Un nuevo escándalo
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Ha sido una conversación sin importancia la que ha destapado todo el asunto. Al parecer, Meghan Markle y el príncipe Harry siguen utilizando el tratamiento de Alteza Real que les fue retirado desde que salieron de la vieja Inglaterra para instalarse en los Estados Unidos. Aquel movimiento, que fue rebautizado como Megxit (una mezcla entre Meghan y Brexit), supuso la ruptura con la familia real inglesa. Desde el palacio de Buckingham se quedó establecido que «Los Sussex no usarán sus títulos de Su Alteza Real porque ya no son miembros activos de la Familia Real».
Pero entonces, ¿han desobedecido esta directriz? ¿Se han saltado esta norma? Pues según se mire: si nos ceñimos a lo que ha publicado Jamie Kern Lima, amiga personal de Meghan, en sus redes sociales, veremos que la duquesa no quiere renunciar a un título tan ilustre y de vez en cuando lo desliza como que no quiere la cosa. Pero vamos por partes, que todo esto empieza en un pódcast y termina con un comunicado urgente de los duques de Sussex para desmentir las acusaciones que ya les han señalado en medios de comunicación y redes sociales.
Todo comienza, cuando Jamie Kern invita a su famoso pódcast The Jamie Kern Lima Show a su amiga Meghan Markle para hablar un poco de todo: de la vida, de su esposo, de su nueva marca de cosméticos (negocio que por cierto no le ha ido nada mal)… De hecho, su firma, As Ever logró agotar todos sus productos en menos de 30 minutos cuando se pusieron a la venta el pasado 2 de abril. Pero esa no es la cuestión.
Estaban Jamie y Meghan hablando de esto y de lo otro, cuando deslizó un comentario, aparentemente inocente en el que explicaba que la duquesa de Sussex le había hecho llegar un regalo: una canasta con helados y mermelada de fresa casera. Y la cosa no habría ido a mayores si no fuera porque, poco después, compartió en redes una imagen del detalle que la duquesa había tenido con ella. En la tarjeta que acompañaba al regalo, y ahí empieza el lío, estaba escrito: «Con saludos de Su Alteza Real la duquesa de Sussex». Touché.
Supuestamente, aunque no hay documento escrito que lo haya reflejado, Harry y Meghan se comprometieron con Isabel II, que su salida del entorno Windsor les daba la libertada para poder volar libres sin tener que prestar servicios a la corona británica, instalarse donde quisieran y construir su vida como quisieran (lo de la charla con Oprah Winfrey y las que vinieron después no las vieron venir), pero con la condición de que no usaran el tratamiento de Alteza Real. Aunque podían conservar dichos títulos a nivel protocolario, se acordó que no serían utilizados en público.
De hecho, esa es la pequeña grieta que le ha servido al gabinete de comunicación de los duques de Sussex para explicar la situación. Un portavoz oficial de la pareja ha emitido un comunicado urgente, que ha compartido con la revista Hello! desmintiendo cualquier uso activo del título. «La pareja no utiliza sus títulos de Su Alteza Real, a pesar de que no se ha producido una revocación legal formal de los mismos», ha explicado en el comunicado. El Palacio de Buckingham, mientras tanto, permanece en silencio ajeno a la polémica.
Más allá de la polémica de la tarjeta, en su último encuentro con Jamie, Meghan aprovechó para mostrar su lado más humano. De hecho, para mostrarse más mundana y accesible, apareció en el pódcast (que tiene formato audiovisual) con una imagen natural y sin maquillaje: una sudadera, un pantalón oversize y unas zapatillas blancas.
Ahí la duquesa se sinceró y habló abiertamente sobre sus sentimientos, su vida privada y su relación con la realeza. «Tienes que demostrar que eres lo suficientemente bonita y tienes que demostrar que eres lo suficientemente inteligente», explicaba. También habló con su amiga sobre su relación con Harry.
Intentando contener el llanto, Meghan Markle confesaba que viven una nueva etapa como pareja: «Siento que ahora es más como una luna de miel. Él está ahí, constante, haciendo todo lo posible por protegernos como familia».
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.