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En las ceremonias de entronización de Japón, doña Letizia volvió a sorprender con un diseño floral de vivos colores con cinturón de la diseñadora Matilde Cano, que combinó con diadema de raso y pendientes de esmeraldas y gargantilla de chatones.
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También de Felipe Varela, pero está vez “total black”, llamó la atención este vestido de terciopelo que lució en noviembre de 2018 en la cena de gala de ofrecida al presidente de la Republica Popular China, Peng Liyuan, en el Palacio real. Ceñido al cuerpo, con escote caja y mangas pegadas, le permitió lucir, por primera vez, la espectacular tiara rusa, junto con las pulseras “gemelas” de la reina Victoria Eugenia.
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En la visita oficial a Marruecos, en 2019, doña Letizia deslumbró con un vestido-caftán blanco, un evidente homenaje a la estética y la imaginería marroquíes, diseño de Felipe Varela. Lo lució sin tiara, lo que resaltaba aún más su riqueza y la de la delicada túnica bordada con motivos de flores.
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Para la cena de gala celebrada con motivo de la entronización del emperador Naruhito de Japón, la reina escogió un deslumbrante diseño de Carolina Herrera de color fucsia decorado con bordado en blanco y manga francesa, hecho a medida, que resaltaba aún más la belleza de la tiara Flor de Lis.
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Impresionante este “palabra de honor” con bustier color lila, de Felipe Varela, con aplicaciones de pedrería. Varela volvió a ser una apuesta segura para la cena de gala previa al enlace de los Duques de Cambridge. Lo volvió a lucir en febrero de 2019 en la cena de gala del presidente de Perú, con la tiara floral.
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Otra vez de rojo, color que entusiasma a la reina, pero en esta ocasión de Stella McCartney, una de las marcas internacionales que más le gustan. Fue uno de los primeros diseños con capa que se vio y que luego han lucido Máxima de Holanda o Catalina de Cambridge. La reina lo escogió para celebrar los cincuenta años del rey Guillermo de Holanda, el 29 de abril de 2017. Lo aderezó con largos pendientes de brillantes en forma “chandelier”. Fue un total acierto.
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También rojo, y también de Felipe Varela, fue uno de los vestidos con los que deslumbró siendo todavía princesa. Con cuerpo drapeado y falda con pétalos bordados, lo llevó en la celebración de la víspera de la boda de la princesa Victoria de Suecia, el 18 de junio de 2010. Sin joyas y con la melena ondulada, fue uno de sus grandes aciertos de la época.
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En 2018, la Reina llamó la atención con un vestido azul marino bordado con perlas que simulaban lunares, de Ana Locking, y con abertura lateral. Lo estrenó para lacena de gala celebrada en el Palacio Real de Madrid en honor del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. En esa ocasión lució la tiara Cartier.
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No era la primera vez que lucía esta falda bordada en blanco con motivos florales, al estilo de los mantones de Manila, pero sí era la primera que la combinaba con un bustier de raso y aplicaciones de pedrería en el escote. Doña Leticia lució el conjunto en la cena de gala ofrecida al presidente israelí en noviembre de 2017. El diseño es de Lorenzo Caprile. Lució la diadema floral Mellerio que combinó con pendientes con perla colgante.
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En su viaje de Estado al Reino Unido en 2017, doña Letizia se apoyó de nuevo en Felipe Varela. En una cena de gala en Buckingham, lució un espectacular vestido rojo bordado en pedrería del mismo color, con escote recto y manga corta. Doña Letizia escogió para la ocasión la tiara de la Flor de Lis y los pendientes de chatones.
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