Cómo es Clarence House y por qué el rey Carlos III y Camilla Parker Bowles no van a vivir en el Palacio de Buckingham (de momento)

Clarence House es una de las casas aristocráticas más emblemáticas de Londres, considerada patrimonio nacional. Enclavada cerca del Palacio de Buckingham y Trafalgar Square, comparte jardín con el Palacio de Saint James, donde residió Carlos III en los años noventa.

Fue también la residencia oficial de la reina Isabel y Felipe de Edimburgo, antes de que ella ascendiera al trono. En ella nació la princesa Ana y, más tarde, la reina madre se instaló en Clarence House cinco décadas hasta su fallecimiento, en 2002. También vivió alló la princesa Margarita antes de casarse y, desde 2003, es el hogar de Carlos y Camilla, que se instalaron allí poco antes de su boda.

Clarence House se construyó entre 1825 y 1827, para el duque de Clarence, que se convertiría en el rey Guillermo IV, y su esposa Adelaida. Siguiendo los diseños del arquitecto John Nash, que desarrolló parte de Londres en el siglo XIX, su fachada es totalmente blanca y regular y esconde estancias luminosas y amplias con adornos estucados. Costó más de 22.000 libras de la época, más del doble de lo previsto.

La casa, llena de fotografías personales, obras de arte y antigüedades que pertenecieron a la reina madre, cuenta con cinco dormitorios, un salón con chimenea central y una sala de estar, la sala Lancaster. El llamado salón del jardín, creado por la reina madre a partir de dos habitaciones, es donde se recibe a los visitantes oficiales. Alberga un piano de cola y una suntuosa arpa dorada. Entre los cuadros que la decoran destaca una obra de Leandro Bassano sobre el Arca de Noé.

La sala de la mañana o 'morning room' se diseñó originalmente como sala de desayunos, pero entre 1949 y 1952 se utilizó como estudio del duque de Edimburgo. Hoy acoge también actos oficiales. Para preparar el edificio para Carlos, Clarence House se sometió a una amplia reforma y la renovación de la fontanería e instalaciones eléctricas, así como la retirada de asbesto.

La casa quedó parcialmente destruida durante los bombardeos de Londres en la II Guerra Mundial y no se había pintado en cinco décadas. Carlos recuperó elementos históricos y cambió el interiorismo, aunque quiso conservar el espíritu de su abuela. La mayor parte de los muebles de la reina madre continúan en la residencia.

La renovación incluyó nuevas combinaciones de colores, textiles más modernos y el traslado de varias piezas nuevas de la Colección Real y de la propia colección de arte del rey Carlos. El jardín, en cuyo diseño participó Carlos, un apasionado de la jardinería, se terminó en 2004 en memoria de la reina madre. La planta baja de Clarence House, la oficial, está abierta al público durante los meses de verano. Estas estancias también se pueden visitar de forma virtual desde 2018.

Tanto en la parte oficial como en la parte privada de la casa (la segunda planta y superiores) intervino el decorador Robert Kime, íntimo amigo de Carlos III, que decoró también Highgrove, su casa de campo de Gloucestershire. Colores pastel, pero también encendidos rojos y naranjas, obras del acuarelista John Pipper, de Monet o de pintores británicos de los siglos XVIII y XIX, mobiliario de Chippendale, alfombras afganas y persas, tapices, paredes enteladas, cojines de terciopelo, lámparas de porcelana china y una exquisita colección de relojes antiguos definen unos interiores puramente británicos, elegantes y acogedores.

La reforma costó seis millones de libras, una parte de las cuales salió del bolsillo del propio Carlos. En la biblioteca, las estanterías albergan varias primeras ediciones, como la de 'A través del espejo y lo que Alicia encontró allí' (la segunda parte de 'Alicia en el País de las Maravillas') que Alice Liddell, la niña en la que se inspiró Lewis Carroll, regaló a la Reina Madre. Allí solía tomar el té o daba cenas a sus amigos íntimos y habitualmente es donde Camilla decora el árbol de Navidad. En el comedor con el que está comunicada se celebran cenas oficiales.

En estos más de veinte años, Carlos y Camilla han hecho de este majestuoso y elegante palacete un hogar y parece que, de momento, no tienen intención de abandonarlo para instalarse en el Palacio Buckingham. La prensa británica asegura que esperarán hasta que finalicen las grandes obras de renovación que se están realizando en el palacio desde hace varios años para hacerlo más confortable, moderno y sostenible, y que se estima que duren aún una década.

Mientras tanto, el equipo del hasta ahora príncipe de Gales en Clarence House funciona a medio gas. Carlos III cuenta, a partir de ahora, con el apoyo de los equipos del Palacio de Buckingham. Esta transición empezó con polémica cuando se supo, durante los funerales de Isabel II, que a un centenar de sus trabajadores se les había anunciado su despido mediante una carta del secretario privado del rey, Clive Alderton. Sin embargo, parece que todavía no se ha tomado una decisión al respecto.