IN MEMORIAM
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Nos creemos que lo sabemos todo de Diana de Gales, pero estamos muy equivocados. La irrepetible Lady Di tenía un lado que se escapa a los conceptos que la atribuimos, como se ha ido descubriendo a lo largo de los años. Ahora surge una nueva oportunidad con la publicación este 29 de abril del libro Dianaworld: An Obsession, que ha escrito Edward White.
La anécdota más divertida, que ya era conocida, pero no en tanto detalle, es la que la princesa de Gales compartió con su amigo Freddy Mercury, líder de la banda de rock The Queen. Fueron juntos a un bar gay y, para que la mujer del ahora rey Carlos III pasara inadvertida, se vistió de hombre.
En la revista estadounidense People han publicado en exclusiva algunos extractos del libro en el que se destaca la pulsión que tenía la madre de los príncipes Guillermo y Harry de Inglaterra por la vida nocturna. Una faceta que había pasado casi inadvertida hasta ahora, pero que nos muestra una imagen divertida frente a la tristeza con la que se la ha mostrado en películas como Spencer o en la serie The Crown.
«En la mitología de Diana, la actividad nocturna furtiva desempeña un papel importante, pues son momentos en los que revelaba en secreto aspectos ocultos de su verdadero yo. En el internado, según contaba, salía a escondidas de su dormitorio para realizar un reto o para practicar su baile sola en el salón de actos. En otras ocasiones, hurgaba en las neveras de la cocina en busca del breve y fugaz consuelo que le proporcionaban los atracones de comida. Y la noche ofrecía la posibilidad de reinventarse y de aventuras anónimas», mantiene el escritor.
Sin embargo, mención aparte merece su noche de incógnito con Freddy Mercury, uno de los cantantes más célebres de todos los tiempos y que los españoles tienen particularmente fijado en sus retinas por su brillante interpretación de Barcelona, la canción en la que unió su privilegiada garganta a la de Montserrat Caballé. La grabaron juntos, pero no pudieron actuar en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 1992 porque murió por complicaciones del sida en 1991.
Como recuerda el escritor, la actriz Cleo Rocos describía en sus memorias una noche que pasó con Kenny Everett, Freddy Mercury y la princesa Diana, de quien se había hecho amiga en los años 80. En un punto de la noche, la recordada como princesa del pueblo los persuadió para que la llevaran a Royal Vauxhall Tavern, un establecimiento gay para osos, término que se aplica a los hombres corpulentos y peludos.
Diana de Gales, pese a que le dijeron que no era un lugar apropiado para ella, insistió y Kenny Everett la ayudó a disfrazarse con una chaqueta militar de camuflaje, el pelo recogido y oculto bajo una gorra de cuero y unas gafas de sol oscuras de aviador. Una imagen bastante inusual y, por lo visto, convincente, dadas las circunstancias.
El autor incide en la gran relación que mantenía Lady Di con la comunidad gay y considera esta escapada nocturna como una metáfora. De alguna manera, considera, la que fuera nuera de Isabel II, buscaba una familia en la que verdaderamente se sintiera aceptada. También hay que subrayar que dio un gran apoyo a la visibilidad del sida en un momento en que estaba muy estigmatizado. Sus fotos abrazadas a enfermos dieron la vuelta al mundo y fueron fundamentales para un cambio de mentalidad respecto a esta dolencia.
No es la única vez que Diana de Gales se disfrazó para intentar escapar de los paparazzi que la seguían a todas partes. Recordemos también el día que se disfrazó cuando acompañó a su pareja Hasnat Khan al bar de jazz de Ronnie Scott en el Soho. En esta ocasión, la princesa de Gales se ocultó bajo una peluca y unas gafas. El cirujano inglés nacido en Pakistán fue su pareja entre 1995 y 1997.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.