UNA PAREJA ARISTOCRÁTICA
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El más famoso de los Hannover es, sin duda, Ernesto de Hannover, por su matrimonio con Carolina de Mónaco, de quien no se ha llegado a divorciar. Mucho menos conocida es la historia de su padre que contrajo matrimonio en dos ocasiones. Ernesto Augusto de Hannover se casó en 1951 en primeras nupcias con Ortrudis Berta de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg. Su primera esposa era hermana de la reina Federica de Grecia, madre de la reina Sofía, y cuñada de Pablo de Grecia, padre de la reina emérita. Su segunda mujer fue la condesa Monika zu Solms-Laubach, con quien se casó poco después de enviudar.
El primer matrimonio tuvo cinco hijos, María Victoria de Hannover, casada con el conde Miguel de Hochberg; Ernesto de Hannover, casado en primeras nupcias con Chantal Hochuli y en segundas con Carolina de Mónaco; Luis Rodolfo de Hannover, que contrajo matrimonio con la condesa Isabel de Thurn y Valsassina-Como-Vercelli, que murió de sobredosis y después él se suicidó; Olga de Hannover, soltera y sin hijos, y Alejandra Irene de Hannover, unida al príncipe Andrés de Leiningen.
La madre de Ernesto de Hannover murió en 1980 a los 54 años (era once años más joven que su marido). Fue un duro golpe para toda su familia y sus hijos. Sin embargo, el padre de Ernesto de Hannover no esperó demasiado para contraer matrimonio de nuevo. Así el 16 de julio de 1981 se casó con la condesa Monika zu Solms-Laubach.
Este matrimonio tenía una particularidad. A consecuencia de una norma de 1772, necesitaba el permiso de la reina Isabel II, que debía dar su aprobación para que Ernesto Augusto de Hannover siguiera en la línea sucesoria de la Casa de Hannover. La recordada soberana británica dio su consentimiento el 10 de enero de 1981, así que el camino quedaba despejado para que los contrayentes pudieran formalizar su historia de amor.
La condesa Monika zu Solms-Laubach provenía de un linaje muy aristocrático. Nació el 8 de agosto de 1929 en el castillo de Laubach, en Hesse, Alemania, y fue la cuarta hija de Georg, noveno conde de Solms-Laubach (1899-1969) y de su mujer, la princesa Juana María de Solms-Hohensolms-Lich (1905-1982).
Asimismo, su padre era nieto de Bruno, tercer príncipe de Ysenburg y Büdingen y su madre, por otra parte, era hija del príncipe Carlos de Solms-Hohensolms-Lich. Su familia había sido la casa soberana del Condado de Solms-Laubach, que en 1806 se convirtió en el Gran Ducado de Hesse.
Al enlace del padre de Ernesto de Hannover y la condesa alemana asistieron numerosos miembros de la nobleza y la realeza europea, entre otros, la reina Sofía por cuestiones de parentesco. Recordemos que a la anterior boda de Ernesto Augusto de Hannover, celebrada el 5 de septiembre de 1951, habían acudido sus padres, Pablo de Grecia y Federica de Hannover.
La aristócrata subastó en 2008 una colección de regalos imperiales que anteriormente había pertenecido a la princesa Thyra de Dinamarca, duquesa de Cumberland, que se la dejó en herencia a su hija soltera más joven, la princesa Olga. A su muerte la heredó su sobrino, el padre de Ernesto de Hannover. Este, a su vez, se lo regaló a su segunda esposa, la princesa Monika. La colección incluía piezas de gran valor que pertenecieron a Alejandro III de Rusia, a María Feodorovna de Rusia, a la Gran Duquesa Olga Alexandrovna de Rusia, a Jorge I de Grecia y a Alejandra de Dinamarca.
Asimismo, la princesa Monika creó la Fundación Princesa Monika de Hannover desde la que dio vida al Dollhouse Museum Laubach, inaugurado en octubre de 2011. Se trata de un museo que muestra una curiosa colección de casas de muñecas de su infancia, realizadas entre los años 1820 y 1930.
Viuda del padre de Ernesto de Hannover, fallecido a los 73 años en 1987, la aristócrata murió el 4 de junio de 2015. Quiso la casualidad que tres días antes falleciera su cuñada, la princesa Alejandra de Hannover. Para rendirle tributo a Monika de Hannover se celebró un funeral luterano el 13 de junio de ese año en la Evangelische Stadtkirche Laubach.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.