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Dada tan insigne conexión, el código indumentario en Wimbledon es estricto: elegancia británica
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Pippa Middleton. Es asidua al torneo y este año ya la hemos podido ver dos veces. La última, con un vestido camisero, azul con raya blanca y de lino, de Ralph Lauren que dejaba ver su embarazo. Está en su segundo trimestre, pero sigue jugando al tenis, su deporte favorito.
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Pippa y James Middleton. En su primera aparición en el torneo, Pippa y su hermano, James Middleton eran la viva imagen del chic británico. Ella estaba radiante un “Bergman”, un vestido bordado con calados de la firma Anna Mason. Y el parecido de James con Jude Law es impresionante...
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Michelle Dockery. Desde su aparición en “Downtown Abbey”, representa para el común de las mortales la quintaesencia de la elegancia británica. La representa y lo es: acudió a Wimbledom con un 'look' perfecto compuesto por una sencilla camisa blanca completamente abotonada, pantalones pitillo color azul marino y un bolso de Prada.
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Alexa y Poppy. Amigas y residentes en Londres, han sabido llevarse Wimbledon a su terreno. Alexa combinó un vestido (el “Lilliana”, de Ralph Lauren) y chaqueta de punto (de la misma firma) más bien clásico con sus no menos clásicas zapatillas Converse. Poppy también eligió la firma estadounidense, para un 'look' mucho más pop.
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Lara Stone. El suyo fue, probablemente, el vestido más original de lo que llevamos de torneo: mini, blanco y con unas deslumbrantes líneas de color desde la cintura hasta el bajo. También de Ralph Lauren.
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Stella McCartney. La diseñadora dio una lección de estilo con un mono de su colección 'resort' para el verano que viene en tonos arena, sandalias atadas al tobillo, un fedora y pequeño bolso a juego.
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Natalie Dormer. No se le puede negar el poderío a la actriz de “Juego de Tronos” y “Los juegos del hambre”: su versión a rayas de un powersuit, con top de encaje rojo, es
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Jessica Biel y Justin Timberlake. No solo se lo pasaron de fábula: iban más que perfectos. Ella llevaba un vestido de Balenciaga bajo una gabardina clásica y zapatillas blancas y él, un traje gris de Stella McCartney.
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