La confesión de Pablo Urdangarin sobre su madre, la infanta Cristina: «Me ayuda también en...»

Jorge C. Parcero Publicado · 6 de agosto de 2025, 14:09 h

Con el objetivo puesto en alcanzar los éxitos de su progenitor en el balonmano, Pablo Urdangarin (Barcelona, 2000), hijo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, se prepara para la que puede ser su temporada de consagración en el equipo catalán del Fraikin Granollers. A punto de arrancar la pretemporada, con la vista puesta en la selección española y gozando del apoyo constante de su familia, el joven deportista ha concedido una sincera entrevista en la que por primera vez ha hablado abiertamente sobre su madre y el papel que juega la hermana de Felipe VI en su vida.

Pablo, que residió en Barcelona sus primeros nueve años de vida, después en Washington hasta 2012 y posteriormente vivió en Ginebra, donde se instaló su familia, antes de regresar a la capital catalana, ha hablado con la agencia de noticias EFE sobre los ánimos que le brindan sus padres a diario. En particular, el de la infanta Cristina, que durante sus partidos de balonmano es una aficionada más en el pabellón del Granollers y en otros encuentros por toda la península.

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«Mi madre me ayuda también en los temas fuera del deporte», aseguró un orgulloso Pablo Urdangarin. «Es mi mayor fan. Siempre la vemos en las gradas». Durante sus partidos, la infanta Cristina suele estar acompañada de la novia de Pablo, la alemana Johanna Zott, con la que mantiene una consolidada relación sentimental desde 2022. Los gestos compartidos de Cristina de Borbón y su nuera delatan a menudo el alto grado de complicidad que existe entre ellas.

En la entrevista, Pablo Urdangarin también menciona el apoyo constante, pero discreto, de su padre, el que fuera una de las figuras más destacadas del balonmano español tanto con el Barça como con la selección. Él es para el joven su modelo a seguir, aunque insiste en que no hay necesidad de comparar sus respectivos rendimientos en la cancha.

De hecho, como confesaba en su primera entrevista en profundidad, concedida a este mismo medio hace dos años, Pablo Urdangarin no tiene recuerdos de su padre como jugador: «Él se retiró antes de que yo naciese, yo soy del 2000 y él se retiró en ese verano, cuando mi madre estaba embarazada de mí. No lo he visto jugar, pero lo que me dicen es que era muy bueno».

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Asegura el joven catalán que de su padre ha aprendido mucho, no solo como jugador, sino también sobre su mentalidad ganadora. «Sé que la gente me compara con el talento de mi padre, pero prefiero centrarme en mis propios objetivos, progresar como jugador y ver hasta dónde puedo llegar», dice un modesto Pablo. «No me gusta que me comparen, pero entiendo por qué ocurre». Finalmente, y con un nuevo deje de orgullo confesaba que siempre tiene a Iñaki Urdangarin «a mi lado, en cada entrenamiento, en cada partido, y me ayuda mucho».

A sus 24 años, este jugador de 1,94 metros y 85 kilos ya pudo celebrar el pasado mes de marzo ser el MVP de la liga Asobal, después de anotar el gol de la victoria de su equipo ante el Ciudad de Logroño para delirio de sus aficionados. Con su renovación firmada, el jugador del Fraikin Granollers se muestra dispuesto a alcanzar grandes metas este año, tras disfrutar de un verano «de descanso con familia y también un poco de entreno».

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«Este año queremos mejorarlo en todos los aspectos y es lo que vamos a intentar hacer», asegura un Pablo Urdangarin que mantiene intacto el sueño de continuar el legado paterno y debutar pronto en el combinado de los Hispanos tras participar en el Mundial Universitario con la selección. «Ojalá. Yo creo que cualquier jugador quiere jugar en la selección, pero eso, yo paso a paso».

Es cierto que el joven se comparó a sí mismo con el exmarido de la infanta Cristina cuando estaba en el campo. Pero esa época ya ha pasado. «Hace tiempo que ya no es así; ahora lo veo más como un apoyo». Fue en conversación con TVE cuando se describió a sí mismo como «la versión en miniatura, la versión un poco más ágil». Al fin y al cabo, ¿no lleva Pablo Urdangarin el número 77 en su camiseta? Un guiño al de su padre, que en su día lucía el 7.

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