caprichos
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La ciudad deMadrid está en plena ebullición. Lo está desde la pandemia y desde entonces no ha dejado de celebrar aperturas de nuevos hoteles, restaurantes y locales de lujo, que han elevado el disfrute de la capital a otro nivel. Cada día, nuevas zonas que antes nadie se planteaba como la meca del lujo adquieren gran relevancia en este plano.
Si bien la Milla de Oro de Madrid — véase, el barrio de Salamanca— nunca va a dejar de ser lo que su propio nombre indica, existe una nueva zona de la capital que congrega un buen porcentaje de grandes fortunas por metro cuadrado: la que rodea al metro Sevilla — todo el mundo sabe que en Madrid se habla por paradas de metro —. Justo delante se erige Galería Canalejas, con todo un gran complejo de lujo a su alrededor, más allá de las tienda: esto es hotel, apartamentos y restaurantes de máximo nivel.
Tan solo a un par de manzanas de este centro neurálgico de exclusividad y en plena Gran Vía se alza la réplica del place to be de moda de París: el Hotel Brach Madrid, que abrió sus puertas el pasado mes de enero y no puede ser más especial. En la inauguración de este bastión del grupo Evok Collection destacaron personalidades como Carolina Herrera hija, y no es para menos.
Nada más entrar, su espacio te encandila gracias al toque especial que el arquitecto Philippe Starck otorga a todos los espacios que diseña. De la misma forma que Brach París, su homólogo madrileño destila esa calidez acogedora con sello de buen gusto, que hará a sus huéspedes y comensales sentirse como en casa.
Con este idílico ambiente, no es de extrañar que el restaurante de París sea uno de los puntos neurálgicos entre locales, para todo tipo de reuniones: tanto de negocios, como de ocio; tanto entre semana, como los findes... no hay una sola hora ni un solo día de la semana en los que no este lleno.
Lo mismo promete suceder con el madrileño, a juzgar por su exquisito menú, diseñado por el chef Adam Bentalha, en el que los sabores de la gastronomía mediterránea coquetean con los de Oriente Medio y la mejor opción es compartir y probar todos los platos posibles del mismo. La joya de la corona es la repostería francesa que ofrecen en su salón de té y presentan para la carta de postres como nunca antes habíamos visto.
Bajo el asfalto de la famosa Gran Vía se esconde una de las piscinas más impresionantes que podemos encontrar en la zona y que forma parte del exclusivo spa del hotel. En él, además de tratamientos exclusivos Le Capsule y especializados de todo lo que puedas imaginar, también podrás disfrutar de sauna, baño turco e incluso un gimnasio decorado con el gusto más exquisito, para darle paz a tu cuerpo y a tu mente.
En definitiva, si pasas la Semana Santa en Madrid, existen infinitas opciones para disfrutar, pero ninguna como Brach Madrid, el hotel en el que encontrar un remanso de paz para el cuerpo y de disfrute para el estómago.