cita en Windsor
cita en Windsor
El viaje de Donald Trump a Inglaterra va mucho más allá de lo diplomático. Y es que, cuando se hizo pública la noticia de que el presidente de los Estados Unidos viajaría al país británico, surgieron muchas incógnitas. Y no, no hablamos de política ni de relaciones institucionales, sino del posible duelo de estilo entre Melania Trump y Kate Middleton.
Un encuentro entre estas dos mujeres que se ha hecho efectivo esta mañana y que ha superado las expectativas generadas. La primera dama estadounidense se ha encontrado con la princesa de Gales en el recibimiento oficial que la Casa Real británica ha ofrecido al mandatario y a su mujer en Londres. Una cita formal y programada en la agenda de este viaje, que ha sido todo un derroche de estilo gracias al total look burdeos que ha llevado Kate Middleton y al conjunto de Dior que Melania ha lucido como prueba de su estilo clásico, sofisticado y muy elegante.
Sin embargo, no ha sido hasta ayer por la noche cuando este duelo estilístico, que tanto está dando de qué hablar, ha llegado a su punto más álgido. Y es que, el castillo de Windsor celebró una cena de gala en honor a Donald Trump y su mujer, a la que acudieron el rey Carlos, la reina Camila y los príncipes de Gales, entre otros. Y aunque todos los invitados acudieron con estilismos que cumplían con la etiqueta, fue Kate Middleton quien acaparó todas las miradas.
La princesa de Gales se ha vestido un sinfín de veces de esta guisa y no es la primera vez que la vemos de largo y con tiara. Sin embargo, en esta ocasión ha deslumbrado especialmente: las piezas elegidas y la forma de llevarlas hicieron que la primera dama quedara en la sombra, eclipsada por una Kate Middleton absolutamente espectacular.
Para la ocasión, Kate Middleton se decantó por un vestido de alta costura de la diseñadora británica Philippa Lepley. Se trataba de un diseño en color beige claro confeccionado en crepé de seda, acompañado de un abrigo largo elaborado en encaje de chantilly dorado y bordado a mano.
Esta prenda, superpuesta sobre la parte inferior de escote palabra de honor, aportaba un toque majestuoso y sofisticado a un look que ya está entre los mejores que ha lucido la princesa hasta la fecha. La chaqueta de manga larga y semitransparente contaba también con cuello subido y hombros estructurados que estilizan la figura. Con el movimiento, se abría ligeramente aportando fluidez a un conjunto impecable.
Además de los galardones y condecoraciones que acompañaban el vestido, Kate Middleton lució la tiara conocida como Lover's Knot o, en español, tiara del nudo de los enamorados. Se trata de una joya diseñada en 1913 por la casa Garrard por encargo de la reina María de Teck, abuela de Isabel II.
En 1981, la reina Isabel se la regaló a Diana de Gales con motivo de su boda. Lady Di la devolvió tras divorciarse de Carlos y Kate Middleton la heredó, estrenándola en 2015. Esta diadema, compuesta por 19 arcos con diamantes de talla brillante y 38 perlas colgantes en forma de lágrima, fue la favorita de Diana de Gales. Décadas después, también lo es de la propia Kate, quien la ha lucido en más de diez ocasiones, siendo esta cena de gala la más reciente.
Otro detalle que convirtió este estilismo de Kate Middleton en uno de los más aclamados de su etapa como princesa de Gales fue su melena suelta. Es habitual verla en cenas de gala con moños elegantes y elaborados, peinados especiales que sujetan la tiara y que, en esta ocasión, fueron sustituidos por unas ondas abiertas que la favorecían especialmente.
El resultado fue un estilismo perfecto, de matrícula de honor, muy aplaudido y que centró el foco mediático en una Kate recuperada, radiante y pletórica. Por otro lado, Melania decepcionó con su vestido de gala, quedando relegada a un segundo plano.