Una inversión ruinosa
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La antigua directora del Museo Nacional del Arte, Arquitectura y Diseño de Oslo, Karin Hindsbo, y la princesa noruega Marta Luisa mantienen un contencioso que ha llegado hasta los tribunales. ¿El motivo? Una inversión inmobiliaria que la hija del rey Harald realizó en su país natal y que por obra y gracia de la actual directora de la Tate Modern londinense se ha convertido en una pesadilla.
El inmueble que le está dando tantos quebraderos de cabeza a la princesa es una casa situada en el municipio noruego de Baerum, y le costó a la royal la friolera de 18.650.000 coronas noruegas (más de un millón y medio de euros). Pero a pesar de esta inversión millonaria, Marta Luisa de Noruega jamás ha podido disfrutar de su propiedad.
Una situación que ha culminado con una demanda a la antigua propietaria de la vivienda, Karin Hindsbro, o al menos eso es lo que se afirma desde medios noruegos como la publicación VG. ¿Pero qué ha sucedido para que la princesa casada con un chamán haya tenido que acabar recurriendo a los tribunales?
Las inversiones ruinosas de Marta Luisa de Noruega
La princesa más mediática de Noruega no se caracteriza por hacer buenos negocios. Desde 2019 la prensa de su país elucubra sobre que la hermana mayor de Haakon ha dilapidado su fortuna, que usar su título real para impulsar la imagen de sus empresas la ha enfrentado a su padre y que la boda con Durek Verrett le dejó una deuda de más de 80.000 euros que se sumaban a los 2 millones que ya debía, según la revista Se og Hor.
Tampoco tiene suerte cuando quiere convertirse en inversora inmobiliaria. Tuvo que malvender su propiedad en la isla de Vanko y su decisión de hacerse a cambio con una casita de campo en Baerum para descansar en los veranos noruegos junto a su chamán también le ha salido rana.
La compra del inmueble de Baerum se produjo en 2023 y el plan inicial de la royal siempre fue demoler la propiedad para construir en el solar otra más de su gusto. Pero las obras nunca comenzaron porque el organismo encargado de aprobarlas le denegó el permiso.
Ahora la princesa a la que no le salen las cuentas (por la propiedad en la que vive en la actualidad en Burudveien ya está hipotecada hasta las cejas) quiere una rebaja del precio de la venta de la casa y le reclama esa cantidad a la antigua propietaria, la directora de la Tate Modern, Karin Hindsbo.
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Aunque ni la mánager de la princesa, Carina Scheele Carlsen, ni ninguna de las partes implicadas en el caso ha querido hacer comentarios a la prensa sobre este juicio pendiente, los medios noruegos han descubierto por las actas del tribunal del distrito que la princesa reclamará a la antigua propietaria una rebaja del precio de compra. El argumento de la royal parece ser que al adquirir la propiedad pagó un precio muy por encima del valor real y de mercado (unas 750.000 coronas de más).
El orden del día del Tribunal de Distrito de Asker y Baerum describe el caso simplemente como: «Demanda de reducción del precio tras la compra de un inmueble». ¿Conseguirá la princesa su objetivo y recuperar algo del dinero perdido? Esta puede ser su última oportunidad de compensar mínimamente esta inversión, porque hasta 2026, como mínimo, el Ayuntamiento de Baerum ha anunciado que no tiene previsto tomar una decisión sobre la urbanización en esa zona residencial, por lo que la ansiada reforma de la casa está muy lejos de llevarse a cabo.
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