Cuidado con la electricidad

David Saldaña Publicado · 1 de septiembre de 2018, 10:10 h

sta semana hemos leído que el cantante Manu Tenorio está ingresado debido a unas quemaduras de segundo grado en el torso y los brazos debido a una descarga eléctrica sufrida en su domicilio. Parece que el gremio de los cantantes y músicos es un colectivo con tendencia a sufrir accidentes relacionados con la electricidad. Ha habido casos dramáticos de algún fallecido en el escenario durante una tormenta, e incluso el famoso cantante francés Claude François, compositor de la música de la canción ‘My Way’ (‘a mi manera’), popularizada por Frank Sinatra, falleció electrocutado.

Los accidentes relacionados con la electricidad más frecuentes son los domésticos, con corrientes de baja tensión que en nuestro país son 230 V (50 Hz). Los efectos que tiene la electricidad sobre el cuerpo humano varían dependiendo de las circunstancias y el tiempo de exposición a ella. Hay que tener en cuenta que la electricidad estimula los músculos flexores, lo que muchas veces produce un agarre a la fuente de corriente sin que nos podamos soltar de ella, prolongando la exposición y aumentando los posibles daños.

Caso aparte son las zonas o instalaciones de alta tensión. Todos las hemos visto señalizadas con llamativos carteles amarillos, ya que suelen estar en recintos aislados y acotados. La característica principal es que, al tratarse de alta tensión, no es preciso un contacto físico directo con la fuente de la electricidad. Esta se puede transmitir desde la fuente a través de un arco eléctrico –voltaico–, que circula por el aire cuando nos acercamos en exceso a la zona o los cables por los que circula la corriente eléctrica.

Estos accidentes son mucho más graves y en un elevado porcentaje pueden ser incluso mortales. Algo parecido ocurre con los rayos. Los accidentes con estos fenómenos meteorológicos suelen ser muy severos, provocando grandes quemaduras o parada cardiorrespiratoria, de ahí que en la cultura popular se escuche aquello de que le caiga un rayo al peor enemigo.

En cuanto a los daños que puede producir la corriente eléctrica sobre el organismo son muy variados. Los más comunes son las quemaduras en el punto de entrada y salida de la corriente (como ha sido el caso de Manu Tenorio). Estas quemaduras pueden llegar a ser graves dependiendo de su extensión y grado e incluso pueden requerir de ingreso en unidades especializadas para quemados. También se puede producir parálisis de la musculatura de las extremidades, parada cardiaca o respiratoria y fracturas óseas debido a las contracturas musculares o las caídas a consecuencia de estas, etc.

Cuando asistimos o socorremos a una persona electrocutada hay que procurar no electrocutarnos nosotros también. Es preciso separar a la persona de la fuente de la electricidad y, si no se puede, tratar de cortar esta. Mucha más precaución se ha de tener en las zonas de alta tensión por la posibilidad de que se forme un arco eléctrico. Será necesario entrar aislado y posiblemente cortar previamente la corriente eléctrica de la subestación. Una vez logrado esto, comenzarán las medidas de reanimación y soporte necesarias, como por ejemplo, la reanimación cardiopulmonar si se precisa.

La electricidad no solo causa daño sobre el cuerpo humano. Hoy en día es un elemento fundamental en la medicina. Cada día se salvan miles de vidas en el mundo gracias a los desfibriladores que, mediante choques eléctricos, hacen que un corazón parado vuelva a funcionar. También miles de personas se pueden operar gracias al bisturí eléctrico que permite intervenciones quirúrgicas antes imposibles, evitando las hemorragias.

Sea prudente con la electricidad. En este caso, como en otros, es mejor prevenir que curar.

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