Hace mucho calor, pero yo siempre visto elegante: trucos y los básicos más fresquitos

Vestir bien cuando hace frío tiene su mérito, pero hacerlo con treinta y cinco grados a la sombra es otro nivel. Porque el calor se mete en la ropa, en el ánimo y en las ganas. Sin embargo, hay una forma de sobrevivir al verano sin renunciar al estilo. ¿La clave? Entender que la elegancia no desaparece con la manga larga, simplemente se adapta.

El consejo de los expertos es que apuestes por colores claros como el blanco o el beige, que huyas de prendas ceñidas y que escojas cortes que permitan que corra el aire. Recógete el pelo, hidrata la piel, deja los tacones imposibles y súbete a unas sandalias sencillas. El objetivo no es parecer salida de una campaña, sino moverte con seguridad (aunque el mundo se derrita a tu alrededor).

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Para conseguirlo, basta con tener un pequeño arsenal de básicos infalibles. Esas piezas que funcionan una y otra vez, que no pesan, no se arrugan, no marcan y siempre quedan bien. De las que no pasan de moda, a pesar de que sí lo hagan los años y las temporadas.

Vestido blanco de lino de Mango, 49,99 euros. Es ligero, respira y siempre queda bien. Puedes llevarlo con alpargatas, con sandalias planas o incluso con un moño alto y labios rojos. El blanco refleja la luz, resalta el bronceado y tiene ese aire de vacaciones en la Toscana que automáticamente eleva cualquier look.

Conjunto de dos piezas fluidas de Massimo Dutti: pantalón 79,95 euros y top 49,95 euros. El truco está en que el tejido sea fresco (lino, viscosa, popelín de algodón) y que las prendas no sean ajustadas. Los conjuntos monocromas tienen ese punto de look pensado sin esfuerzo que, además, podrás mezclarlos con otras piezas y sacarles el doble de partido.

Falda midi con caída de Zara, 39,95 euros. Es perfecta para moverte por la ciudad sin tener sensación de estar disfrazada. Llévala con una camiseta básica metida por dentro o un top de tirantes finos. Añade unas sandalias de tiras, un bolso pequeño y voilà. Look de diez.

Camisa oversize de lino de Ralph Lauren, 100 euros. Blanca, azul celeste, a rayas o en crudo. La camisa masculina de lino es ese comodín que lo mismo te sirve para una cena informal que para ir a la oficina. Remángala, desabróchala un poco y llévala por dentro o anúdala a la cintura.

Vestido lencero negro de Scalpers, 39,90 euros. Con tirantes finos y escote limpio, el vestido lencero es la versión más pulida del no tengo nada que ponerme. Perfecto para una noche de verano, una cita o incluso para un evento.

Sandalias minimalistas de piel de Tommy Hilfiger, 89,90 euros. Atenta: planas, cómodas, y sin florituras. No necesitas más. Completan cualquier look, y si las eliges bien, duran veranos y veranos sin que pasen de moda. Como todo lo que merece la pena.

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