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Si es usted mujer, está entre los 40 y 70 años, y comienza con molestias a nivel del hombro o rigidez en esta parte del cuerpo, esté atenta porque podría padecer de ‘hombro congelado’.
Según diversas estadísticas, este tipo de enfermedad la sufrirá entre un 3 y un 5% de la población, pero un 80% de los casos lo tendrán mujeres, especialmente después de los 50 años, coincidiendo con la llegada de la etapa de la menopausia.
El dolor puede aparecer de forma brusca sin una causa que lo justifique. Las molestias suelen predominar por la noche y, al cabo de un tiempo, la persona que lo padece comienza a sentir una dificultad para la movilización del hombro como una especie de rigidez, de ahí el nombre: enfermedad del hombro congelado (capsulitis adhesiva o retráctil).
Esta rigidez puede alcanzar un punto en el que no se pueden realizar los movimientos habituales tales como elevar el brazo por detrás de la cabeza para rascarse la espalda o abrocharse el sujetador o el delantal, por ejemplo. La causa que produce esta enfermedad es una inflamación en la cápsula de la articulación del hombro, lo que dificulta los movimientos de los ligamentos a este nivel.
Existen situaciones que pueden predisponer a la aparición de esta enfermedad, por ejemplo la menopausia y los cambios hormonales que la acompañan, la diabetes, las enfermedades de tiroides o haber padecido alguna lesión previa en el hombro.
Hay que estar muy atento a la aparición de los síntomas, ya que si esta enfermedad se trata precozmente los resultados pueden mejorar y la duración puede reducirse considerablemente.
La recuperación, una vez iniciado el tratamiento, suele ser total, aunque es lenta, de 6 meses a 2 años. Se han descrito casos de recuperación espontánea, pero es recomendable acudir a un traumatólogo ya que el tratamiento reducirá los síntomas, aunque persista la rigidez.
El tratamiento dependerá de la fase en la que se encuentra la enfermedad. En la etapa inicial, conocida con el nombre de fase inflamatoria o dolorosa, será fundamental el tratamiento con analgésicos y antiinflamatorios, junto con reposo relativo y movilización ligera. Durante la fase de congelación, serán fundamentales los ejercicios de rehabilitación pautados por un especialista así como también aprender una serie de maniobras que podamos realizar en casa para disminuir la rigidez, el seguimiento será fundamental para evitar recaídas. Muchas veces con este tratamiento será suficiente, pero en determinados casos será necesario realizar una cirugía. La intervención quirurgica indicada en estos casos es la artroscopia del hombro con la que se liberarán los ligamentos y así mejorará su movilidad.
Existen otras enfermedades con una sintomatología similar al hombro congelado. Por ejemplo, tenemos la enfermedad del hombro doloroso, la diferencia es que en esta última el dolor está provocado por movimientos repetitivos de elevación del hombro que suelen darse al practicar determinados deportes o bien por malas posturas en el trabajo, etc. El tratamiento en estos casos será muy similar al del hombro congelado, incluso en casos graves puede ser necesario la realización de una artroscopia del hombro para mejorar la movilidad y evitar el rozamiento del tendón que causa la enfermedad. Hay que señalar que en nuestro país existen numerosos equipos especializados con gran experiencia en el tratamiento de la patología de la articulación del hombro.
Si padece un dolor de hombro no deje de visitar a su médico, existen enfermedades más graves que las anteriormente descritas, por ejemplo algunos cánceres de pulmón pueden producir síntomas similares.