Se volvieron invisibles
Crear una cuenta
Iniciar sesiónSe volvieron invisibles
Año nuevo, vida nueva. Al menos por unas horas. Aparcando su particular guerra fría, la familia real danesa al completo vistió sus mejores galas para bautizar este 2025: la primera cena de gala de Año Nuevo organizada por Federico y Mary de Dinamarca como reyes. Los príncipes Joaquín y Marie fueron los invitados sorpresa en la recepción, después de pasar la Navidad lejos de su país de origen.
Sin duda un paso adelante después de mucho tiempo de tensa relación entre ambos hermanos. Porque no todo han sido Juegos Olímpicos y la reina Mary de Dinamarca luciendo estilismos adecuados en París este verano. La familia real danesa ha tenido una «cara B» bastante más dada al salseo durante el mes de agosto, cuando hizo acto de aparición por tierras danesas el príncipe Joaquín de Dinamarca y su esposa, la princesa Marie, coincidiendo, además, con los actuales reyes daneses.
Hizo falta entonces, eso sí, una desgracia «familiar», (el funeral de Per Thornit, considerado como un padre por los hermanos royals y por la propia Mary Donaldson), para poder fotografiar al núcleo duro de la familia real en sintonía, aunque solo fuera porque todos vestían de luto.
La última vez que se les había visto de tan buen talante los unos con los otros ante las cámaras fue cuando Federico se convirtió en rey, aunque en aquella ocasión la princesa Marie le hizo la cobra a su cuñado y no acudió a la ceremonia. Pero si Marie pretendía que su presencia en la iglesia vestida de negro supusiera un golpe de efecto debió de quedar defraudada cuando toda la prensa se preocupó más por la tirita en la cara de la reina Mary que por el retorno de una princesa díscola a un evento privado de la corte danesa.
El desplante de Marie en la proclamación de Federico X fue recogido por los medios y anotado al largo listado de ausencias y malos gestos con los que la mujer del hijo menor de Margarita de Dinamarca muestra al mundo que no es otro todo lo que reluce en palacio.
Tras la retirada de su título de príncipes a los hijos de Joaquín tanto él como sus vástagos han desaparecido en un discretísimo segundo plano. ¿Qué han hecho durante este tiempo?
Tras la gran crisis de los títulos principescos y el abandono de la corona por parte de su madre, el príncipe Joaquín optó por recoger sus bártulos, que estaban colocados en París de una manera un tanto irregular (se supone que iba para una ño y acabó quedándose bastante más), e instalarse en otro continente en un exilio, al que oficialmente no se le puede llamar exilio. Aunque eso sí, las vacaciones en el francés Castillo de Cayx no las perdonan, como han demostrado las imágenes publicadas en su cuenta de Instagram en las que aparecen sus cuatro hijos y su bichón Cerise.
El secreto a voces del destino final del hermano pequeño del rey Federico X después de haber aireado públicamente su malestar por el trato que recibían sus hijos se dio a conocer oficialmente el 1 de septiembre de 2023, cuando se anunció que asumiría un nuevo cargo dentro del Ministerio de Defensa como agregado en la Embajada de Dinamarca en Washington.
Pero de cómo había llevado su familia este nuevo traslado a miles de kilómetros de la corte danesa no se supo hasta abril de este año, cuando la pareja principesca concedió al Washington Post una entrevista en la embajada de apenas dos frases que se cuidaba mucho de explicar en titular y entradilla que la única aspiración de los royals en tierras americanas era llevar una «vida normal».
Un objetivo, el de pasar desapercibidos que, al parecer, estaban consiguiendo con creces: «Llevamos siete meses viviendo aquí y muy poca gente sabe quiénes somos, aparte de los daneses», aseguró el príncipe al entrevistador.
De las escasas declaraciones que se podían leer en el medio norteamericano se dedujo que el hermano del rey estaba llevando a cabo una misión muy importante, muy militar y muy secreta en Washington, que sus hijos menores eran felices en el colegio internacional en el que estudiaban y que la princesa Marie estaba igual de resentida que siempre por la pérdida de los títulos de sus hijos pero contenta de moverse en la sociedad americana «como pez en el agua».
Pero que se encuentren lejos de su patria oficial no implica que Joaquín y Marie hayan abandonado sus deberes para con la corona danesa. El pasado 30 de mayo, de hecho, los medios daneses confirmaron que ambos continuaban trabajando a «pleno» rendimiento: él seguía siendo la cara visible de 25«patrocinios (aunque en el artículo del Washington Post se aseguraba que era mecenas de 60 organizaciones distintas) y ella se hacía cargo de otros 13, incluyendo el de la asociación culinaria danesa que hasta entonces llevaba a cabo la hermana de la reina Margarita, la princesa Benedicta.
Como 13 debía de saberle a poco, la princesa Marie decidió ganar relevancia también en Estados Unidos y se ha asociado con la Veteran Coalition International, una organización sin fines de lucro danesa-estadounidense que se centra en la atención a largo plazo para veteranos internacionales/de la OTAN y sus familias. Todo muy marcial y entroncado con la carrera de su marido.
Por su parte, los degradados de príncipes de Dinamarca a condes de Monpezat confirmaron este verano vía Instagram que se cubren oficialmente todas las etapas de la edad del pavo. La pequeña, Athena, ya tiene 12 años, su hermano Henrik, 15; Félix ha celebrado este verano su cumpleaños número 22 y el conde/modelo Nicolás ya ha cumplido los 24 años.
Los hijos mayores del príncipe Joaquín de Dinamarca parecen haber superado de sobra el mal trago de la pérdida de estatus y están centrados en encontrar su propio camino, a poder ser, bien acompañados. El mayor, Nicolás, se acaba de graduar, tras cinco años de estudio, en la Escuela de Negocios de Copenhague y tras hacer un máster en economía en Australia.
Un gran momento que el joven compartió con su madre, la primera mujer del príncipe Joaquín, Alexandra Manley, y su hermano pequeño, Félix. Curiosamente en las imágenes que compartió en Instagram no aparecía en un día tan señalado su amor desde el instituto, Benedikte Thoustrup.
Por lo menos, en su caso, podemos afirmar que el tiempo todo lo cura y el enfado con sus tíos y su abuela por dejar de ser príncipe ya no le afecta. De hecho, parece disfrutar de la libertad que le otorga su nuevo estatus, con su cuenta de Instagram pública, su portfolio de trabajos como modelo y sus imágenes idílicas con sus padres y hermanos en los Alpes esquiando o descubriendo cascadas con su novia en Nueva Zelanda.
El siguiente en edad, el conde Félix, también ha debutado en el mundo de la prensa del corazón por la puerta grande: en febrero se supo que estaba enamoriscado de una actriz chileno-danesa llamada Mie Sofía Elers. La muchacha no tardó mucho en confesar en sus redes sociales que estaba bastante harta de la persecución que sufría por ser la «novia de» y fue bautizada en un tiempo récord la «Meghan Markle danesa».
Decidido a buscar su propio camino se ha dedicado a copiar los pasos de su hermano mayor: empezó la carrera militar y la dejó (como Nicolás); compagina sus estudios en la Escuela de Negocios de Copenhague con un trabajo como modelo de una forma de joyería y si su hermano acude a una cacería privada en una finca sevillana, él lo acompaña.
De Henrik y Athena, los pequeños de la familia, poco se puede decir, salvo que aparecen más mayores de lo que dictan sus edades, que se pasean por Washington con sudaderas de lo más plebeyas y que parecen estar creciendo bastante relajados fuera de las fronteras danesas.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.