Juan Valentín de Urdangarin y Borbón: cumple 23 años el hijo de la infanta Cristina al que la reina Sofía adora (y que peor lleva la infidelidad de Iñaki Urdangarin)

Alérgico a los focos, Juan Valentín de Urdangarin y Borbón, el hijo más desconocido y religioso de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, cumple un año más.

Iñaki Urdangarin con su primogénito, Juan Valentín, en brazos. / getty images

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

El 29 de septiembre de 1999 nació en Barcelona el primer hijo de una entonces enamorada infanta Cristina y el jugador de balonmano Iñaki Urdangarin: Juan Valentín de Urdangarin y Borbón. Un niño destinado a robarle el corazón a su abuela, la reina Sofía, y a ocupar el séptimo puesto en la línea de sucesión del trono de España.

Eran otros tiempos, sus padres eran los guapos oficiales de la monarquía española y él compartía vacaciones en Marivent y tropelías con sus primo Felipe Juan Froilán de Marichalar, con el que apenas se llevaba unos meses. Ahora el panorama es bien distinto al de hace dos décadas.

Vídeo. Luces y sombras en la relación Urdangarin - Infanta

Sus padres ya no son duques de Palma y están en trámites de divorcio, el compadreo con su primo Froilán ha sido sustituido por visitas a una recién operada Victoria Federica y se rumorea que de todos los hijos de la saga Urdangarin-Borbón ha sido el más crítico con su padre tras el anuncio de separación.

La infancia feliz de Juan Valentín

Juan Valentín de Todos los Santos Urdangarin y Borbón nació con un pan bajo el brazo y el tratamiento de excelencia desde la cuna. Su bautizo en el Palacio de la Zarzuela tuvo unos padrinos de lujo ( la infanta Elena fue su madrina) y supuso una de esas escasas estampas felices de los Borbones: no todos los días los reyes Juan Carlos y doña Sofía podían celebrar que tenían un nieto más.

Su nacimiento marcó el comienzo de la saga Urdangarin y Borbón, cuatro hermanos rubios que harían las delicias de los paparazzis en cuanto llegaban a las regatas de Mallorca. Era evidente que tanto a su abuela materna, que les llevaba a acariciar a los delfines al zoo de Marineland, como a la prensa gráfica se les caía la baba con los bebés Urdangarin.

En ese competitivo momento de monerías con los paparazzis Juan Valentín tuvo sus propios momentos de gloria, como cuando le hizo la ola a su padre en las Olimpiadas de Sidney, las que supusieron la despedida del entonces duque de Palma de su carrera como deportista profesional.

Un apoyo que su padre le devolvió desde la grada, con polémica incluida, bastante tiempo después, cuando en 2012 el niño jugaba al balonmano en el equipo infantil del Handbol Esplugues. Por entonces el escándalo del caso Nóos ya estaba en marcha y la prensa persiguió a padre e hijo. Eventos desagradables que hicieron que la carrera deportiva de Juan Valentín no fructificó, como tampoco conservó la entente cordial con su progenitor.

La ajetreada adolescencia lejos de España del Urdangarín más tímido

Lo apacible de su infancia contrasta con lo convulsa que resultó su adolescencia. El joven que el día 29 de septiembre cumple años se parece poco al niño de los primeros 2000.

Parecido a su padre en el físico y a su madre en el carácter reservado, Juan Valentín ha intentado por todos los medios permanecer fuera de los focos desde hace más de una década. No ha sido fácil. Al ser el mayor de los hermanos también fue el que más conciencia tuvo de lo que estaba pasando a su alrededor cuando estalló el caso Nóos.

La peor etapa de su vida comenzó en 2011 y se corresponde con el momento en el que se enlazaron una serie de cambios dramáticos en su familia: la tormenta mediática provocada por el escándalo de tráfico de influencias, el aislamiento familiar en Washington, ver a sus padres sentados en el banquillo de los juzgados, vivir el «exilio» en Ginebra y, finalmente, el ingreso de su padre, Iñaki Urdangarin, en prisión.

Los Urdangarin-Borbón al completo junto a los reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía. / gtres

Entre tanto cambio Juan Valentín consiguió acabar sus estudios en el Ecole Internationale de la Route de Chêne de Ginebra y en la Universidad británica de Essex, donde empezó a cursar la carrera de Relaciones Internacionales que actualmente complementa estudiando en Madrid (ciudad en la que vive desde 2019).

La carrera solidaria de Juan Valentín (y su forma de evadirse de los problemas)

Pero más que por sus estudios (y su mutismo frente a los periodistas) Juan Valentín Urdangarin y Borbón es conocido por haber encontrado un camino propio en las misiones solidarias a las que parece dedicar todos sus esfuerzos.

En 2018 ya se estrenó acudiendo a Camboya en un viaje solidario bajo el amparo de la ONG del jesuita Monseñor Enrique Figaredo. Y este mismo año se alejó de la actual debacle Urdangarin refugiándose en una misión solidaria en India con la ONG Fundación Entrecanales (vinculada, de nuevo, a los jesuitas).

Un viaje del que no ha retornado hasta este mismo mes de septiembre y que le permitió eludir el encuentro con su padre en las playas de Bidart. Juan Valentín no supo qué contestar a la prensa tras ver las imágenes de su padre junto a Ainhoa Armentia y afirman los rumores que ha sido el hijo que peor ha llevado la traición de su progenitor a su madre.

Vídeo. Los trágicos romances de la infanta Cristina

Podemos aventurar que el vínculo padre-hijo ha quedado tocado por estos vaivenes. Un vínculo que parecía irrompible hace apenas unos años, cuando Iñaki Urdangarin usó la residencia de Juan Valentín en Madrid en su argumentación para conseguir el tercer grado penitenciario.

Tras faltar a todas las citas veraniegas en las que estaba presente su padre, e incluso acompañar a su madre a la boda de los Urdangarin americanos, parece que por fin padre e hijo han vuelto a coincidir. Hasta este fin de semana no ha sido posible ver de nuevo juntos a Iñaki Urdangarin y su primogénito. Queda por saber si al cumplir los 23 años el joven ha decidido cerrar la brecha entre ellos y celebrarlo también juntos.

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