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Quién es Jawaher Bint Hamad, la jequesa de Qatar (amiga de Letizia) que tiene la clave del futuro de las mujeres en su país

La jequesa de Qatar se enfrenta a las polémicas que sufre su país en pleno Mundial de Fútbol. Pero tiene mucho que aportar: su apuesta por las mujeres se basa en la educación y los deportes.

La jequesa de Qatar, Jawaher Bint Hamad, y el emir Tamim bin Hamad Al Thani, junto a Felipe VI y la reina Letizia en su última visita a nuestro país. gtres

Las televisiones ya emiten uno de los eventos más esperados del año, el Mundial de Fútbol en Qatar, y la jequesa Jawaher Bint Hamad se dispone a abrirle al mundo las puertas de su país. En medio del caos, la mujer de emir Tamim bin Hamad Al Thani, de 38 años, ha dado su pistoletazo de salida con el recibimiento a las esposas de los líderes mundiales.

La jequesa (y su familia) se enfrenta estos días a la mirada internacional recelosa. El propósito de calmar las polémicas se complica. Los artistas que iban a asistir se niegan a participar a cuentagotas: primero, la cantante Dua Lipa; después, Shakira; y el último y más polémico, Maluma, que se levantó en plena entrevista televisiva y se fue llamando «grosero» al periodista israelí que le preguntó por los derechos humanos en Qatar y no ha vuelto a aparecer.

Ni siquiera va a hacer acto de presencia la reina Letizia, quien ya había coincidido con el emir y la jequesa el pasado mayo. Felipe VI asistirá solo este miércoles al primer partido de La Roja contra Costa Rica.

En medio de la crisis de imagen, Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani (este es su nombre completo), jequesa de Qatar, arroja su propia luz. Para la mayoría, es un enigma de Medio Oriente frente a otros personajes, a diferencia de la notoria Rania de Jordania.

Se ha hablado más de la madre de su marido (y predecesora), Moza bint Nasser al-Missned, a la que llamaban Grace Kelly y la Nefertiti de Qatar. De hecho, es tan popular que fue la única mujer que asistió al estadio Al Bayt cuando comenzó el Mundial.

Hay quien considera que los padres de Tamim aún tienen la última palabra en Catar, a pesar de que el jeque Hamad bin Jalifa Al Thani abdicó en 2013. La pareja que ocupa el poder actualmente es la generación más joven de los Al Than una familia que, según la prensa británica, tiene más de 450.000 millones de dólares.

Qué defiende la jequesa Jawaher en Qatar

La jequesa se estrenó con los reyes de España en su primer viaje de Estado, en primavera (después solo ha ido al funeral de Isabel II). El acompañamiento fuera de su país es un privilegio que tiene solo ella (de ahí su poder de cara al exterior). Esto ocurre porque ella es primera de las tres esposas que tiene Tamim bin Hamad Al Thani.

Jawaher llegó a Madrid desprovista de su velo, con un abrigo largo de Channel, un pantalón de lentejuelas y un bolso Kelly de Hermès. Iba entera de blanco, a juego con el conjunto de la reina Letizia. Ambas resplandecían en las fotos.

Se sabía poco de ella y su vida, atípica para los occidentales, sorprendió. Casada en 2005, es hija del jeque Hamad bin Suhaim Al Thani, que fue ministro de Estado y tío del actual mandatario. Es decir, ella es la prima segunda de su marido (casarse con un familiar es una costumbre en el país). También es madre de cuatro de sus 12 hijos: Almayassa, Hamad, Aisha y Jassim.

En un plano más académico, se licenció en Administración de Empresas por la Universidad de Catar. Decidió dedicarle su título a su esposo: «Después de Dios, su alteza me acredita en mi vida científica y práctica como esposa y madre».

Los jeques de Catar en su visita a España.

Jequesa, esposa, madre, universitaria y, por último, y como clave para este encuentro multitudinario, es amante de los deportes. Por eso, su aportación a la Copa Mundial de Fútbol de 2022 es recordar que también tienen protagonismo las mujeres. Además de mostrar su apoyo a varias actividades femeninas, creó en el año 2010 un torneo de futbol con su nombre para las deportistas.

Incluso en su propio país, la jequesa Jawaher se mantiene casi en el anonimato. Las veces que ha querido ponerle cara a alguna causa se ha centrado en ser el altavoz para los universitarios.

Por ejemplo, en 2017 acompañó a la promoción más numerosa de mujeres graduadas de la Universidad de Qatar (QU). Fueron 2.411 estudiantes las que recibieron sus certificados de la mano del presidente de QU, el Dr. Hassan Al Derham. «Este evento significativo es un testimonio del papel activo de las mujeres en la sociedad qatarí», añadió el representante de la institución.

Durante varios años, ese ha sido su evento predilecto. Acudió a la misma ceremonia en el Complejo de Deportes y Eventos QU incluso en 2020, un año tocado por una pandemia. Los trabajadores habían tenido que doblar los esfuerzos y la mujer del emir aprovechó para insistir en la importancia de invertir en ciencia e investigación.

El último año, en su discurso, recordó sus días en la universidad y animó a los estudiantes a continuar la educación, el estudio y la investigación científica en aras del avance de la nación. Según ella, esa es la mejor manera de construir «una persona consciente y responsable que pueda contribuir al servicio y avance de la patria».

Cuál es la situación de las mujeres en Qatar

Puede parecer que estudiar una carrera universitaria, fomentar la educación e impulsar el deporte femenino son detalles insignificantes por parte de una persona que representa al país, como la jequesa. Pero hay que mirar toda la escena (y a las mujeres que están en ella) para entender la magnitud de estos gestos.

En primer lugar, las ciudadanas de Catar están sometidas a la tutela. Necesitan el visto bueno de los hombres (padre, esposo o hasta hermano) para tareas tan simples como casarse, estudiar, trabajar o viajar, como recogió Human Rights Watch en un informe.

La lista de libertades vulneradas es extensa y les afecta en sus relaciones personales. Según la CNN, las mujeres casadas deben obedecer a su esposo y no pueden rehusarse a tener relaciones sexuales, salvo por razones «legítimas», según la ley de Catar. Para ellas, es muy difícil divorciarse y, más aún, obtener la tutela sobre los hijos. Heredan la mitad que sus hermanos y tampoco hay leyes contra la violencia doméstica.

Con esta premisa no es de extrañar un último detalle protocolario: las visitantes que quieran asistir a los museos y edificios oficiales tendrán que cubrirse los hombros y las rodillas. Esa norma también la ha seguido la única protagonista de Qatar en la inauguración del mundial, la cantante local Dana Al-Fardan.

La artista apareció (como era de esperar) tapada, tanto cuerpo como rostro; aunque su presencia también es un guiño a las pioneras. Ha sido la primera mujer en cantar en inglés en su país y es embajadora cultural de la Orquesta Filarmónica de Qatar. «La única mujer en el mundial», rezan los tituares de los medios internacionales.