En el año 1931
La reina Victoria Eugenia apareció, por última vez, en un acto público importante en la procesión del Domingo de Ramos, celebrada en la capilla del Palacio Real de Madrid, en la Semana Santa de 1931, a principios de abril. Acudió con sus dos hijas, las infantas Beatriz y Cristina, días antes de la partida al exilio de la Familia Real, que entonces no imaginaba que tendría que abandonar España.
Tanto la madre como las hijas lucieron tiara, según explica The Royal Watcher, en este acto solemne en el que participaba toda la corte: la reina llevó la tiara –y la «parure»– de aguamarinas, la infanta Beatriz, la tiara «bandeau» de meandros, y la infanta Cristina su tiara circular de diamantes. Dos semanas después, su destino cambió para siempre, tras la proclamación de la II República.
El desfile del Domingo de Ramos suponía una espectacular procesión con grandes palmas en alto. Los reyes y sus hijos participaban activamente en las procesiones y en los oficios. Alfonso XIII pasó su última Semana Santa en Madrid acudiendo a las celebraciones religiosas y haciendo algunas escapadas a los pueblos de la Sierra, conduciendo su propio automóvil, para admirar la devoción popular. El rey no imaginaba que, poco tiempo después, tendría que decir adiós a todo eso.
La intensa Semana Santa de la reina Victoria Eugenia
La participación de la familia real en los distintos actos de la Semana Santa era muy intensa. La de 1930, que coincidió con la Exposición Iberoamericana de 1929 -que duró hasta el 21 de junio– , la pasaron en Sevilla. A la reina Victoria Eugenia le encantaba la ciudad. Aseguraba que allí se vivía mucho mejor que en el palacio real de Madrid. Los reyes viajaron junto a las infantas Beatriz y Cristina y su hijo, el infante Don Jaime. Ese día, el Rey paseó por Sevilla y la Reina visitó la Exposición.
El Infante Don Jaime asistió a las primeras procesiones y coincidió con la Infanta Luisa de Orleáns y sus hijas, entre ellas María de las Mercedes, futura condesa de Barcelona y madre del Rey Juan Carlos. Los Orléans vivían en Sevilla. En la mañana del Jueves Santo, los Reyes y las Infantas asistieron a la celebración de los oficios en la catedral y, después, la Reina y las Infantas presenciaron el desfile de las cofradías.
En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, los candidatos de los partidos dinásticos obtuvieron la mayoría, pero en las principales ciudades del país ganaron los de la oposición y aquello se interpretó como un plebiscito en contra de la monarquía. La familia real y la corte se sentían entre sorprendidas y profundamente tristes. Hubo temor incluso ante un posible estallido de violencia contra la familia real.
El 14 de abril por la tarde, el Rey presidió su último Consejo de Ministros y leyó un mensaje a la nación: «Estoy decidido a evitar todo lo que pudiera llevar a una lucha entre españoles en una guerra civil fratricida». Esa noche, el rey y la reina cenaron solos en palacio, mientras una muchedumbre intentaba penetrar en el edificio. El rey había decidido marcharse al puerto de Cartagena después de cenar, para embarcarse hacia Francia.
El triste exilio de la reina Victoria Eugenia
La reina y varios de sus hijos partieron al día siguiente. A las 7 de la mañana todos asistieron a misa en la Capilla Real. Partieron con ellos la marquesa de Carisbrooke y la infanta Beatriz de Orleans. Alfonso, el príncipe de Asturias, atravesaba una crisis de hemofilia y tuvo que ser llevado en camilla. En la estación de El Escorial tomaron el tren y salieron de España por Irún, donde otro tren les llevó a París. En algunas estaciones la gente se arremolinaba para homenajear a la familia real. En París, se encontraron el rey y toda la familia en el hotel Meurice.
Luego se instalarían en un hotel en Fontainebleau. Pero los años de separación y enfrentamiento hicieron mella en el matrimonio real que se separó al poco tiempo. Victoria Eugenia pasó una temporada en Londres y luego fijó su residencia en Suiza. El rey Alfonso XIII se instaló en Roma. Rara vez coincidieron a partir de entonces. Alfonso XIII falleció en Roma, el 28 de febrero de 1941. Victoria Eugenia murió en su residencia de Lausana el 15 de abril de 1969.
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