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Cómo los leggings se convirtieron en los pantalones más controvertidos

Los leggings han estado en el punto de mira varias veces, se han tenido que prohibir en algunos colegios porque “distraían a los estudiantes” y a unas jóvenes no les dejaron viajar en avión por llevarlos

Kim Kardashian / GTRES

SILVIA TORRES

Hace varias semanas un empleado de United Airlines decidió impedir que dos chicas abordaran un vuelo Denver – Mineápolis por un motivo inesperado: llevaban leggings y eso, según el empleado violaba los códigos de la compañía aérea. Se añadía así un nuevo episodio a la controversial vida de los leggins, una pieza que a pesar de parecer muy nueva acompaña a los seres humanos al menos desde el Renacimiento.

Antes de ser usados como ropa deportiva, los leggings estuvieron ligado a las prácticas de la Equitación y en general al mundo de los caballos, en oposición a otras prendas femeninas menos confortables y seguras para esos menesteres como las faldas o los vestidos.

Cuándo sí y cuándo no

El término leggings data de varios siglos atrás pero el término se ha ampliado recientemente y se aplica a los pantalones que se usan para ir al gimnasio o para la práctica de yoga. En Estados Unidos su uso se asocia a los calentadores que usaban algunas tribus nativas americanas y que se fueron transformando a medida que iban siendo adoptados por los colonizadores. También eran útiles para las mujeres pues cumplían la función de proteger sus piernas de las plantas y los animales y tapar sus tobillos cuando la etiqueta así lo requería.

En Europa la palabra alude a algo más que un calcetín grueso. Los calcetines se inventaron en el siglo XVI pero hacia el siglo XVIII los hombres ya habían conseguido que el calcetín les cubriera toda la pierna para protegerse del frío. Se fabricaban de lana o lino, también de piel y eran usados por caballeros, trabajadores o militares. Resultaban realmente útiles para proteger las piernas de los que iban de cacería o de los que arriesgaban el pellejo en el campo de batalla.

Tendrían que pasar varios siglos para que los leggins se transformaran en una prenda más fashion que funcional, sin perder por supuesto su atributo de prenda confortable y protectora, pero finalmente se convirtieron en algo más que simples pantalones

En 1959 el químico Joseph Shivers desarrolló una fibra sintética que podía estirarse hasta un 600% de su talla original y volver a su forma original sin grandes dramas, y este fue el principio de la edad de oro de los leggings, que aquí hasta hace nada llamábamos mallas. La llamada Fiber X acabo siendo lo que hoy conocemos por Lycra o Spandex.

La invención tecnológica democratizó el uso de los leggings que en el siglo XX vio un rápido crecimiento y varios picos en los que se colocó literalmente en la cima de las tendencias de moda.

Kim Kardashian viaja en avión con leggings / GTRES

En los años 70 el diccionario Oxford definía a los leggings como unos pantalones ajustados hechos por un material elástico usado fundamentalmente por las mujeres y las niñas.

En los 80 la fiebre por el ejercicio aeróbico protagonizada por Jane fonda hizo el resto. Según la antropóloga Kaori O´Connor, una gran estudiosa de la Lycra, “las mujeres abrazaron una nueva libertad social y física y la expresaron rompiendo reglas, practicando aeróbicos, una moda que puso por primera el sudor y la extenuación física en el territorio de lo socialmente aceptable”.

La pieza quedó en el territorio de lo joven y lo deportivo una temporada hasta que su popularidad empezó a crecer entre mujeres de todas las edades para una variedad de actividades que podían incluir o no el deporte pero sí la vida urbana y hasta la nocturna cuando se acompañaban de zapatos de tacón.

Una prenda prohibida

Los leggings han estado en el punto de mira varias veces, se han tenido que prohibir en algunos colegios porque “distraían a los estudiantes”. Este fue el argumento que empleó un colegio de Illinois para prohibirlos en 2014 . En 2016 otro colegio de Carolina del Norte los prohibió junto a los pitillos porque, dijeron, las chicas con sobrepeso sufrían acoso cuando usaban estas prendas. El último episodio es el que inicia esta historia, dos chicas impedidas de coger su vuelo por intentar abordar al avión enfundadas en sus leggings.

Muchas organizaciones ven la enésima manifestación de sexismo y machismo en todas estas prohibiciones y escándalos continuos por el uso de los leggings.

No obstante, los analistas aseguran que en 2016 las ventas online de leggings aumentaron un 41% respecto a 2015, unas ventas que superaron a la de los vaqueros para mujeres, debido probablemente a que es una pieza más versátil con la que se puede salir, hacer deporte, ir a la oficina y hasta viajar en avión … excepto en United Airlines.

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