Ya están aquí: tatuajes temporales con olor

Acaban de aterrizar en Nueva York. En realidad, los ha inventado una artista del tatuaje local, Vincent Jeannerot, inspirada por su propio gusto personal a la hora de dibujar sus diseños: le encantan las flores. El invento no puede ser más ocurrente: Jeannerot hace que la flor que decore la piel huela exactamente igual que lo haría la flor de verdad. ¡Magia!

Los tatuajes pueden ser exclusivos y personalizados. De hecho, uno de los últimos ejemplos que ha colgado en su perfil de Instagram fue un encargo de una de las comisarias del museo Guggenheim, quien le solicitó varias plantillas olorosas con peonías rosas para impresionarlas en su piel y también en una pared de su casa, no sabemos si porque iba a dar una fiesta y quería epatar con la ambientación olorosa.

Otros tatuajes, los más demandados por ellos, apuestan por una inspiración herbal: romero, tomillo, salvia... Al igual que las flores, el olor solo dura un par de días y luego va desvaneciéndose junto con el tatuaje mismo. Y si a las pocas horas terminamos un poco hartas del insistente perfume, siempre podemos quitárnoslo con agua y jabón.