese Jamaa a la agencia 'Good Rebels'.
De padre libanés y madre armenia, con ocho años huyó de su Beirut natal al inicio de la guerra del Líbano. Junto a su madre y sus tres hermanos pequeños, llegó en carguero hasta Chipre y luego cruzaron Europa. Tuvieron que pasar varios años hasta que su padre pudo reunirse con toda la familia en París. «Por desgracia, nuestro padre se tuvo que quedar en Líbano, ya que era enfermero militar. Nuestra situación era muy complicada, huíamos después de sufrir años de bombardeos y de vernos obligados a estar en refugios. Simplemente queríamos encontrar una vida mejor en Francia, estábamos muy contentos de marcharnos», explicó en 'El Español'.
En París, la familia vivió en un minúsculo piso con sus tíos y, más tarde, acogieron a sus abuelos. «Cuando se les acabó el visado de turista y les denegaron el de refugiados, yo tenía mucho miedo de perderles. Entonces, escribí una carta como las de los reyes magos al presidente de la República Francesa», recordó Jamaa en 'La Vanguardia'. Al cabo de un mes, alguien del despacho de François Mitterrand llamó a la familia, que no sabía nada de la carta, para comunicarles que activaban los trámites para regularizar la situación de los abuelos.
La pareja que forman José Manuel Albares y Therese Jamaa es, sin duda, llamativa. Ambos manejan una ingente cantidad de poder, aunque de distinto tipo. Él se mueve en los círculos de gobierno de la influencia global, mientras que el mundo de ella pertenece a la tecnología. Se encuentran, claro, en la geopolítica: Jamaa dejó su puesto de vicepresidenta en la multinacional china Huawei «por razones personales», aunque su dimisión coincidió con el momento en el que el gobierno debía decidir qué compañías debían desarrollar en España la red 5G. Apenas estuvo año y medio en el cargo.
La posibilidad de que la compañía china pudiera influir a través de Therese Jamaa en el gobierno fue, en su momento, objeto de bastante vigilancia en los medios de comunicación, prueba de lo complicado que puede llegar a ser el amor en la élite del poder.
Con su llegada a Huawei, Therese Jamaa se convirtió en la ejecutiva tech más deseada. Además de vicepresidenta de la Fundación Cruz Roja desde mayo de 2022, era (es) vocal del consejo de administración de Aigües de Barcelona desde junio de 2023 y miembro del comité asesor de diversidad de CaixaBank desde finales de 2022. El pasado diciembre, tras siete meses 'en el paro', fue nombrada miembro del consejo de administración de Hispasat, operador de satélites de telecomunicación con participación de capital público. Aunque su candidatura la impulsó un accionista independiente, su relación con el ministro vuelve a suponerle un problema.
Esta no es la primera historia de amor de Albares y Jamaa, sino que ambos vienen de sendos matrimonios largos y con hijos. El ministro de Asuntos Exteriores se divorció en 2021 de la madre de sus cuatro hijos, la que fuera jueza de enlace entre Francia y España Hélène Davo. Entonces era embajador en París, donde debió conocer a su nueva pareja. En agosto de 2023, cuando fue nombrado ministro de Exteriores, Therese Jamaa ya estuvo entre los invitados a su primer acto de bienvenida en el Palacio de Santa Cruz, la sede histórica del ministerio. Del matrimonio de ella se sabe poco, más allá de que tiene dos hijos y que su exmarido es francés.
Estudiante de Comercio Internacional en París, hizo un año de Erasmus en Valladolid, trabajó de azafata, cajera y recepcionista y también ha vivido en Londres y Nueva York. De hecho, habla más o menos ocho idiomas, el catalán perfectamente porque vive en Barcelona desde hace 20 años. Alguna vez ha revelado algo más íntimo sobre su personalidad. «Me encanta el jazz y canto también», dijo a 'El País'.
«Por ejemplo, antes de dar una conferencia o una entrevista un poco estresante canto una canción. Puede parecer ridículo, pero si tú bailas o cantas antes de tener un momento intenso liberas el estrés. Además, si puedo compartir ese momento con gente a la que quiero, es aún más bonito. Durante la pandemia, tenía un grupo de amigos con el que llegamos a una especie de acuerdo: íbamos a la casa de uno o de otro y cantábamos. No es que fuéramos profesionales, pero nos aguantamos. La música tiene un poder increíble».
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.