En medio de la polémica huída de Charlene de Mónaco, Alexandre Grimaldi-Costa, el hijo secreto más desconocido y discreto de Alberto II, cumple 18 años: ¿por qué no puede ser heredero al trono del Principado?

Ana Calvo Actualizado · 24 de agosto de 2021, 14:49 h

A pesar de los rumores que siempre han rodeado a la figura de Alberto II, el Príncipe tiene un currículo sentimental de lo más completo. Romances con modelos, escarceos cacareados en la prensa de sociedad y un matrimonio siempre en entredicho, el hermano de Carolina y Estefanía de Mónaco es, además, padre de familia desestructurada y numerosa: además de los dos gemelos que tiene con la Princesa Charlene (Gabriela y Jaime, nacidos el 10 de diciembre de 2014), el Príncipe Alberto tiene reconocidos a dos hijos de relaciones extramatrimoniales, Jazmin Grace, de 29 años; y a Alexandre, que hoy cumple 18 años.

Al igual que su hermana mayor, Jazmin Grace, Alexandre llega a la mayoría de edad con el apellido Grimaldi unido a su nombre, pero sin derechos dinásticos en el Principado. El reconocimento como miembro de la familia lo ganó en los Tribunales en 2005, previa demanda de paternidad de su madre, la azafata togolesa Nicole Coste, a la que el Príncipe conoció en un vuelo de Air France y con la que mantuvo una relación formal de seis años que, sin embargo, tuvo que terminar por la oposición de Rainiero a una boda real entre ellos.

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A pesar de no estar en la línea de sucesión al trono (como sí están sus hermanos pequeños, sus tías, Carolina y Estefanía, o sus mediáticos primos) Alexander y Alberto tienen una relación estrecha y cordial, y es habitual desde hace unos años ver al joven participar en actos importantes en la vida de los Grimaldi, como la boda de Louis Ducruet y Marie Chevallier en 2109, o el último Baile de la Rosa. En un discreto segundo plano siempre, eso sí.

A diferencia de Jazmin Grace, que intenta hacerse un hueco como actriz y cantante, Alexandre prefiere una vida relajada y anónima. Sabemos que vive en Londres con su madre y sus dos hermanos y que veranea en la Costa Azul, ya que Alberto II, además de una pensión de 10.000 euros, le regaló un piso en un exclusivo piso y una mansión en Villefranche-sur-Mer. Y es que, aunque les haya dejado una posición económica muy desahogada y puedan acceder a su herencia en caso de fallecimiento, según dicta el artículo 10 de la Constitución de Mónaco, solo los descendientes «directos y legítimos» del monarca, en este caso, sus hermanas pueden heredar el trono del Principado.