15º aniversario
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Un 19 de junio de 2020, Victoria de Suecia prometía amor eterno a Daniel Westling en la que fue la gran boda royal de ese año. La cita nupcial reunió a lo mejor de la realeza europea y se convirtió en el evento más comentado de la época. Y no, no solo por el vestido de novia o por el hecho de la que princesa heredera ya tuviera un cónyuge, sino por la presencia, como decimos, de rostros royal que elevaron el caché. Y sí, entre ellos había representación de la monarquía española con una reina Letizia que se convirtió en protagonista, aunque esta vez no de manera positiva.
Por aquel entonces, la princesa de Asturias estaba empezando a despuntar estilísticamente hablando. Su posición como futura reina de España hacía que todas las miradas se posaran en ella y cada look elegido comenzaba a ser medido al detalle. Y en esa exposición internacional, el listón estaba muy alto y las exigencias sobrepasaron a una doña Letizia que no salió bien parada para la prensa europea.
A pesar de estar guapísima y lucir elegantísima, Letizia no gustó demasiado para los críticos de moda y fueron varios los que señalaron la elección de la que fue periodista. De brazo de Felipe y junto a la infanta Elena, la infanta Cristina y la reina Sofía, llegó a la boda dispuesta a colarse en la lista de las mejor vestidas, un objetivo fallido que no tardó en acaparar titulares.
La reina se decantó por un vestido de nude de manga corta y cubierto de flores de gasa en acabado 3D, de Felipe Varela. Era un diseño cubierto por una muselina en este tono pálido que estaba adornada con un bordado con pétalos de geranio y rosas y miniclaveles en tul. Era una prenda preciosa, pero lo cierto es que no la más favorecedora para la entonces princesa.
El problema, probablemente, fue el color. Para empezar, se trataba de una tonalidad muy clara que se confundía con la piel de Letizia y que hacía que esta se viera aún más pálida. Por otro lado, era un color muy parecido al que llevaba la reina Sofía en la cita.
La emérita deslumbró entonces con un vestido rosa palo de Valentino, un tono muy parecido al de Letizia, lo que provocó que esta elección se colocara como un error de protocolo que evidenció, según algunos, la falta de sintonía entre ellas. Un fallo de comunicación o un detalle que no tuvieron en cuenta, pero sea como fuere, el resultado fue criticado y no muy bien visto.
De escote cuadrado y manga corta, este vestido de gala fue combinado por complementos a tono. Letizia escogió la opción del look monocolor y añadió unas sandalias de tacón de plataforma, un bolso bombonera y un chal, todo en la misma tonalidad rosa pálida.
El accesorio protagonista y el único acierto del look fue el uso de la tiara floral, la pieza que fue un regalo del general Franco a la reina Sofía con motivo de su enlace y que le hemos visto en varias ocasiones desde entonces. Es una alhaja de la firma Mellerio, confeccionada en platino y diamantes talla brillante y talla perilla y que la infanta Cristina llevó el día de su boda con Iñaki Urdangarín.
Y ni los pendientes de diamantes que sus suegros le regalaron ni la pulsera de inspiración griega de Cartier consiguieron robar protagonismo a la tiara. Una joya que iba posada sobre un elaborado recogido que tampoco se salvó de la crítica. Este era un moño bajo con mucho volumen y que iba acompañado de una trenza de raíz en el nacimiento del pelo. Quizás el más es más no era una buena opción.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.