Ona Carbonell, de nuevo mamá, nos cuenta su secreto para proteger la piel de sus hijos en verano
La deportista olímpica vive uno de los veranos más especiales de su vida debido al nacimiento de su hijo Teo. Junto a su dermatóloga, nos cuenta la importancia de cuidar nuestra piel y la de los nuestros de los rayos del sol.
Seamos sinceras: ¿existe algo mejor que vivir el verano rodeado de las personas más importantes de nuestra vida? Para que esa felicidad pueda acompañarnos durante todas nuestras vacaciones, es importante proteger la piel de la radiación ultravioleta. Si la protección solar es imperativa en las pieles maduras, lo es más aún en la de los niños. La deportista olímpica Ona Carbonell tiene este mandamiento solar grabado en la mente cada vez que se escapa a Menorca, su destino favorito para conectar con el mar y la familia, que este verano tiene un nuevo integrante: su hijo Teo, que nació a finales de junio. “Como nos gusta llevarnos a Kai -y ahora lo haremos también con Teo- siempre que podemos a todos nuestros planes, ahora en verano es más complicado impedir su exposición al sol. Por ello es fundamental ser muy conscientes de los efectos que tiene sobre nuestra piel y sobre la de los más pequeños de la familia”.
En su idea de verano perfecto, no puede faltar un fotoprotector de textura ligera y alta protección UVB y UVA. “Lo vamos reaplicando cada dos horas para asegurar que siempre estemos protegidos”, explica. Para ella, el mayor aprendizaje de ser madre es el de saber encontrar el equilibrio entre dar amor y cariño y transmitir valores, enseñanzas y límites importantes a tus hijos. Lecciones como la de disfrutar del sol con precaución o la de inculcar la responsabilidad de cuidar la piel. “Le presto mucha atención, especialmente porque mi piel pasa muchas horas dentro del agua”, reconoce.
Hija de médicos y madre de dos niños, la deportista olímpica sabe bien los efectos que el sol tiene sobre la piel y la manera adecuada de disfrutarlo con cabeza y precaución. “Siempre intento evitar la exposición en las horas centrales del día y soy muy insistente con el tema de la protección, ya que me gusta poder disfrutar del exterior, pero sintiéndome protegida. Aplicar las cantidades recomendadas de los fotoprotectores solares es clave, así como reaplicarlos cada dos horas. Luego es muy importante mantenerse bien hidratada y usar gorros o sombreros tipo pamela que nos den un poco de tregua del sol directo. Por último y muy relevante, relajarse y disfrutar de los momentos que nos regale el verano”, dice Ona Carbonell, que siempre guardará en la memoria el primer verano que pasó en la playa con Kai y su pareja, el exgimnasta Pablo Ibáñez: “Ver a mi hijo disfrutar del agua como lo he hecho yo desde pequeña me hace mucha ilusión. Estoy deseando que llegue el momento en el que él y Teo se pasen horas jugando en la orilla como lo hacía yo con mi hermano”.
FOTOPROTECTORES PARA NIÑOS Y ADULTOS
La dermatóloga Marta Vilavella
Su dermatóloga, la doctora Marta Vilavella, asegura que “cada vez somos más conscientes de la importancia de utilizar fotoprotección los 365 del año”, en especial con los más pequeños. Por ello, es clave diferenciar entre protectores para adultos y para niños. “Los protectores solares para niños suelen estar formulados con un mayor porcentaje de filtros físicos que de químicos. En cambio, las cremas solares para adultos usan mayor proporción de filtros orgánicos o químicos. De esta manera, se disminuye el efecto blanquecino y la cosmeticidad del producto mejora”.
La forma de aplicarlo y las veces que lo hagamos también influye en su efectividad. Marta Vilavella recomienda reaplicar el fotoprotector cada dos horas o después de cada baño. “Para asegurarnos de que está ejerciendo bien su función, hay que seguir este consejo y, además, aplicar una cantidad generosa por todo el cuerpo, repartido de forma homogénea y sin olvidar zonas como orejas, nuca, axilas o empeines”.
La doctora asegura que la manera en que se cuide la piel de pequeño se verá reflejada más tarde de adultos: “Uno de los factores de riesgo para desarrollar cáncer de piel tipo melanoma en la edad adulta es el hecho de haber sufrido quemaduras solares durante la infancia. Además, la radiación solar acumulada a lo largo de la vida se traducirá en la edad adulta como trastornos de pigmentación en forma de manchas y envejecimiento en forma de arrugas”. De igual forma, en el caso de Teo, al ser tan pequeño no puede exponerse al sol directamente en ningún momento, tal y como lo recomiendan los dermatólogos, contrario a Kai, quien sí disfrutará plenamente del sol este verano, siempre bien fotoprotegido por ISDIN, por supuesto.
LA IMPORTANCIA DE UN BUEN FOTOPROTECTOR
La elección adecuada de una crema solar para niños es fundamental. Por eso, ambas confían en la fotoprotección de ISDIN, más concretamente en la gama Pediatrics, que está especialmente formulada con ingredientes específicos para la piel del niño. En ella encontramos ISDIN Transparent Spray Wet Skin Pediatrics SPF 50, un fotoprotector corporal en spray transparente, fresco y de secado inmediato que está especialmente formulado para la piel de los niños a partir de 3 años, e ISDIN Fusion Water Pediatrics SPF 50, un fotoprotector facial ultraligero con alta protección UVB y UVA que además no irrita los ojos y ha sido testado dermatológicamente y pediátricamente.
Ambos son aptos para todo tipo de piel, incluso para las atópicas y/o sensibles, han sido formulados para minimizar el impacto en el medioambiente, y además son Wet Skin, lo que permite su absorción tanto en piel mojada como en piel seca sin dejar residuo blanco y manteniendo el factor de protección.
En el neceser de playa de Ona Carbonell no puede faltar este tándem fotoprotector, pero en su bolsa de deporte también hay espacio para Transparent Spray Wet Skin de ISDIN, un fotoprotector invisible y resistente al agua de absorción muy rápida, lo que me permite aplicarlo justo antes de entrar al agua.
No hay nada comparable a la sensación que tenemos después de una jornada de playa: pelo ondulado, bikini húmedo, mejillas sonrojadas y piel morena y protegida. El sol es beneficioso para nuestro organismo porque nos ayuda a producir vitamina D, mejorar algunas enfermedades cutáneas como la psioriasis e, incluso, el estado de ánimo, pero nunca hay que olvidar los daños a corto y largo plazo que pueden surgir si no nos exponemos a él de forma saludable. “Debemos ser conscientes de todos esos efectos y utilizar fotoprotección diaria, además de, por supuesto, evitar quemaduras solares que tan frecuentemente vemos en las playas cada verano”, concluye la doctora Marta Vilavella.

Clara Salgado