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En cuestión de iconos de estilo en la cultura pop de los años 80, nadie vence a Madonna. La camaleónica cantante cumple hoy 63 años y tras más de cuatro décadas en el escenario, los looks del inicio de su carrera siguen dejando huella. Su influencia en la moda se aprecia constantemente en la pasarela, sacando los modistos la inspiración de sus imágenes de archivo de la época. Incluso ha colaborado con grandes firmas, pero siempre estará ligada a la figura de Jean Paul Gaultier, en ese célebre corsé con conos en el sujetador. Aunque lo caótico, lo excesivo y lo ostentoso de sus estilismos la hiciese parecer un desastre que tenía suerte de ir a la última, cada una de estas decisiones se tomó con premeditación, ya que hacía coincidir los outfits con la temática de sus videos musicales, conciertos o eventos a los que acudía. La estética punk y femenina de los principios de Madonna no pasa desapercibida.
La estrella del pop irrumpió a la vez en la moda y en el panorama musical, con su primer álbum en 1983. Desde entonces, su estilo personal tan peculiar quedó bien claro a los ojos del mundo y las adolescentes se volvieron completamente fanáticas, yendo a las peluquerías para decolorarse el pelo y hacerse permanentes, para después imitar su estética de minifalda negra, ombligo al descubierto, camiseta enrejada y guantes de encaje, como en el videoclip de Lucky Star.
Un maquillaje de ojos emborronado y muy intenso, sus enormes lazos en el pelo, la excesiva cantidad de joyería y las mallas de deporte en colores estridentes... Su estética era lo bastante impactante como para convertirse en la más replicada del momento. Las tiendas vieron su oportunidad de hacerse de oro con este fenómeno y crearon boutiques temáticas con la licencia de Madonna o secciones donde los maniquís expuestos lucían sus looks.
Después, popularizó el estilo «messy» o desordenado, con el que aparecía en Desperatly seeking Susan, donde las capas y capas de prendas en diferentes tejidos y estampados se intercalaban con los cinturones anchos una profusión de pulseras y collares con perlas o símbolos religiosos. Pero por mucha ropa que hubiese, el sujetador siempre debía ir a la vista como signo de rebelión y de empoderamiento, empuñando su feminidad. Mostrar piel era el fetiche de Madonna y sus transparencias lo demuestran.
Y, por supuesto, no nos podemos dejar la mención a las mallas de ciclista, ya fuera con una cazadora vaquera lavada a piedra, una chupa de cuero o debajo de una falda, combinadas con las botas moteras. Una apariencia que contrastaba con el icónico atuendo de Like A Virgin, con ese body de encaje blanco, la falda voluminosa de tul, los guantes a juego, el cinturón que decía «bot toy» y los rosarios. Aunque ella sabía cómo sacar a todo su lado más punk.
A este histórico momento, le sucedió otro que pasaría a los anales de la moda, el look a lo Marilyn Monroe en Diamonds are a girl's best friend, en su video musical Material Girl, donde vestía el impresionante vestido de satén fucsia con diamantes de lágrima. A raíz de esto, la obsesión de Madonna por imitar a la actriz se hizo latente en sus múltiples apariciones públicas posteriores, asimilándose hasta el punto de llevar el mismo peinado y maquillaje.
Si esto era ya suficiente muestra de provocación, después el máximo escándalo vino... (¡Pongámonos todos en pie!) El corsé cónico. Aplausos, por favor, Aplausos. Madonna lo llevó por primera vez en los American Music Awards de 1985 y sería el comienzo de una colaboración con el modisto Jean Paul Gaultier, que duraría hasta día de hoy. Para cerrar la década de los 80, la cantante recuperó el bustier puntiagudo en una nueva versión rosa satinada (subastado en Christies por 48.000 libras). Gracias a ella, ahora podemos vestir ropa lencera para salir a la calle.
Para las «Material girls» o las «Papa don't preach me», Madonna tiene looks para todos los gustos y seguro que también te ves influida por ellos a la hora de elegir un outfit, aunque no lo sepas. Felicitemos a la cantante por tanta aportación al mundo fashion (y por su cumple).
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HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.