Siete hoteles de lujo que merecen un viaje a las mejores capitales del mundo

Hay hoteles que merecen un viaje en sí mismo. La arquitectura imponente que los da forma, el arte y la historia que albergan al traspasar sus puertas o los servicios y experiencias de lujo que ofrecen a sus huéspedes son motivos más que suficientes para organizar una escapada cinco estrellas.

Los grandes hoteles de referencia han entendido que el verdadero lujo es ser parte de la historia. Así que créenos: cuando descubras estos nuevos places to be en Londres, Hong Kong, Nueva York, Buenos Aires, Sídney, París o Venecia, vas a querer hacer las maletas inmediatamente.

Abierto el pasado año en lo que fue el Ministerio de la Guerra (Old War Office) en Whitehall, es sin duda la estrella más deslumbrante de la escena londinense. Un edificio colosal de 1906, que albergaba las antiguas oficinas de Sir Winston Churchill, hoy convertidas en sus cinco Heritage Suites. En sus salas y pasillos aún queda mucho del poder y los secretos de este escenario, donde trabajó el mismísimo Lawrence de Arabia y que inspiró a Ian Fleming para su James Bond.

Concienzudamente renovado por Thierry Despont y la interiorista Shalina Hinduja, se han restaurado sus lámparas de araña, sus suelos de mosaico y sus paredes de roble. Sus credenciales: 120 habitaciones; 85 residencias privadas; nueve restaurantes, tres al mando del multiestrellado Mauro Colagreco; tres bares; un spa de Guerlain, piscina, gimnasio y hasta un salón de baile para 600 personas.

Con vistas sobre el puerto Victoria, su silueta se eleva 56 pisos sobre el centro comercial Pacific Place, en el corazón de Central, la zona cultural y comercial más vibrante de Hong Kong. Remodelado y con un nuevo spa, el lujo y la sofisticación impregnan espacios como su atrio, con la pintura china en seda más grande del mundo.

Sus siete restaurantes, dos con estrellas Michelin, permiten elegir una experiencia culinaria global. Su Lobby Lounge es el punto de encuentro de famosos y grandes fortunas de todo el mundo, que se deleitan con su extensa carta de tés o cócteles y se relajan frente al jardín tropical y al frondoso Banyan Tree.

Inaugurado por Sarah Jessica Parker en el distrito más cool de la ciudad, NoMad, se ha convertido en un imprescindible en Manhattan. Evoca el glamour de los 90 y también la Edad Dorada de finales del siglo XIX. Oda a la curiosidad, reúne objetos de viaje de su dueño, Alex Obehshalom. Se palpa el talento de Martin Brudnizki en el Bar Portrait y del chef Andrew Carmellini en el Café.

Unas gruesas puertas de bronce dan acceso al interior de este edificio patrimonio de la ciudad, obra del arquitecto George McRae y que albergó el Ministerio de Educación. Ocupa una manzana entera en el corazón del nuevo Sandstone Precinct, próximo al Real Jardín Botánico y la icónica Ópera de Sídney.

Rehabilitado con la elegancia exquisita de la firma singapurense, es un perfecto reflejo de la historia local, con piezas de arte y motivos ancestrales de la artista australiana Waayni Judy Watson. La Brasserie 1930, el nocturno Bar McRae y el salón Aperture, con un muro vegetal y una instalación cinética cubierta de flores, lo convierten en una tentación urbana irresistible.

La firma española Único Hoteles se estrena en el corazón del barrio de Recoleta, en el histórico edificio Mihanovich, con unas vistas espectaculares al Río de la Plata, suites con terrazas y vocación de punto de encuentro. La gastronomía y la coctelería se saborean y agitan en La Cantina, con bocados como empanadas, fainá y carnes a la parrilla, en un delicioso tour por Argentina. Imprescindible: los cócteles de Martín Sulaya en Le Club Bacan, con música en directo y una agenda cultural vivísima.

Ubicado en Ca Da'Mosto, el palacio más antiguo del Gran Canal, frente al puente de Rialto, se ha convertido en un faro del arte, perfecto para disfrutar de la Bienale. Su atmósfera armoniza joyas de la artesanía veneciana con obras contemporáneas de su colección. En sus suites –con vistas inigualables y dedicada cada una a un artista–, se mezclan arquitectura, arte y diseño para narrar la historia de las vanguardias. El restaurante M'Art y el Bitter Bar organizan exclusivas cenas, eventos y exposiciones.

Renovado exquisitamente por Jean Michel Wilmotte, el único hotel-palacio de la Rive Gauche sigue emanando ese allure que atrajo a intelectuales y a ilustres como Camus, Beauvoir, Picasso, Hemingway, Mitterand o Saint Laurent. Hoy, no es raro encontrarse a los Coppola o Isabelle Huppert, que tienen allí suites propias, y a parisinos tentados por las delicias de sus restaurantes Brasserie y Saint Germaine, su Bar Josephine y el Aristide, un club con música y cócteles.