“El vestido que lució Meghan Markle es idéntico a uno de nuestra colección”. “Ese vestido es igual al de Emilia Wickstead”. Ha pasado una semana y días desde que el príncipe Harry y Meghan Markle se dieran el “sí, quiero” y todavía no se ha dejado de hablar del vestido de la actriz. Primero fue descubrir cada detalle de la pieza creada por Clare Waight Keller, directora creativa de Givenchy, luego discutir de si le favorecía o no. Ahora el vestido, valorado en más de 200.000 euros, se ve envuelto en polémica, pues aseguran que se trata de una copia.
Ya saben el refrán que dice que la imitación es la forma más sincera de adulación, sin embargo para Emilia Wickstead, una de las diseñadoras de cabecera de Kate Middleton, se trata de una jugada sucia. La creadora no titubeó cuando aseguró que la pieza que llevó Markle el día de su boda era “idéntico” a uno de su colección, que además es más barato (unos 7.000 euros). Lo curioso es que horas más tarde y tras realizar esta delicada acusación la diseñadora decidió suspender su cuenta de Twitter.
Después de que varios medios británicos hicieran eco de sus palabras Wickstead envió un comunicado a través de su perfil de Instagram. Allí reveló que se siente "muy entristecida por los comentarios que han aparecido en la prensa y en las redes sociales en los últimos días". “No creo que el vestido fuese una copia de uno de nuestros diseños. Tengo mucho respeto por Clare Waight Keller y la casa Givenchy, que es una inspiración para mí", añadió.
Un vestido controvertido
Un vestido controvertido
El vestido de seda, con escote barco y ligeramente ajustado a la cintura, con un velo bordado con flores recordaba, inevitablemente, al que el diseñador español Lorenzo Caprile creó para la infanta Cristina el día de su boda.
Como lo explica la periodista especializada en moda Cantal Ceña: "esta coincidencia deja muy claro que los diseños de novia sencillos son eternos y que un buen trabajo de costura puede estar de actualidad durante décadas".