borbón y windsor
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Fue fundada en 1448 por Eduardo III y es la máxima distinción que concede la Corona británica. Isabel II ya le había concedido el ingreso en la Orden de la Jarretera al rey Felipe VI como «caballero extranjero», en julio de 2017, durante la visita oficial de los monarcas a Londres y Oxford, y ese 17 de junio de 2019, fue investido, en Windsor, en una solemne ceremonia que tuvo lugar en el salón del trono del castillo de Windsor. Junto a él, la reina Letizia logró captar todas las miradas.
Ese mismo día también recibía la condecoración el rey Guillermo de los Países Bajos. Isabel II presidió el desfile junto a ocho miembros de la familia real británica, ocho miembros extranjeros, el entonces Príncipe de Gales Carlos y 23 caballeros y damas de la congregación. Esta distinción es vitalicia, pero puede perderse si se cometen delitos de herejía, traición o cobardía, según reza la tradición.
Hubo trompeteros, «beefeaters» y bandas de Caballería y Granaderos, decenas de invitados y un Te Deum en la capilla de Palacio, aunque la concesión de la condecoración se realiza en privado. Toda la liturgia de esta tradicional ceremonia se inspira en las leyendas del Rey Arturo y sus caballeros de la Tabla Redonda.
Junto a los demás miembros, y precedido de la Hosehold Cavalry, el regimiento más antiguo del Reino Unido, don Felipe desfiló con la insignia que lleva la cruz de San Jorge y la liga de la Orden, azul y con una hebilla, además de lucir una vistosa toga de terciopelo azul y un sombrero estilo Tudor del mismo tejido y color con un amplio penacho de plumas de avestruz.
Una antigua leyenda
Los miembros reciben también un collar del que cuelga una imagen de San Jorge matando al dragón con su lanza. Tras la concesión, hubo un servicio religioso. La leyenda sobre el nacimiento de esta distinción cuenta que ocurrió durante un baile en el que participaban Eduardo III y Juana de Kent, su esposa. Esta perdió una liga azul en un momento del baile y para evitar el bochorno, Eduardo III la anudó a su pierna y pronunció las palabras que forman su divisa: «Honni soit qui mal y pense» («Que se avergüence quien de esto piense mal»). La reina Isabel siguió la procesión de los caballeros en un rolls-royce. Juan Carlos I ya recibió la distinción en 1989.
Pero emocionante ceremonia de la Jarretera sirvió también para mostrar un interesante duelo de estilo entre la reina Letizia y la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, con la reina Máxima y con otras damas de la familia real británica. A doña Letizia y Kate se las pudo ver juntas contemplando la procesión y compartiendo un elegante carruaje con sus esposos, desplazándose al té programado tras la celebración en el salón de recepciones.
Para la ceremonia, el protocolo manda vestido corto y tocado, y doña Letizia deslumbró con su elección: escogió un vestido de la firma sevillana Querubina con mangas largas abullonadas, puños con botones, cuello «perkins» y largo midi, de color blanco y con un tenue estampado de lunares negros.
Las joyas de pasar de la reina Letizia
Como tocado, llevó uno de la misma marca: una diadema negra decorada con una peonía de plumas de oca, rematadas por otras más altas, y un velo de rejilla. Lució zapatos de Manolo Blahnik y una cartera de mano de Jimmy Choo. Pero si algo destacó por encima de todo fueron las joyas de doña Letizia: optó por los pendientes de chatones de diamantes de las «joyas de pasar» y un broche floral que pertenece a la reina Sofía.
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Con los pendientes es muy posible que quisiera hacer un guiño a la monarquía británica, puesto que pertenecieron a la reina Victoria Eugenia, nieta de la reina Victoria. En esta ocasión, coincidió en los colores con Kate Middleton, que optó por un abrigo vestido blanco con vivos en negro. La entonces duquesa de Cambridge llevó un amplio tocado lateral con ala ancha. La reina Máxima escogió un vestido con mangas capa y gran cinturón, y un tocado lateral vertical, todo en rosa palo.
Además de con Kate Middleton, Doña Letizia conversó animadamente con la entonces duquesa de Cornuailles, Camilla, que lució un abrigo rosa y gran pamela, y la duquesa de Edimburgo, con una colorista falda de color naranja y un sombrero plano con plumas.
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Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.