La reina Letizia al rescate de las joyas millonarias perdidas: cómo podría recuperar para el joyero real los diamantes y zafiros de Eugenia de Montijo y la infanta Isabel

Máxima expectación en Ginebra, donde la casa Sotheby's saca a subasta un lote que lleva el nombre de la Casa Real española. ¿Se atreverá Letizia a pujar por joyas de Eugenia de Montijo y la infanta Isabel, más conocida como la Chata?

Los misteriosos pendientes de rubíes de la reina Letizia. Compuestos por 216 diamantes en cascada y 12 rubíes, no se conoce su procedencia. / gtres

Elena de los Ríos
ELENA DE LOS RÍOS

Las idas y venidas de las joyas que lucieron las reinas españolas, sobre todo Isabel II y Victoria Eugenia, no cesan. De hecho, los expertos en piezas históricas están alerta ante el posible resurgir de alguna de ellas, ya sean en los privilegiados cuerpos de ricas y poderosas o, como es el caso, en subastas de altos vuelos. Una de ellas sucederá la semana que viene en Sotheby's Ginebra. La expectación es máxima por comprobar quién se lleva las piezas de Eugenia de Montijo y la infanta Isabel, la Chata. ¿Quizá Letizia?

Las fans de las joyas, sobre todo si pertenecen a patrimonio nacional, lo tenemos claro: merece la pena invertir en estas piezas que no dejan de revalorizarse y que, además, realzan la marca España que representa la reina y sus hijas. Pero, además, podría ser Letizia o Felipe VI quien, a título particular, pujara en subasta por estas piezas tan significativas para la familia. Si luego quisiera donarlas al grupo de joyas de pasar sería extraordinario.

La primera pieza que se pone a tiro de Felipe y Letizia, la más accesible además, son unos pendientes de la infanta Isabel, condesa de Gigenti y más conocida como la Chata. La hija de Isabel II y hermana mayor de Alfonso XII poseyó unos pendientes de perlas naturales y diamantes que Sotheby's describe como una perla en forma de botón que sostiene un colgante desmontable engastado con una perla en forma de gota, rematada con diamantes talla rosa.

La infanta Isabel, retratada por Vicente Palmaroli. (Foto: PATRIMONIO NACIONAL)

Estos pendientes pasaron a la bisabuela del rey Juan Carlos, María Antonieta de Borbón-Dos Sicilias, con lo que es alguno de sus descendientes quien se desprende de esta joya. Sothebys Ginebra la saca a subasta con el objetivo de obtener por ellos entre 28.000 y 32.000 euros. No es una suma tan descabellada para una pieza con valor histórico y sentimental.

Si se produjera este rescate de joyas pertenecientes a miembros de la familia real española, no sería el primero. El rey Juan Carlos I recuperó para el lote de joyas 'de pasar', la tiara Cartier y la Rusa, aunque no las adquirió en subasta, con el desembolso extra que significa. Las consiguió gracias a un acuerdo secreto con sus hermanas, las Infantas Pilar y Margarita (herederas de la tiara Rusa), y con su tía la infanta María Cristina (poseedora de la Cartier).

Por qué el rey Felipe podría recuperar para Letizia alguna de estas joyas históricas

Atención, porque el hecho de que el rey emérito Juan Carlos haya logrado engrosar el joyero real con dos piezas relevantes, podría animar al rey Felipe a seguir sus pasos y tratar de reintegrar al lote de joyas 'de pasar' alguna alhaja histórica, relacionada con la casa real española. Ahora tiene la opción en subasta, pero también puede impulsar negociaciones familiares.

Recordemos que existe otra tiara, la de zafiros y brillantes, que era propiedad de la infanta Pilar y que, seguramente, ha pasado a manos de su hija, Simoneta Gómez Acebo. Quizá esta pieza podría reintegrarse, permitiendo a Simoneta y a sus descendientes femeninas llevar en fechas señaladas (por ejemplo, bodas). Lo mismo puede ocurrir con la tiara de diamantes que posee la infanta doña Pilar y que pasaría a manos de María Zurita.

En el mismo lote de joyas históricas, Sotheby's Ginebra incluye otra pieza que tiene que ser del interés de la familia real, aunque su precio es sensiblemente superior al de los pendientes de la infanta Isabel. Se trata de un brazalete de Eugenia de Montijo, la emperatriz española que se convirtió en la mujer más elegante de su época, gracias en parte al modista Charles Frederick Worth.

Eugenia de Montijo, en un retrato de Franz Xaver Winterhalter, conservado en el palacio de Liria.

Con el final del II Imperio, el exilio británico de la familia imperial conllevó la venta de gran parte del joyero de Eugenia de Montijo. Pero no todas las piezas terminaron empeñadas. Algunas sí fueron heredadas por la reina Victoria Eugenia, aunque esta también tuvo que empeñar varias joyas (las famosas esmeraldas, por ejemplo) para sufragar su exilio.

El brazalete que nos ocupa, un diseño de 1850 compuesto por una gran esmeralda rodeada de diamantes, pasó de Victoria Eugenia a su hija, lady Portsea. La ambición de Sotheby's Ginebra al respecto de esta pieza es aún mayor que la de los pendientes de la infanta Isabel: se espera superar los 80.000 euros.

Dejamos para el final una pieza más, que en este caso está directamente emparentado con la familia de la reina emérita Sofía. Se trata de un broche que perteneció a la princesa Victoria Luisa de Prusia, abuela de la reina Sofía. Se trata de un enorme lazo de diamantes que la casa Sotheby's Ginebra saca a subasta desde 50.000 euros. Teniendo en cuenta su procedencia, seguramente superará ampliamente esta cifra.

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