Intentar adelgazar no es sencillo. Si tu objetivo es perder peso tienes que tener muy claro qué tipo de comida te va a ayudar a llegar a esa meta y qué tipo de alimentos te lo van a poner difícil. Pero incluso distinguir unos de otros tampoco es una tarea sencilla, porque en muchas ocasiones hay productos que parecen sanos, pero en realidad no lo son. Nuestro consejo es que hagas caso a los expertos, llenes tu despensa de los productos que han demostrado acelerar el metabolismo y tengas en cuenta en tus menús los alimentos que encontrarás a continuación: han demostrado ser los mejores para conseguir adelgazar a lo largo de los años.
Están buenas, son una fuente increíble de antioxidantes, poseen fibra, aportan agua, ayudan a sentirte saciada y puedes comerlas hasta crudas. ¿Alguien da más? En realidad, no, porque si además te animas a asarlas y convertirlas en la guarnición de tus platos según la Universidad de Arkansas multiplicas la cantidad de antioxidantes que poseen (y siguen estando buenas).
Aquí llega otra buena opción para tus desayunos de increíble poder saciante: el yogur griego. A todas las ventajas de los lácteos enteros (vitaminas A, D, E y K) el yogur griego (siempre que sea de buena calidad y no esté edulcorado) ha demostrado ser un buen aliado de las personas que quieren perder peso. ¿Por qué? Porque por la misma cantidad de producto aporta a la dieta el doble de proteínas que un yogur natural normal. Y a más proteínas, más poder saciante comiendo menos cantidad de comida.
Aderezar tus ensaladas o las verduras asadas con vinagre te puede ayudar a perder más peso. El motivo es que si tomamos vinagre antes de comer alimentos que contengan almidón sus compuestos son capaces de bloquear la respuesta glicémica del almidón hasta en un 40%, lo que hace que haya un tanto por ciento de hidratos ingeridos que no acaban en nuestro organismo almacenados como grasa. ¿Magia? No, vinagre.
Según un estudio publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry los componentes del té verde son capaces de frenar la obesidad y contribuyen a reducir los biomarcadores de inflamación del organismo. Según esta investigación, sus antioxidantes contribuyen a la mejora de la flora intestinal y esto repercute positivamente en la forma en que el cuerpo gestiona las grasas y las calorías.
Su sabor no entusiasma a todos (y si tomas medicación debes tener precaución antes de tomarlo porque puede provocar reacciones combinado con algunos fármacos), pero no cabe duda que es uno de los campeones de las dietas de adelgazamiento. La mayoría de su composición agua y fibra, lo que llena nuestro estómago, es más bajo en calorías que el resto de cítricos y además posee una sustancia que le echa una mano a la insulina, la hormona responsable de cómo acumulamos la grasa.
Aunque tienen fama de engordar, en realidad el plátano es una buena aliada de cualquier dieta. El secreto de éxito se encuentra en que aportan un tipo de almidón que no solo se digiere más lentamente que otros hidratos (lo que reduce la sensación de hambre) sino que además estimula al hígado para que queme las grasas de nuestro organismo de una forma más eficiente.
Vale, son caros, pero puestos a darte un capricho cuando estás a dieta invierte ese dinero en piñones y no en helados light. A cambio obtendrás una buena cantidad de ácidos grasos capaces de hacer funcionar las hormonas de la saciedad y de manganeso, el mineral que contribuye a metabolizar los hidratos
Cuando sepas que la pectina que contiene la manzana te ayuda a controlar el apetito y te hace consumir menos calorías en tus comidas vas a convertirte en la fan número uno de esta fruta. Además, por supuesto, posee fibra y es rica en antioxidantes que luchan contra la inflamación provocada por la grasa que te sobra. eso sí, hay que comerlas enteras, nada de compotas ni purés. Prueba a incluirlas en tus ensaladas o como postre.
No queremos que te pongas a comer limones, pero sí que los emplees más a menudo en tu cocina. Los limones aportan sabor sin calorías a todos los platos que te puedas imaginar, desde aderezos de ensaladas y pastas a asados e incluso te pueden ayudar a que bebas más agua si la saborizas con unas rodajas de limón. Gracias al poder del limón, la comida de régimen gana en sabor y te hace un poco más feliz.
Un régimen saludable para perder peso no puede prescindir de la proteína de alta calidad que aportan los huevos. Además de ser muy versátiles y fáciles de hacer (además de económicos) los huevos proporcionan pocas calorías y muchos beneficios: apenas 80 calorías cada uno de ellos y un poder saciante mayor que ninguna otra cosa que pongas en tu plato para desayunar. Si quieres perder peso pásate al desayuno continental de tortilla y huevos revueltos.
