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Nicola Gerber Maramotti, copropietaria de MaxMara: «no jugamos a subir los precios para ser más deseables»

Es copropietaria del grupo Max Mara, responsable mundial de la gestión de tiendas de una de sus firmas y embajadora de uno de sus iconos, el bolso Pasticcino. Hablamos con ella del mercado del lujo, la familia... y los pastelitos.

Viste un impecable traje blanco de corte y caída perfectos, y tiene una voz suave, una sonrisa acogedora y un carácter cálido que arropa como los famosos abrigos de Max Mara 101801. De gestos discretos, discurso pausado y altura de modelo de pasarela, Nicola Gerber Maramotti se sienta en un pequeño sofá en el restaurante Le Dalí del hotel Le Meurice, en París, e inicia la conversación con un saludo y una pregunta: «Encantada, muchas gracias por venir. ¿Qué le apetece tomar?». A pesar de llevar décadas lidiando con los medios de comunicación, mantiene cierto aire de timidez y contesta con calma, meditando las respuestas e intercalándolas con sonrisas espontáneas.

Max Mara Fashion Group es una compañía familiar que acoge las firmas Max Mara, Weekend Max Mara, Sportmax, Marina Rinaldi o Marella, entre otras. Desde su matrimonio con Ignazio Maramotti en 1993, Nicola ha ocupado diferentes cargos dentro de esta empresa que fundó en 1951 su suegro, Achile Maramotti (1927-2005), en la ciudad de Reggio Emilia. Hoy también son copropietarios y forman parte de la ejecutiva los otros dos hijos del fundador, Luigi y Ludovica Maramotti.

Mujerhoy. Ha desempeñado diferentes funciones en la compañía y ahora, una de ellas, es la de embajadora de Weekend Max Mara y del bolso Pasticcino. Es un cargo delicado, si tenemos en cuenta que el mensaje es hoy más importante que nunca. ¿Cuáles son las claves?

Nicola Gerber Maramotti. Cuando eres embajador, lo más importante es tener algo que contar, algo importante que decir. Nunca sería embajadora si no hubiera nada trascendente que comunicar; sería tremendo tener que inventar argumentos de marketing... Pero en nuestra compañía hay muchas cosas que contar, así que es fácil ocupar este puesto. Como sabe, la empresa fue fundada en 1951 y mi suegro estaba muy preocupado por la calidad, la formación, el conocimiento...

Su madre, Maria Giula Fontasesi Maramotti, así se lo había transmitido. Ella tenía dos escuelas en Italia y en Suiza donde enseñaba a muchas mujeres jóvenes a coser y a cortar, para que tuvieran un oficio y encontraran una salida profesional. Nuestra filosofía siempre ha sido hacer las cosas bien. Por eso, continuamos enseñando corte, costura y patronaje a muchos estudiantes. Achile puso todo ese conocimiento a disposición de las mujeres para vestirlas. Sabemos cómo hacer buenos productos y lograr que las mujeres se sientan bien con nuestro trabajo.

El cierre de boquilla del bolso está rematado con dos bolas de cerámica creadas en la manufactura de Emaux de Longwy, con más de 200 años de tradición artesanal y el sello de Empresa Patrimonio Vivo de Francia. CORTESÍA MAX MARA

Ahora está muy volcada con el bolso Pasticcino de Weekend Max Mara, que es ya un icono. ¿Cómo surgió en 2016? ¿Buscaban un elemento diferenciador para la marca, como lo es el abrigo 101801 de Max Mara?

Cuando surgió la idea, el equipo de diseño hablaba de una tradición muy italiana que conocen bien todos los niños: la de los abuelos que llevaban pastelitos a casa los domingos. Pasteles de cerezas, fresas, frambuesas, limón... Ese momento familiar suponía una delicia y el bolso evoca esos recuerdos, pero también el sabor, la creatividad y la plasticidad de la pastelería. Así que, de forma natural, fue surgiendo la idea, pero no podíamos saber si llegaría a convertirse en un bolso icónico, eso nunca se sabe. Weekend Max Mara propone colecciones relajadas, aporta al armario femenino prendas para el tiempo libre, las vacaciones y los fines de semana, con las que preparar una maleta ligera y funcional, así que el bolso complementaba esa idea de belleza y funcionalidad.

¿Y cuándo decidieron hacer ediciones especiales y un World Pasticcino Tour?

Cuando vimos el éxito que estaba teniendo el Pasticcino. Un par de años después surgió la idea de hacer cambios, pero sin cambiar el bolso... Y hace dos años decidimos presentar ediciones especiales anuales, haciendo una apuesta por promocionar técnicas artesanales que nos permitieran potenciar el conocimiento y el valor de la artesanía. Así comenzó la idea del Pasticcino Bag World Tour.

Empezamos en Venecia, utilizando telas de Mariano Fortuny y cristal de Murano. La idea les entusiasmó, así que seguimos adelante y luego fue todo un éxito: belleza y funcionalidad unidas en una conexión perfecta, moderna y estética, pero a la vez funcional y fácil para llevar en cualquier momento. Nos gustó mucho la idea de poder trasladarlo a otros países, de potenciar esos valores de artesanía en otros lugares, de recorrer el mundo e ir sumando a gente a este proyecto. Somos casi como Forrest Gump... [Risas]. Nos gusta recorrer el mundo, buscar gente y unirla a nuestra familia y a nuestros proyectos. Se trata de algo muy enriquecedor.

¿Por qué este año hacen un tributo a Francia?

