cumbre borbón marichalar
cumbre borbón marichalar
La reina Letizia terminó 2022 de la manera más soprendente: con una reunión secreta e inesperada que supuso el un reencuentro con sus cuñadas la infantas Elena y Cristina, sus sobrinos Marichalar y Urdangarin e incluso sus suegros. Se disipan (al menos momentáneamente) los rumores que aseguraban que la mujer del rey Felipe prefiere evitar a las hermanas del rey.
Y por primera vez en los últimos cuatro años (o, al menos, que se sepa públicamente) los ocho primos de la familia real española (Leonor, Sofía, Victoria Federica, Felipe Juan Froilán, Irene, Pablo, Miguel y Juan Valentín) se han visto en persona todos juntos y han disfrutado de un momento familiar en unión y armonía, según una exclusiva de la revista Hola. La princesa Leonor, que pasa todo el año en un internado galés, el World Atlantic College, ha podido disfrutar de unas vacaciones más normales. Sin mascarillas y con abrazos en los que igual se ha fundido con Irene Urdangarin que con Victora Federica.
Solo faltaba Juan Carlos I, pero incluso el emérito hizo acto de presencia a través de una videoconferencia. Como insinúa la revista, todos asistieron previamente a una mesa en la capilla de palacio a la que se unió el emérito a través de una videollamada. Los miles de kilómetros que les separan se esfumaron con la tecnología.
La familia volvió a verse y retomó las tradiciones para esas fechas. Comenzaron con una celebración dedicada a la infanta Elena, que cumplió 59 años el 20 de diciembre. Cerraron con una fiesta de Nochevieja, aunque más reducida. Felipe tuvo que apresurarse, en cuanto tomó las uvas cogió un avión con destino a Brasilia.
Durante esos días, los primos tuvieron tiempo para ponerse al día y disfrutar sin responsabilidades rutinarias. Leonor e Irene dieron comienzo a un año decisivo en sus vidas, pues las dos llegarán a la mayoría de edad los próximos meses. Las dos se adentan en su siguiente etapa vital: la heredera al trono tendrá una formación militar (quizás híbrida) e Irene escogerá la rama que le interese más para seguir sus estudios.
Las habladurías sobre su tensa relación comenzaron con un gesto, la decisión de la reina de dejar en un joyero su anillo de prometida. Creado con diamantes y oro blanco, fue un encargo de Iñaki Urdangarin (ex marido de Cristina) y su socio, Diego Torres. Venía envenenado. Según relata la periodista Pilar Eyre, lo pagó con dinero del caso Nóos (de dudosa prodedencia). La madre de Leonor lo tuvo claro: se quería desmarcar de todo lo que rozara la palabra «corrupción».
Paradójicamente, la pedida de mano fue en 2003 y ya han pasado 20 años y muchos incendios. Pero reina Sofía ha obrado su particular milagro navideño: lograr el reencuentro de casi todos los Borbones. El 25 de diciembre la mujer de Juan Carlos I hizo la mayor reunión familiar de los últimos tiempos. Compartieron su almuerzo la reina Letizia, Felipe VI, sus hijas Leonor y Sofía, las infantas y sus respectivos descendientes.
Se sentaron a la mesa los primos más polémicos, Victoria Federica y Felipe Juan Froilán, quien se acaba de mudar a Abu Dabi con su abuelo (como último recurso de su madre para que enderece su vida). También los más discretos (y favoritos de la prensa) Irene y Pablo Urdangarin, quien ha sido el mejor mediador en los conflictos de sus padres.
La noticia de estas veladas cobra más importancia por su excepcionalidad. Las últimas imágenes que tenemos del grupo al completo son del 80 cumpleaños de Sofía de Grecia, en 2018. Para más inri, entonces fue la primera vez que la infanta Cristina posaba junto a su hermano desde su proclamación como rey Felipe VI (en 2014).
Los problemas y las circunstancias crearon muros para sus encuentros. Los Borbones se enfrentaban a épocas convulsas por la aparición de Corinna Larsen y por la imputación en 2011 de Iñaki Urdangarin en el caso Nóos. Cristina ha recibido su segundo bombazo informativo este año, cuando se compartieron las imágenes de su ex marido junto a un nuevo amor, Ainhoa Armentia.
En este tiempo, los niños se han adentrado en la adolescencia y los adolescentes en la vida adulta. Victoria Federica ha vivido su incursión en las redes sociales (ella asegura que no es influencer), ha tenido escarceos con los estudios y ha defendido su fascinación por la moda. Felipe Juan Froilán ha disfrutado de las noches y las fiestas, ha asistido a peleas y se ha enfrentado problemas policiales (aunque él defiende que en todo esto él es solo «una víctima»).
Como ocurre en otras monarquías, la familia y la institución son complementarios y están separados estratégicamente. Felipe VI y la reina Letizia tienen alergia a las controversias; buscan la unidad, la serenidad y el sosiego. Uno de sus mayores terrores es que su corona quede tocada por la crisis que sufren otras casas, como la del Reino Unido. El conflicto entre el príncipe Harry y Carlos III les sirve como un magínifco ejemplo, pero a evitar.