Mary Donaldson pierde el control: sus enemigas destruyen la imagen de familia real libre de dramas y guerras internas que tanto le costó construir

Hasta hace bien poco, la familia real danesa era el modelo ideal en el que se reflejaban el resto de monarquías europeas. Una familia moderna, sin escoltas, libre de dramas y guerras internas y, además, que como el resto de los mortales en Copenhague se mueve en bicicleta. La australiana Mary Donaldson, la primera reina consorte plebeya de Dinamarca, se integró en ese cuadro casi perfecto a la perfección. Durante años, no fallaron las sonrisas. Hasta ahora.

No es que la familia real danesa no haya vivido tensiones. El matrimonio entre la muy dominante reina Margarita y el muy dolido príncipe consorte Enrique (nunca le nombró rey aunque era conde) fue un desastre desde el principio, con discusiones a todas horas y, al final, entrevistas en las que él la ponía verde por emascularle. Eso sí: desde 2016, cuando se retiró de la vida pública, la calma fue total. Falleció en 2018: ya sufría demencia.

Cuando Mary Donaldson llegó a Copenhague en 2004 se encontró con que no era exactamente del gusto de su suegra. De hecho, tampoco su esposo, el príncipe Federico, era exactamente su hijo favorito. Ella es una monarca al viejo estilo con una obsesión por proteger la institución mayor que la de la mismísima reina Isabel II (su prima). Y no tenía ninguna confianza en que su hijo, inestable como poco, hubiera elegido bien. Por eso prefería a Joaquín: le consideraba «más robusto».

El plan de la reina Margarita siempre fue reforzar al heredero al trono, Federico, con una especia de rey en la sombra, su hermano Joaquín. De hecho, ambos eran uña y carne hasta la llegada de Mary Donaldson, una plebeya. Ella desbarató sus planes para lograr lo que entendía como una sucesión exitosa y, además, no la consideraba apta. Sus primeros años fueron un infierno: la criticaron por ser extravagante y adicta al lujo. No entendieron su misión.

Por suerte, Mary de Dinamarca, hoy princesa heredera, supo darle la vuelta a la situación en muy pocos años. Comprendió que para ganarse al público del siglo XXI debía mutar en icono de estilo y así lo hizo. Hoy, su popularidad es mayor que la de la mismísima reina Margarita y hasta ha logrado cambiar la imagen del príncipe Federico, de débil monarca a un buen padre y futuro jefe de Estado. La reina Margarita comprendió que la sucesión estaba salvada.

Mary Donaldson lleva más de una década disfrutando de una relativa tranquilidad, con una posición afianzada en palacio y el favor de la ciudadanía. Solo ha tenido que lidiar con otra enemiga inesperada: la princesa Marie, segunda esposa del príncipe Joaquín. En realidad, la frialdad entre ambas mujeres es proyección de las tensiones entre los hermanos. Joaquín no encontraba su sitio en la corte y, como en su momento hizo su padre, aireó su desafección en entrevistas y filtraciones.

La publicitada enemistad entre las princesas Mary y Marie no fue, en realidad, un quebradero de cabeza tan importante para la futura reina. De hecho, en estos años Mary Donaldson ha controlado fácilmente la narrativa alrededor de la familia real de Dinamarca, hasta el punto de reunir cada vez más poderes. En 2019, la reina Margarita la nombró regente del reino y, por tanto, su potencial sustituta. Todo se ha roto ahora, claro, con un movimiento inesperado y escandaloso de la reina.

El anuncio de que Margarita de Dinamarca despoja de a los cuatro hijos de Joaquín (dos de su anterior matrimonio con Alexandra Manley) del título de príncipe ha caído como una bomba. Insistimos: la obsesión de la reina es dejarlo todo atado y bien atado. Su objetivo es que la monarquía no sea cuestionada de ninguna manera ,y para lograrlo, no ha dudado en desestabilizar todo el trabajo de afianzamiento y contención que la princesa Mary lleva años tramando en silencio.

A corto plazo, Mary Donaldson es la mayor damnificada de esta grieta que la reina Margarita ha abierto en la familia real danesa. Aparece como la mala de la película más conveniente, como 'extraña' a la Casa Glücksburg,. Pero, además, es la mujer que está más expuesta a las preguntas y comentarios que provoca esta delicada situación. En unas recientes vacaciones en Vietnam perdió el control ante los periodistas, algo inédito en una reina con experiencia.

«No tengo nada más que agregar de lo que ya he dicho. Espero que no haya venido hasta aquí para preguntar sobre esta pregunta. ¿Hay alguna otra pregunta?», le soltó a un periodista que se atrevió a preguntarle por su relación actual con Joaquín de Dinamarca y la princesa Marie. Los presentes se sorprendieron enormemente por cómo Mary Donaldson cedió a la tentación de mostrar tan claramente su incomodidad. Evidentemente, no controla la situación de ninguna manera.

Evidentemente, la reina Margarita no está pensando en el aquí y ahora y mucho menos en la prensa. En realidad, está realizando un 'trabajo sucio' necesario que busca despejar al máximo la sucesión y que los próximos reyes lideren una institución que ya está en los huesos. Por eso ha pasado de considerar a Joaquín un activo necesario a eliminarlo del presupuesto público que mantiene la monarquía danesa y su agenda oficial. Lo único que importa es la continuidad de la Corona. Los sentimientos de sus nietos (y sus padres) están de más.