Nos inspiraron los preciosos colores de los macarons y la película Maria Antonieta, de Sofia Coppola. También el encaje francés, que es mundialmente conocido y utilizan mujeres de todo el mundo. La historia que hay detrás del encaje de Caudry y de la cerámica de Longwy es maravillosa. Una tradición muy valiosa, como la que hay detrás del champán o del queso parmesano, que es originario precisamente de Reggio Emilia, donde mi suegro creó Max Mara y aún está la empresa.

Creemos que hay que trabajar siempre con los originales en todo, con esas denominaciones de origen y marcas registradas, con esos conocimientos que nos impulsan a ser mejores. Y, claro, a rechazar las copias. Así que todo vuelve a encajar de manera natural, porque hablamos de moda, pero también de comida, artesanía, familia... En definitiva, hablamos sobre la forma de vivir y de entender todas esas facetas en distintos sitios.

El encaje de guipur del bolso al que Nicola se refiere y con el que se viste el Pasticcino de este año ha sido creado en el taller de André Laude, en Caudry, maestros artesanos desde 1850 y que hoy es propiedad del maestro Jean Pascal Laude. Diseñaron el dibujo del encaje en común y, después, el taller francés continuó todo el proceso de hilatura, tejido, teñido, acabado... de los 1.700 metros de encaje que han fabricado para la ocasión. Para las dos bolas que forman parte del cierre del bolso, la firma eligió la manufactura de Emaux de Longwy, que lleva más de 220 años dedicados a la cerámica y que ostenta el título de Empresa Patrimonio Vivo de Francia, otorgado por el Estado francés.

El objetivo de la compañía es la excelencia; ¿se puede decir que es también el alma de la casa?

Sí, absolutamente. Tienes que tener un ADN y ser leal a ti mismo, fiel a aquello en lo que crees y también a las clientas, a quienes debes tratar con honestidad y dar un buen producto a un precio justo. No creemos en el marketing sin más.

Tres de los cinco colores del nuevo Pasticcino homenaje a Francia, han sido inspirados por los alegres tonos de los famosos macarons. cortesía max mara

La industria del lujo vive un momento muy dulce. Algunas firmas baten récords de ventas y el sector en su conjunto creció un 22% en 2022. ¿Es también su caso?

Estamos felices tras la pandemia. Se ha vuelto a la normalidad y estamos creciendo dos dígitos al año. En 2022, los resultados han sido increíbles y han aumentado los clientes locales de cada mercado, lo que es muy positivo, porque son clientes que creen en nosotros y son fieles a las marcas, son amigos que vuelven. Se ha producido un incremento enorme de consumidoras locales y, a la vez, los turistas han vuelto a viajar. Muchos de ellos son nuevos, porque el turismo chino, por ejemplo, todavía no ha alcanzado las cifras previas a la pandemia. Es algo que me hace muy feliz, porque también soy responsable de retail internacional. Además, están llegando nuevas clientas jóvenes a las que les gusta el clasicismo contemporáneo de la marca y la calidad de nuestras prendas. Las encuentran chic, cómodas, con estilo... Hemos encontrado la manera de dialogar con las mujeres de las nuevas generaciones.

Mi percepción es que en su grupo no apuestan por revoluciones de diseño y cambios de estrategia comercial cada cierto tiempo, sino que mantienen una evolución constante que se van actualizando con tranquilidad. ¿Es así?

Sí, absolutamente. Trabajamos más despacio, porque eso te permite pensar mejor. Lo hacemos con calma, sin precipitaciones, para no tener que hacer cosas de un día para otro por motivos de marketing. Somos más lentos y también más estables, damos una mayor garantía, con más fundamentos y bases sólidas. No creemos en la revoluciones, pero tampoco en la estrategia de subir los precios para hacer que un producto sea más deseable, no queremos jugar a ese juego. Podríamos hacerlo, pero nos negamos; creemos en precios más razonables y en valores sólidos.

¿Cómo les va en el mercado español?

Muy, muy, muy bien. Estamos muy contentos con las ventas en España y Portugal, que están entre los primeros puestos internacionales.

¿A pesar ser mercados pequeños, respecto a otros países con una población mucho mayor?

Sí, en términos de crecimiento se encuentran entre los primeros. En Portugal, por ejemplo, hay un enorme estallido de consumo. Y en España los resultados son buenísimos y las nuevas generaciones de mujeres nos están descubriendo. Las jóvenes valoran la calidad y estamos haciendo cosas nuevas para que se acerquen a nuestra marca, como potenciar las redes sociales para que conozcan quiénes somos o mostrarles las colecciones cuando acuden a las tiendas.

Usted y su marido tiene hijos jóvenes. ¿Trabajan ya en la empresa o están interesados en formar parte de ella?

Mi suegro tuvo tres hijos: Luigi, Ignazio y Ludovica. Entre los tres, le dimos nueve nietos. Mi marido y yo tenemos cuatro hijos, que ahora tienen entre 20 y 30 años. Nacieron muy seguidos, porque para entonces yo ya estaba trabajando y decidimos hacerlo así. Los adoro. Son muy fashionistas y las dos mayores trabajan en la empresa. Tienen una formación muy sólida, han logrado unos estupendos resultados en sus estudios universitarios y también han tenido experiencias laborales fuera de la empresa. La mayor lo ha hecho todo por su cuenta y la segunda es muy deportista, practica triatlon, iron man... Trabajan en la compañía y lo están haciendo muy bien. Los más jóvenes, un chico y una chica, están en el proceso y ahora están trabajando en otros países. No puedo pedir más, la verdad; estoy feliz y muy orgullosa de todos ellos.

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