PELEAS POR LOS PELOS La tensa relación entre la reina Sofía y su suegra, María de las Mercedes: una pelea, un descuido y dos temperamentos opuestos

La reina Sofía nunca encajó con su suegra, María de las Mercedes. Las dos royals tenían una personalidad opuesta. Además, la madre de Juan Carlos I pasaba los años más oscuros de su vida.

La reina Sofía y su suegra, María de las Mercedes.

Claudia Vila
CLAUDIA VILA

La mala relación entre suegra y nuera ha sido la tónica royal en nuestro país. Una muestra de esa tensión la pudimos ver en el famoso rifirrafe de Palma entre la reina Letizia y Sofía de Grecia, pero la segunda también sufrió discrepancias con la madre de su marido, Juan Carlos I. María de las Mercedes de Borbón y Orleans jamás se entendió con la esposa de su hijo: tenían temperamentos opuestos.

«La relación entre ellas nunca fue muy fluida e incluso tuvieron varios desencuentros», confirmó Pilar Eyre sobre Sofía y María de las Mercedes. La periodista, fascinada por el personaje, escribió una biografía sobre la madre del emérito, un libro titulado María la Brava. Allí recoge anécdotas que confirman los conflictos de la mujer de Juan de Borbón.

Es mucho más sencillo seguir las riñas de la monarquía española ahora que hace un siglo, porque hay cámaras que capturan en los vídeos esos gestos inevitables y difíciles de controlar. La imagen no verbal dice de las relaciones de la madre de Leonor y Sofía más de lo que le gustaría, como su tenso encuentro con Sofía de Grecia hace unos años en la misa de Pascua. La emérita de 84 años quería posar con sus nietas en unas fotos, pero Letizia se metía para impedirlo. La imagen fue noticia durante días, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Que los reyes se muestren irascibles no es ninguna novedad y el intento por controlar la imagen no es nada nuevo. Por eso, aunque María de las Mercedes estuvo más protegida de las polémicas que las nuevas generaciones (por esa ausenia de cámaras y paparazzis que lo inmortalizan todo), sus problemas con Sofía eran evidentes. El colofón fue una tremenda pelea que implicaba a las infantas, pero la guerra se veía venir desde sus primeros encuentros (o, mejor dicho, desencuentros).

Cómo empezó la tensión entre la reina Sofía y su suegra

El primer contacto que tuvieron Sofía y María de las Mercedes fue en la boda de Eduardo de Kent, en 1961. La griega era una joven de 23 años, soltera y con más ilusiones para el futuro que nostalgias por el pasado. Ella pudo disfrutar de la velada, pero María de las Mercedes tenía la cabeza en otro lugar, mucho más oscuro y farragoso. Hacía poco más de cinco años que su hijo pequeño, Alfonso de Borbón, había muerto. A sus 15 años recibió un disparo en la cabeza (lo peor: el arma la sujetaba su hermano, Juan Carlos I).

La tragedia fue una enorme grieta en la familia. El sufrimiento de la madre fue irreparable. Como explica Pilar Eyre, la royal solo pudo refugiarse en alcohol. Pero en Estoril era un asunto controlado y prohibido (escondían las botellas entre los libros que llegaban).

Estoril fue la residencia de los condes de Barcelona en Portugal. María de las Mercedes y don Juan la mantuvieron hasta su regreso a España en 1976, cuando se restauró la monarquía. Su vinculación con aquel hogar era tal que su chalet de la urbanización en Puerta del Hierro (Madrid) mantuvo el mismo nombre: Villa Giralda.

La reina Sofía tuvo muchas tensiones con su suegra, María de las Mercedes.

La reina Sofía, por su parte, prefería otros destinos. Cuando aún era la novia de Juan Carlos, solo visitaron a la familia del heredero un par de veces. Se plantó: le dijo a su marido que no le hacía mucha ilusión pasar las vacaciones en el país vecino. Le parecía que sus suegros estaban aislados, como en una torre de marfil lejos del mundo. «No tenían relaciones. Solo se trataban con el círculo monárquico, que era un reducto muy partidista. Yo me dije, aquí no voy a vivir», le contó a Pilar Urbano, autora del libro Sofía, la reina de cerca.

Lo que podría parecer indiferencia se tensionó definitivamente con la boda de Juan Carlos y doña Sofía. La majestuosa ceremonia se celebró en Atenas. La madre de Sofía, Federica, se encargó de todos los preparativos, como una anfitriona generosa abriendo las puertas de su país. Spoiler: ocurrió lo contrario.

A la suegra de Juan Carlos se le olvidó la familia del novio (un aspecto importantísimo en cualquier caso, pero imprescindible para las monarquías). Se le pasó organizar el viaje de esa parte de la familia. No tenían transporte ni doña María ni sus hijas, las infantas María y Margarita.

Las tres tuvieron que tomar un vuelo regular (o sea, rodeadas de turistas). Y don Juan aprovechó para hacer una entrada triunfal y peliculera. Llegó a bordo del velero El Saltillo. Ni aun así les dieron importancia: disfrutaron de la boda, pero sin pena ni gloria.

Cómo fue la gran pelea de Sofía y María de las Mercedes

Hay opiniones encontradas sobre la verdadera relación entre Sofía y María de las Mercedes. Se abrió un debate cuando Javier González de Vega, el biógrafo oficial de María de las Mercedes de Borbón y Orleans, afirmó «rotundamente» que no existía mala relación entre ellas.

No obstante, Pilar Eyre recoge en su libro dos momentos tensos. La mayor pelea la tuvieron un verano en el que doña Sofía fue con sus hijas a visitar a doña María a la Costa Azul. La abuela decidió, sin confiárselo a nadie, llevar a las infantas Cristina y Elena al peluquero. Para ella no había nada malo en esa decisión. Solo iba a seguir una tradición que había hecho con sus propios hijos: raparles la cabeza para que el pelo creciera más fuerte.

Vídeo. Los mejores looks de la Reina Sofía

Sus nietas aún eran muy pequeñas, y el cabello no tardó en aparecer, pero Sofía se quedó en shock. «Se enfada muchísimo al ver la cabeza de escrofulosa que se les ha quedado a Elena y Cristina y no duda en reprochárselo a su suegra, que acepta la regañina sin contestar palabra», escribe Pilar Eyre.

Pasaron los años y volvió a ocurrir algo parecido, aunque esta vez no implicaba a los cambios de look sino de postura. A María de las Mercedes, que quiso que todo el mundo la tuteara desde su tierna infancia, le disgustaba la manera en que Elena montaba a caballo. ¿Por qué? Porque lo hacía colocando las piernas como los hombres.

La madre de Juan Carlos se empeñó en enseñarle a montar «a lo amazona». La niña volvió a casa con esta postura aprendida y a Sofía le molestó. «¿Quién es una abuela para educar a las nietas?», se preguntaría (aunque luego, al parecer, se olvidó: tuvo los mismos problemas con Letizia).

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