Cierto es que su temporada en el mercado es corta, pero si tu régimen coincide con su presencia en la frutería, no lo dudes, a por ellos. No solo porque son capaces de quitarte el capricho de dulce, sino porque los puedes incluir en ensaladas, tus tostadas mañaneras de queso fresco o en tus recetas de verduras y aportarás aún más fibra a tu dieta de la manera más dulce.
A caballo entre el mundo de las proteínas y de los hidratos las legumbres son una baza a tener en cuenta en cualquier plan de adelgazamiento que intente ser saludable. Y de entre todas ellas nosotras nos quedamos por los garbanzos por su capacidad saciante, sus hidratos de carbono de absorción lenta y su alto contenido en lecitina, que hace que el cuerpo pueda gestionar mejor la grasa que ingiere y tienda a gastarla una vez ingerida y no a acumularla.
Crudas en ensalada o cocinadas como plato principal o guarnición incluir espinacas en tu dieta es una buena idea. Esta verdura de hojas verdes no solo ha demostrado en el laboratorio y gran poder saciante gracias a su fibra, es que además se ha comprobado que las personas que consumen espinacas más a menudo tienen más posibilidades de conseguir el peso deseado (hasta un 43% más). Y lo mejor de todo es que ayudan a quemar grasa abdominal.
De todas las crucíferas (ya sabes, la familia de las coles que si se consumen con frecuencia han demostrado ofrecer protección contra el cáncer) la coliflor es la que menos calorías aporta por ración: apenas 25. Solo por eso deberías tenerla en cuenta, porque además en esa pequeña ración van incluidas muchas ventajas, desde C, K y B6 hasta minerales como el potasio. Si eres de las que no comen coliflor porque les hincha la tripa, prueba a hacerla ligeramente al vapor antes de cocinarla.
Quién te iba a decir que estando a dieta podías comer algo llamado mantequilla. Pues sí, el tentempié favorito de las series infantiles americanas es compatible con un régimen destinado a perder peso siempre que cumpla unos requisitos: que solo tomes dos cucharadas y que esté confeccionada solo y únicamente con cacahuetes (es decir, que en la etiqueta ponga en los ingredientes cacahuetes y nada más, nada de gelificantes, siropes, azúcares…). Si la compras de este tipo la mantequilla de cacahuete aportará a tu dieta solo 45 calorías, proteínas, magnesio, cobre y mucho sabor.
Si eres fan de las patatas pásate a los boniatos. Las patatas no tienen buena prensa entre los nutricionistas cuando estás a dieta, pero los boniatos son otra historia. Son bajas en calorías (unas 100 por boniato de tamaño medio) y poseen un índice glucémico bajo, lo que les permite generar sensación de saciedad. Además, son ricos en vitamina C y vitamina A.
Te puede servir para hacerte un desayuno, puedes molerla y utilizarla como sustituta del pan rallado en tus recetas, puedes usarla para hacer galletas… la avena integral es el complemento que necesitas en tu despensa si quieres perder peso. Es baja en calorías, contiene mucha fibra y ayuda a prevenir los picos de azúcar lo que hace que controles mejor los ataques de hambre. Eso sí, tampoco la comas todos los días o puede hincharte la tripa y eso no es lo que queremos.
Si vas a escoger un hidrato en tu dieta baja en hidratos que sea el arroz integral. Como le sucede a los plátanos, el arroz integral posee un tipo de almidón que asociado a la fibra que contiene hace que se digiera de forma más lenta produciendo menos picos de azúcar en sangre (esos que hacen que te entren ganas de comer a los diez minutos de haber terminado tu comida). Además, ayuda a llenar el estómago aportando pocas calorías a la dieta.
Son las campeonas del mundo de los frutos secos porque además de aportar mucha fibra a la dieta (lo que contribuye a buena salud intestinal y hace felices a las bacterias buenas tu microbiota, esa que te ayudará a perder peso), aportan pocas calorías aunque comas una buena cantidad de ellas: 163 calorías en 23 almendras. eso sí, debes comerlas crudas, nada de tostadas ni fritas.
El agua no tiene calorías, ni te hace engordar ni te hace adelgazar. ¿De verdad? En realidad, el agua es necesario para la vida y debería ser nuestra bebida de elección siempre. En diferentes estudios se ha señalado que beber agua se asocia con mayores pérdidas de peso en personas que están a régimen. Incluso hay una investigación alemana que apunta a que beber dos litros de agua al día ayuda a quemar 95 calorías adicionales al día… y si estamos a dieta todo cuenta. Para disfrutar de este beneficio no hace falta ni hacer recetas raras con el agua ni plantearse cupos de líquidos a ingerir ni confeccionar extraños horarios: basta con abrir el grifo y beber cuando tengas sed.