los va a dejar plantados La nueva amenaza de los Sussex: Harry todavía no ha confirmado su asistencia a la Coronación de su padre (y no responde a las llamadas de Buckingham)

El príncipe Harry sabe dar dónde más duele a Buckingham Palace, de eso no cabe duda. La cruzada particular que libra contra la burocracia que rodea a la familia real británica, en especial a su padre, Carlos III, está poniendo en peligro toda la planificación de la coronación. Su posible presencia en Westminster Abbey fue la gran incógnita hasta hace nada. Parecía despejada, pero ahora sabemos que no está, ni mucho menos, asegurada.

Todo lo que rodea al hijo menor de Carlos III es problemático. La brecha abierta con el grueso de la familia Windsor tras su exilio estadounidense se convirtió en insalvable con su polémico documental para Netflix y unas memorias escandalosas. Sin embargo, no podía no estar en la coronación, por eso el rey hizo de tripas corazón y le invitó a su gran día. Incomprensiblemente, nada ha salido como esperaba desde entonces.

Las fuentes de Buckingham Palace que hablan con la prensa británica cuentan que el príncipe Harry se ha mostrado totalmente renuente a responder a las comunicaciones de protocolo de Buckingham Palace. No olvidemos que el hijo menor de Carlos III culpa a esta estructura de gran parte de los problemas que tiene con su padre y su hermano, por crear polémicas falsas y no tratar a Meghan Markle de manera adecuada.

Harry no respondió a ninguna de las invitaciones formales que el equipo de protocolo de palacio cursó para invitarle a la coronación. Tras semanas sin recibir respuesta, Carlos III accedió a llamarle personalmente por teléfono para asegurar que sus dos hijos estuvieran presentes en el momento de la proclamación y pudieran jurar su lealtad en público.

Esta cuestión de la jura de lealtad parece de vital importancia para el rey Carlos III, quien ha propuesto que toda la ciudadanía pueda jurar su fidelidad monárquica, y no solo nobles y aristócratas, como era habitual hasta la fecha. El arzobispo de Canterbury incitará a sus compatriotas a recitar con él la siguiente promesa: «Juro que prestaré verdadera lealtad a su Majestad, a sus herederos y a sus sucesores según la ley. Con la ayuda de Dios».

Esta propuesta del rey Carlos III ha provocado ya cierta polémica entre los republicanos , aunque parece que el más renuente a jurar lealtad puede ser su propio hijo menor. Aunque aseguró a su padre que acudiría a la coronación, en estos días previos a la ceremonia Buckingham Palace no consigue confirmar los detalles con el príncipe. De nuevo no se pone al teléfono. Los funcionarios de protocolo aseguran que es más fácil contactar con el Sinn Fein, el partido independentista irlandés, que con el sexto en la línea de sucesión al trono.

Ahora mismo, en Buckingham Palace no se sabe cuándo llegará el príncipe Harry, dónde se hospedará, cuándo se marchará y, lo más importante, qué opina sobre el lugar que ocupará en la abadía de Westminster, diez filas por detrás de su propio hermano. Lo único que tienen confirmado es lo que ya sabían en febrero: que haría un viaje relámpago para la coronación y sin Meghan Markle.

De entonces ahora, hemos sabido que el rey Carlos III y su equipo de protocolo decidieron situar al príncipe Harry en un lugar no preferente y detrás de las casas reales europeas. No ocurrió así en el funeral de Isabel II, cuando se sentó justo detrás de su hermano, el príncipe Guillermo, sus tíos, la princesa real Ana y los príncipes Eduardo y Andrés, y los futuros reyes Carlos y Camilla.

A nadie se le escapa que, en esta posición tan alejada del foco de atención principal, va a ser más complicado para las cámaras de televisión recoger las reacciones del príncipe Harry durante la coronación. Sin duda, esta decisión trata de aminorar la expectación que suscita su presencia y dificultar su protagonismo durante la ceremonia.

De momento, lo único cierto que Buckingham Palace sabe acerca de la asistencia de Enrique de Inglaterra a la coronación es su lacónica contestación por mail a la invitación oficial. Se limita a confirmar que ha recibido los correos electrónicos de palacio, sin añadir nada más. Nadie puede asegurar si acudirá a la coronación o dejará su asiento vacío, un golpe de efecto fatal para una proclamación que se pretende lo más popular posible.

Las reticencias del príncipe Harry a la hora de confirmar su presencia en la coronación del rey Carlos III pueden tener que ver con múltiples causas. Está el asunto del 'seating', claro, tan lejos de la familia real. Pero, también, posibles problemas con su visado, debido a la confesión de haber tomado drogas que realizó en 'Spare', sus memorias. Mentir para obtener la visa puede suponer la deportación y un grupo de extrema derecha ya ha demandado para ver la documentación que envió a inmigración. Preocupante.