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Ha llegado la gran noche para Demi Moore, la noche de su regreso. Porque consiga o no el Oscar a Mejor Actriz Protagonista por su papel en La sustancia, por el que se ha llevado su primer Globo de Oro o el Critics' Choice, la actriz ya ha ganado. Su merecido regreso a la gran pantalla a sus 62 años es un nuevo punto de partida en su carrera profesional, y su look en la alfombra roja de los Premios Oscar 2025 grita que ha vuelto para quedarse.
La actriz, que se bate en duelo esta noche con otras famosas como Karla Sofía Gascón, Mikey Madison o Cynthia Erivo, ha deslumbrado con un espectacular vestido de pedrería firmado por Giorgio Armani Privé, una de sus firmas de confianza para vestir en las ocasiones más especiales.
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Tal y como ha hecho en anteriores ocasiones, Demi Moore ha optado por una silueta que le realza totalmente su figura. Se trata de un espectacular diseño tipo corsé, silueta de sirena, cola larga, escote en V pronunciado y corte peplum en la cintura con tejido drapeado. Pero sin duda, lo que más ha llamado la atención, es su tejido, literalmente creado para brillar.
Y es que es una noche tan especial para Demi, el resultado debía ser el de una auténtica estrella de Hollywood. El vestido va totalmente bordado en cristales, lentejuelas y pedrería en tono completamente plateado y lo ha elegido junto a su estilista, Brad Goreski.
En cuanto a las joyas, la intérprete ha mantenido el juego de color con el vestido y ha lucido una impresionante pulsera de Chopard a juego con unos pendientes largos y un anillo joya XXL que decoraba a la perfección su mano derecha.
Para el look beauty, su elección ha sido la mantenerse fiel a su icónica melena larga XXL con la raya en el centro y en la que ha añadido unas ondas caídas en las puntas. Para el maquillaje ha optado por la naturalidad con una piel perfectamente preparada y un toque de luz en la mirada con sombra de ojos plateada.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.