¿reconciliación?
¿reconciliación?
Había una esperanza: que los fragmentos traducidos de la versión francesa de Reconciliación hubieran extractado suficientemente las memorias del rey Juan Carlos. Ya podemos avanzar que aquella esperanza fue vana, pues pocas horas después de la publicación en España del famoso volumen ya se puede aseverar que su contenido polémico es largo. El emérito dispara contra todo, también contra la reina Letizia.
Lo iremos viendo: conforme avancen los días, irán apareciendo los fragmentos más polémicos y sorprendentes de las memorias, una verdadera pesadilla para la Casa Real, que ve comprometida su estricta política de no reaccionar ni dar explicaciones de otra cosa que no sea la actividad de agenda oficial de la Corona. De hecho, esta semana ha tenido que romperla para explicar que nada sabía del famoso vídeo viral del emérito.
Sabemos que el rey Juan Carlos es especialmente crítico con la reina Letizia, pues lo ha dejado por escrito en sus memorias. Su opinión acerca de la Reina impregna, en realidad, casi todas las manifestaciones que realiza al respecto de la familia real.
Durante décadas fue la reina Sofía el blanco fácil de su errático comportamiento privado y hasta público, pues en distintas ocasiones evidenció malestar por las palabras o la mera presencia de su esposa. Ahora parece que es la reina Letizia la causante de sus males, en especial de la escasa relación que tiene con la princesa Leonor y la infanta Sofía.
La voluntad de causar un malestar cierto tiene mucho que ver con los párrafos en los que nombra a la reina Letizia y, sobre todo, con los episodios que el rey emérito decide comentar en sus memorias. De hecho, vuelve a una de las escenas que llegó a propiciar un distanciamiento más que incómodo con Marie-Chantal Miller y Pablo de Grecia, íntimos del rey Felipe VI.
Lo recordamos todos: hablamos del famoso incidente en la catedral de Palma de Mallorca en la Semana Santa de 2018, cuando las cámaras de televisión captaron la resistencia de la reina Letizia mientras la reina Sofía, insistía en llevarse con ella a la princesa Leonor y a la infanta Sofía, aunque las niñas no estaban por la labor. Una misteriosa situación que suscitó varias teorías.
En un primer momento, la escena se achacó a que Leonor y Sofía no querían posar para los fotógrafos como pedía su abuela y que la reina Letizia intervino para que no se vieran obligadas. Más tarde se aseveró que la emérita había querido alterar el arreglo para la foto que la reina Letizia había pactado previamente. En realidad, nada pudo confirmarse. Lo único cierto es que el incidente fue comentado en todos los telediarios y hasta en el Washington Post.
La repercusión de esta escena fue tal, que Marie-Chantal Miller publicó un famoso tuit en el que salía en defensa de la reina Sofía. Decía: «Ninguna abuela merece ese trato. Letizia ha mostrado su verdadera naturaleza». Tras este texto, se enfrió la relación entre los reyes Felipe y Letizia y los entonces príncipes herederos griegos. Una cordialidad que no se restableció hasta 2024, cuando Letizia y Marie-Chantal se reencontraron en el funeral del rey Constantino.
Es muy significativo que el rey Juan Carlos haya querido volver a este dañino episodio en sus memorias, para dar su opinión acerca de aquel incidente que él presenció de manera tangencial. Lo hace de la siguiente manera: «Desde mi abdicación, solo he estado allí una vez, en 2018, a petición de la Casa Real, que quería mostrar la unidad y armonía de la Familia Real. Resultó ser un desastre», escribe en Reconciliación.
Y continúa: «La reina Letizia, mi nuera, se enfadó con Sofi delante de las cámaras, al salir de la misa de Pascua. Los montajes de los comunicadores no consiguen milagros. Creo más en la espontaneidad y en la veracidad», relata el rey Juan Carlos, acaso confirmando que la reina Letizia había pactado una foto que la reina Sofía no tuvo en cuenta. Pero el emérito no se detiene aquí. Aprovecha para explicar las dificultades que ambos abuelos han tenido para relacionarse con sus nietas.
«Por desgracia, nunca he podido salir solo por Madrid con mis nietas Leonor y Sofía. Mi mujer nunca ha podido recibirlas a solas en Palma, como hace habitualmente con todos sus primos», escribe el rey Juan Carlos en sus memorias, hablando además en nombre de la reina Sofía. «Las veía de vez en cuando, pero le habría encantado verlas más a menudo, sobre todo porque viven a escasos cien metros de distancia».
Es, probablemente, un fragmento especialmente dañino, pues pone frente a frente a la reina Sofía y a la reina Letizia, dos mujeres ejemplares en posiciones esenciales en la actual historia de nuestro país que han tenido su recorrido, pero que han sabido, con elegancia, clase y alto nivel e inteligencia emocional, encontrar un encaje personal y profesional digno de alabanza.