Por qué la reina Letizia solo ha llevado la tiara Princesa una vez: el regalo del rey Felipe que podría lucir pronto Leonor

La primera aparición ante la realeza europea de doña Letizia como reina tuvo lugar en Dinamarca, en el 75 cumpleaños de la reina Margarita, el 15 de abril de 2015. Once años antes, su primera aparición como futura princesa de Asturias tuvo también lugar en Copenhague, la víspera de la boda de los reyes Federico y Mary. En ambas apariciones captó la atención. En la primera, por un espectacular diseño rojo cereza de Lorenzo Caprile.

En la segunda, vestida con un vestido de Felipe Varela con estampado floral en negro sobre blanco, que conjuntó con un mantón de Manila negro –que llevaba en el brazo–, llamó la atención por su tiara, una joya que exhibía por primera vez. Se trataba de la primera –y única– tiara de su joyero personal, la Ansorena o Princesa, un regalo del rey Felipe por su quinto aniversario de boda, en 2009, que, sin embargo, la reina tuvo guardada hasta ese momento y que no ha vuelto a lucir desde entonces.

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La tiara está realizada en oro blanco y adornada por varias circunferencias y medias lunas, con una parte central en forma de flor de lis, emblema de los Borbones, que se puede desprender y lucir como broche. Tiene 450 diamantes en talla brillante y está coronada por 10 perlas australianas de esfera perfecta que van disminuyendo de tamaño hacia los lados. Según los expertos, tiene un valor de 50.000 euros.

La razón es la calidad de sus perlas, ya que los diamantes no son de gran tamaño. Las perlas pueden llegar a tener un valor muy superior, en función de su perfección y calidad, al haber sido elegidas entre miles de otras perlas. La reina Letizia ha utilizado en numerosas ocasiones el broche de la parte central, especialmente para sujetar sus bandas.

Elena Mato, de la joyería Ansorena, explicó en una entrevista que el diseño de la pieza había sido un trabajo de su padre, Alfonso Mato, esposo de Paloma Ansorena, y que el propio rey había colaborado en su diseño. No es casual que Felipe VI escogiera esta centenaria joyería de Madrid, pues ha mantenido desde mediados de del siglo XIX una relación privilegiada con la Casa Real, elaborando muchas de las grandes joyas históricas que forman parte del joyero de los Borbón, como la tiara Flor de Lis o el collar de chatones, regalos de Alfonso XIII a la reina Victoria Eugenia.

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Parece que la reina había previsto estrenar la diadema en la boda de la princesa Victoria de Suecia con Daniel Westling, celebrada el 19 de junio de 2010, pero, en el último momento, doña Letizia decidió no hacerlo y buscar otra ocasión. La razón habría sido la complicada situación económica de aquellos días, poco propicios para hacer exhibición de grandes joyas.

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Tras estrenarla en la celebración del 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca, sin embargo, doña Letizia no ha vuelto a sacar la diadema de su joyero. Hoy tiene a su disposición todo el «trousseau» de la «joyas de pasar», que ha lucido en numerosas ocasiones desde que se convirtió en reina. ¿Quizá conserva la tiara Ansorena para una ocasión especial?

Para los observadores, la verdadera causa de esta «desaparición» estaría en que la reina ha decidido reservar su primera tiara personal para sus hijas, especialmente para la princesa Leonor, cuando llegue el día de su primer acto de gala. A pesar de sus grandes perlas, la tiara Ansorena resulta sobria y ligera, muy adecuada para una joven princesa y fácil de llevar con un recogido sencillo. El tiempo dirá si esta joya tan especial recupera el protagonismo que se merece.

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