SIETE AÑOS SIN VER ESTA JOYA
SIETE AÑOS SIN VER ESTA JOYA
El presidente de la República Federal de Alemania, Sr. Frank-Walter Steinmeier y su esposa, la primera dama Sra. Elke Büdenbende, comenzaron una esperada visita de Estado a nuestro país con la agenda llena de actividades. Por la mañana fueron recibidos oficialmente con honores militares por los reyes Felipe y Letizia en el Palacio Real de Madrid, donde se celebró el plato fuerte: la cena de gala.
Esta cena de gala en honor del Presidente alemán y la Primera Dama llega en un momento especialmente delicado para la familia real por al publicación de las memorias del rey Juan Carlos. Sabemos que la reina Letizia sintió cierta tristeza al comprobar que el emérito la considera responsable de la falta de armonía familiar y así lo consigna en 'Reconciliación', el volumen que se publica la semana que viene en España.
Sea como fuere, la cena de gala que se celebró en el Palacio Real supuso la reafirmación de una Reina a la que poco, muy poco, se le puede criticar. Supo a un golpe sobre la mesa después de unos días duros, que culminaron con un almuerzo familiar y multitudinario en El Pardo. Letizia se vistió más regia que nunca para el matrimonio alemán, con una tiara que solo ha llevado dos veces y que no veíamos desde hace siete años. Nos encantan este tipo de actos, ya que son la ocasión perfecta de ver a Letizia con sus looks más espectaculares.
La reina Letizia no decepcionó y, además de la maravillosa tiara Cartier, estrenó un vestido negro adornado con pedrería que la reconcilia con los atuendos de gala. La Reina no termina de convencer con los enormes vestidos que suele lucir cuando acompañan a una de sus tiaras históricas, casi siemrpe demasiado grandes para una silueta como la suya. Esta vez eligió un diseño de corte largo y recto, que caía de forma fluida hasta el suelo y con un vuelo, gran acierto, muy discreto.
El impactante vestido que la reina Letizia estrenó en la cena de gala con el Presidente alemán y su Primera Dama supone una actualización de los diseños con grandes volúmenes que hemos visto últimamente. Lleva un escote cuadrado, limpio y estructurado, al que añade unas pequeñas mangas cubiertas con las mencionadas aplicaciones de pedrería . La textura en los hombros crea un contraste sutil pero lujoso con el tejido liso del resto del vestido. Cuenta con una ligera cola y se ajusta al cuerpo, creando una silueta elegante y minimalista.
Sin embargo, el elemento protagonista de su look no podía ser más que la imponente tiara Cartier, una pieza diseñada en 1907 para la reina Victoria Eugenia. La recibió en herencia a su hija María Cristina, pero el rey Juan Carlos pudo llegar a un acuerdo económico para que volviera al joyero real (no al lote de joyas de pasar). De hecho, se convirtió en una de las favoritas de la reina Sofía. Realizada con perlas y diamantes, su diseño está inspirado en motivos egipcios.
Sí podemos consignar dentro del conjunto de joyas que pasan de una reina española a la siguiente (de ahí la denominación 'joyas de pasar') los pendientes de chatones con los que la reina Letizia acompañó este imponente look de gala. Pueden ser los pendientes de diamantes más espectaculares en posesión de los Borbón.
Otro giro clásico que nos convence muchísimo fue la elección de un moño bajo, perfectamente pulido, para sujetar la tiara. No quedan tan realzadas con la melena suelta y ligeramente rizada con la que la reina Letizia nos sorprendió recientemente. Aquí, además de lucir estratégicas canas que le proporcionaban aún más empaque, acertó con una maquillaje suave, con dominio de un rosa de acabado satinado. Imponente.