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El planeta tierra tiene 4500 millones de años y nuestra civilización acaba de aparecer, prácticamente, en el último suspiro de este inmenso abismo temporal. Durante este periodo, la vida sobre la tierra ha estado a punto de desaparecer –por choques de meteoritos, erupciones volcánicas o la formación de continentes– en cinco ocasiones. Si no que se lo pregunten a los dinosaurios... Según diversos expertos, la sexta extinción masiva puede que no esté muy lejana ¿Será un virus la causa esta vez?
Hace 100 años, una inesperada mutación del virus de la gripe originó una pandemia que causó millones de muertes en todo el mundo. Por todos son conocidos los efectos devastadores del Sida, y nos hemos olvidado casi de otros acérrimos enemigos del ser humano, como el virus de la viruela, que está erradicado en la actualidad. Los virus nos acechan y, a pesar de las mejoras socio-sanitarias, como las campañas de vacunación o la aparición de fármacos nuevos, siguen siendo una amenaza potencial de dimensiones desconocidas. Y mejor ni pensar en la guerra biológica o el bioterrorismo.
En el año 2014, le tocó al virus del ébola. Este virus pasó de ser algo lejano, que veíamos con estupor solamente en documentales de lejanos países africanos, a ver cómo dos misioneros españoles acabaron falleciendo por esta enfermedad causada por este agente patógeno. También está el caso de Teresa Romero, un miembro del equipo médico que participaba en el tratamiento de los pacientes con ébola, se infecto con el virus constituyendo el primer caso de contagio fuera de África a nivel mundial. Teresa salvó la vida, a pesar de estar al borde de la muerte. Su perro, Excalibur, no corrió tanta suerte y tuvo que ser sacrificado, apresuradamente, sin confirmar si estaba infectado o no. Este hecho llevó a una gran ola de protestas en la calle por el trato que recibió el animal.
Este mes de junio ha comenzado con un nuevo brote de ébola, con epicentro en el Congo. De momento, van 27 muertes, incluida la de una enfermera. Tenemos que ver cómo evoluciona esta nueva epidemia, porque estas cosas se sabe cómo empiezan, pero no como acaban.
Numerosos personajes famosos han prestado su imagen en campañas a favor de la investigación y el tratamiento de la infección producida por ébola. Podemos poner ejemplos como Naomi Campbell, Alicia Keys y el exprimer ministro británico Tony Blair. Las 'celebrities' nacionales han estado más perezosas a la hora de apoyar esta causa.
El huésped del virus es una especie conocida como murciélago de la fruta. En esta especie ha residido durante millones de años, manteniendo una eterna lucha en la que, a veces, el virus mataba al murciélago, y otras pasaba lo contrario. El contagio se produce por contacto con animales muertos en la selva: los mencionados murciélagos, chimpancés, gorilas, antílopes...
Posteriormente, se realiza de persona a persona, por interacción con fluidos corporales: sangre, sudor, semen o cualquier otro. El periodo de incubación es de ocho a 20 días y el virus se vuelve contagioso con los primeros síntomas. Los afectados pueden transmitir el virus, mientras esté presente en sangre u otros fluidos, incluso hasta durante nueve meses.
La enfermedad comienza como una gripe con fiebre, malestar general, tos... Y continúa con hemorragias internas y externas, seguidas de fallo multiorgánico. Esta infección tiene una mortalidad altísima, entre el 50 y el 90%. En la actualidad, no hay ningún tratamiento eficaz. Se están ensayando vacunas, antivirales y sueroterapia, con resultados prometedores en algunos casos.
En caso de viajar a zonas endémicas o de estar cerca de alguna persona con posibilidad de estar contagiada, hay que evitar todo contacto y avisar a las autoridades sanitarias más próximas. En caso de que llegue a nuestro país alguna persona infectada, existen unidades de aislamiento de alto nivel disponibles. Además, la OMS tiene una red mundial de alerta y respuesta ante brotes epidémicos.
- Qué es el ébola, cómo se contagia, cómo se previene y cómo se cura
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.