La princesa del pueblo
La princesa del pueblo
Sorpresa general en Marruecos. La que fuera esposa del actual monarca, Mohamed VI, ha estado ausente de la vida oficial del reino marroquí desde que su matrimonio terminase hace siete años. Desde entonces, la que su pueblo sigue apodando como la princesa fantasma se ha mantenido alejada de cualquier acto público. La última aparición, de carácter privado, de Lalla Salma se remontaba al verano de 2024, durante unas lujosas vacaciones en Mykonos con sus dos hijos, el príncipe heredero Moulay El Hassan y la princesa Lalla Khadija.
Muy implicada en cuestiones de salud, la ingeniera informática que estaba destinada a cambiar la imagen de la monarquía alauí creó en su día la Fundación Lalla Salma para la lucha contra el cáncer y el sida. Ahora, ha sido vista de nuevo durante una visita a su ciudad natal, Fez, para encontrarse con niños y adultos ingresados en el Hospital Universitario Hassan II. Una oportunidad para que la royal retomara un papel que había desempeñado durante varios años tras mucho tiempo llevando un perfil sumamente bajo.
Conocida también como la princesa del pueblo, Lalla Salma nunca ha dejado de fascinar pese a permanecer tantos años prácticamente desaparecida. Su carisma, sus labores filantrópicas y su compromiso con la salud pública de su país siguen alimentando una imagen que no se ha desvanecido a pesar de estos siete años de ausencia. Su visita a Fez recuerda que sigue siendo, ante todo, una figura cercana a los ciudadanos y una mujer a la que muchos siguen considerando uno de los rostros más populares y de la monarquía marroquí.
Pero si esta reaparición sorprende especialmente es porque la ex mujer del rey Mohamed VI parece haber contado con el visto bueno tácito del palacio. De hecho, el Majzén, nombre que recibe el aparato estatal marroquí, no deja nada al azar en la agenda mediática que rodea a la familia real.
El anuncio de esta visita, de la que no han trascendido fotos, fue difundido por Najib Addadi, un popular influencer marroquí conocido por su cercanía a los canales oficiales del palacio, como para confirmar el alcance oficial de esta salida. De ella tan solo sabemos que duró unas tres horas y media y que visitó la Casa de la Vida y el centro de Hematología del hospital de Fez.
Pero en un reino en el que la imagen de la monarquía se examina minuciosamente, la reaparición de Lalla Salma suscita muchas preguntas: ¿Se trata de una señal de apertura? ¿O simplemente de un intento de apaciguar las especulaciones sobre ella? En todo caso, este breve paréntesis en su vida lejos del foco mediático, parece directamente controlado desde la casa real, que no permite visitas de este tipo sin el visto bueno del monarca.
Esta noticia cobra más fuerza si tenemos en cuenta el difícil panorama en el que se encuentra ahora mismo el rey Mohamed VI. Entre rumores de sucesión en Marruecos, con un estado de salud frágil y con el príncipe Moulay Hassan y la princesa Lalla Khadija, otro activo inesperado en la corte, multiplicando sus apariciones oficiales.
En un reciente reportaje en profundidad de Le Monde, el diario galo califica como «atmósfera de fin de reinado» el ambiente actual el país del norte de África. Las escasas apariciones públicas del soberano estarían transmitiendo sensaciones contradictorias que alimentan las dudas sobre su salud y su capacidad para gobernar.
A esto se une también «la impresión de vacío» que dejan sus prolongadas ausencias, a menudo porque el monarca alauí se encuentra en el extranjero. Así sucedió incluso durante el violento terremoto que sufrió su país en septiembre de 2023.
Así las cosas, la monarquía marroquí ha puesto en marcha una campaña de comunicación frenética, en la que «las puestas en escena para despistar» se multiplican en la agenda real. Y aquí vuelve a aparecer la discreta Lalla Salma, muy unida al príncipe heredero y convencida de que, más pronto que tarde, el actual monarca abdicará a favor de su hijo, que ascenderá al trono convirtiéndose en el rey Hassan III.