La reina Sofía y su tradición a lo Downton Abbey en Zarzuela: infiltrada en secreto en la fiesta de Navidad de sus empleados

La reina Sofía, única titular de nuestra familia real residente en Zarzuela, es la persona que guarda de momento las esencias del viejo estilo de vida aristocrático, heredado de las más grandes y poderosas familias del siglo XIX. Es probable que con ella se vayan algunas de esas costumbres que, aunque parezcan del pasado, desde un punto de vista más humano, nos resulten propias de una persona tan sentimental como inteligente.

Para ponernos en situación, podemos echar mano de las socorridas series, entre ellas de nuestra favoritísima Downton Abbey. Allí se retrata a la perfección la convivencia entre criados y señores en una misma mansión, concebida como un artefacto que unos cuidan y otros disfrutan. ¿Podemos imaginar Zarzuela como un lugar parecido al hogar de los Crawley? Gracias a la reina Sofía, sí.

No podemos olvidar que Zarzuela ha sido y es el hogar de la reina Sofía, el lugar donde fundó su familia y donde tejió sus primeras complicidades, ya que no tenía a nadie de su propia familia en España. Algunos empleados la acompañaron durante muchas décadas y han formado parte de su paisaje doméstico desde siempre. Hablamos de una relación que no tiene nada que ver con el moderno vínculo profesional entre empleador y empleados.

Ahora mismo, con el rey emérito Juan Carlos en Abu Dabi y el núcleo duro de la familia real residente en el Pabellón del Principe, el personal destinado a mantener Zarzuela en plena forma podría rondar las 600 personas, según datos de Pilar Eyre recabados en 2021. Incluyen 139 funcionados de Casa Real, escoltas y 60 conductores para 44 coches. Sin duda, algunos trabajadores han acompañado a los eméritos durante largos años.

Como es natural, los reyes Juan Carlos y Sofía habrán tenido una relación más estrecha con aquellos empleados cuyo trabajo requiriera más intimidad diaria con los monarcas. Otros, aunque también veteranos en Zarzuela, quizá no tuvieran tanto contacto con los eméritos. Pero, para todos, la abuela de Leonor y Sofía ha tenido un detalle especial que reconoce la importancia de este personal en la vida de la familia real, sobre todo, en Navidades.

Gracias a la periodista Silvia Taulés conocemos que la reina Sofía ha asistido a la fiesta de empleados de Zarzuela, en plan infiltrada. No es algo infrecuente, sino que la emérita tiene este detalle cada año y suele acercarse al restaurante cercano a Zarzuela donde se celebra esta reunión para saludar personalmente a todas las personas que hacen su vida más fácil cada día.

Aunque la reina Sofía no se alarga en su visita a la festiva reunión, se trata sin duda del reconocimiento de que la relación profesional llega a hacerse personal, sobre todo con empleados que trabajan cada día muy cerca de la monarca. Es la misma circunstancia que vemos en 'Downton Abbey' y otras series de época: los aristócratas considerados se preocupaban por sus criados más allá del sueldo, como parte fundamental del funcionamiento de la casa y confidentes de los secretos de la familia.

Evidentemente, los empleados de Zarzuela han sido testigos mudos de muchos avatares familiares protagonizados por los Borbón y la reina Sofía es consciente de lo importante que es contar con la lealtad y discreción de estas personas. La emérita muestra con estos detalles la inteligencia de viejas costumbres que da pena ver desaparecer en aras de la fría profesionalización. Sobre todo porque la fachada ejecutiva de lo profesional no liquida la influencia, constante, de las emociones humanas.

La reina Sofía acostumbra a permanecer en esta reunión de empleadas alrededor de una hora, suficiente para saludar a todos pero sin monopolizar ni coartar la fiesta. «Es una mujer atenta y pendiente de todo el mundo, muy querida por todos porque lo hace sin estar obligada y es la única, además, que tiene estas atenciones con los trabajadores», indicaron a 'Vanitatis' fuentes de Casa Real. ¿Continuará esta tradición la reina Letizia?