Stradivarius apuesta por el estampado tendencia para cuatro prendas que no pueden faltar en tu armario de invierno

Atesorar en el ropero uno de esos abrigos que es capaz de combinar con todo no es una tarea fácil. Sin embargo, en ocasiones aparece una pieza con la que se obra el milagro. Por eso, tras un exhaustivo repaso a las tendencias que marcan la pauta en lo que a abrigos se refiere y de ver cómo algunas sorpresas se han colado en el podio de los más solicitados, como es el caso de la capa, podemos afirmar que los cuadros son el estampado infalible. Aunque el repertorio y la variedad que abarca esta categoría son amplios, lo que queda claro a primera vista es que la inspiración británica está muy presente en estos abrigos, que nos recuerdan a un pintoresco cuadro bucólico enmarcado por la campiña inglesa. A partir de este sugerente denominador común estético, las formas y los patrones divergen de todas las formas imaginables.
Desde una gabardina hasta una chaqueta tres cuartos o un maxiabrigo de lana. Cualquier formato es bueno si de lo que se trata es de estamparle cuadros, ya sean escoceses, en damero o príncipe de Gales. A continuación te proponemos los mejores diseños vistos en directo sobre las aceras de las ciudades más fashion y con los que se demuestra la teoría de que no hay prenda que se le resista a un abrigo de cuadros. Toma nota.
Los detalles de pelo están a la orden del día y esta pieza en tonos pastel destila acordes románticos que contrastan a la perfección con un par de botas militares.
En el lado más casual de la tendencia, un pieza tres cuartos con estampado de microcuadros es capaz de encontrar puntos en común con una sudadera con capucha.
De piel, con forro de borrego y un llamativo efecto ajedrezado en tonos bicolor. Los accesorios también se decantan por el espectro más neutro de la paleta.
A Alexa Chung las tendencias nunca la pillan desprevenida, algo que la inglesa demuestra con este abrifo de Dior, de impacable factura campestre.
La gabardina siempre será un clásico irreemplazable, y como la experta que es, sabe sacudirse la seriedad y mirar hacia el futuro mezclándose con un par de vaqueros y una camiseta estampada.
La sastrería tradicional masculina se convierte en una apuesta segura cuando se invierten los códigos y se plasma el estampado de pata de gallo en un abrigo tres cuartos recto que se combina con un look de dos piezas blanco.
Las formas oversize y descontracturadas son perfectas para decantarse por un chaqueton XL y jugar a mezclarlo con accesorios declinados en gris.
No todo iban a ser cuadros escoceses y pata de gallo. La genialidad de Jonathan Anderson está detrás de esta impecable prenda de Loewe en la que los cuadros están formados por parches de piel y tela, con solapas y puños desmesurados.
El estampado Vichy llevado a sus cotas más altas, magnificado y combinado con otro estampado atrevido donde los haya, la serpiente, en un par de botas de caña alta.
Un domingo cualquiera de relax también admite la compañía de un abrigo de cuadros, con un jersey de cuello alto, botas de combate y bandolera en tonos blancos. Sin olvidar una gorra de beisbol.
Una versión elegante y femenina, entallada en la cintura y de largo asimétrico, perfecta para un look monocromático, joyas doradas y minimalistas y accesorios pequeños pero llamativos.
De nuevo una faceta más masculina del abrigo de cuadros, a la que se añaden un par de pantalones de cuero negro, salones de tacón alto y un microbolso para darle el giro sofisticado y femenino para cualquier jornada cotidiana.
La excentricidad es un patio de recreo en el que el abrigo de cuadros sabe darlo todo. Aquí da su faceta más naif y vintage, gracias a un llamativo tono amarillo y accesorios de esencia retro: una boina francesa, merceditas metalizadas y medias de lunares.