El virus contraataca: la sombra del rebrote

David Saldaña Publicado · 1 de julio de 2020, 08:36 h

Esta semana ha comenzado la nueva normalidad. Después de más de tres meses en estado de alarma podemos ocupar las terrazas, los restaurantes, las tiendas, los cines, volvemos lentamente a nuestros trabajos... pero con ella llegan los temidos rebrotes. En España, por el momento, ha habido 36 nuevos focos. El que más preocupa es el Huesca, con decenas de casos, que ha obligado a cuatro comarcas a volver a la fase dos. También ha habido rebrotes en el País Vasco, Andalucía Valladolid...

En otros países está ocurriendo el mismo fenómeno. En Pekín existe un extenso rebrote que ha obligado a aislar a cientos de miles de personas y realizar exámenes masivos para tratar de controlarlo. Algo parecido ocurre en Alemania, en Berlín, dónde se ha aislado un distrito entero. Hemos podido ver imágenes impactantes de la policía colocando alambradas para evitar el movimiento de la población. También hay brotes en Italia y más de 70 en Francia.

Muy sonado ha sido el caso de la infección del tenista Djokovic, número uno mundial, después de un torneo en la ciudad de Belgrado donde apenas se tomó ninguna medida de seguridad y dónde hemos podido ver imágenes en una discoteca sin ningún control. El resultado, de momento, son cuatro tenistas infectados además de la mujer de Djokovic, Jelena.

En la mayoría de los rebrotes podemos encontrar elementos comunes. Han ocurrido en lugares de trabajo con hacinamiento cómo mataderos o en la recolección de productos hortofrutícolas por trabajadores temporeros. Otros, como el de Fuerteventura, se han relacionado con inmigración ilegal por la llegada de pateras. Parece que el genoma del virus del rebrote de Pekín es de origen europeo, es decir, también relacionado con el movimiento de personas. Otros brotes están relacionados con reuniones o fiestas descontroladas sin las adecuadas medidas de protección.

La gente se pregunta angustiada. ¿qué puede pasar? Hay que ser cautos; 'cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar'. No hay más que ver países que nos han precedido como China o Italia, con focos nuevos extensos. Por consiguiente no sería de extrañar que en España apareciera una nueva recaída mayor que las actuales, que obligará a desescalar una gran cantidad de población. Hay que tratar de evitarlo, por el bien de todos.

También hay que decir que la situación sanitaria que tenemos en la actualidad, es muy diferente a la que existía en los meses de febrero o marzo. En ese periodo, el COVID era una enfermedad desconocida. Se sabía poco sobre la manera de contagio, existía carencia de test diagnósticos y el desconocimiento acerca del posible tratamiento era absoluto. Durante estos meses, muchas de estas incógnitas se han despejado. Por lo menos las mascarillas y los geles hidroalcohólicos están ampliamente disponibles, antes no había ni en los hospitales. Véase la escandalosa cifra de personal sanitario infectado por COVID, que ha antepuesto su deber de atención a los enfermos a las mínimas medidas de protección. En definitiva, estamos mucho más preparados para luchar contra la enfermedad.

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La nueva situación implica una apertura de fronteras. Mucho ojo, el virus está descontrolado en muchas zonas: Latinoamérica, EE.UU., Rusia... Existe una iniciativa de la Unión Europea para controlar las fronteras y restringir o prohibir las llegadas desde diversas zonas, antes del día 1 de julio. Pero hay países reticentes como Grecia, que se resisten a restringir las llegadas de turistas de lugares como Rusia ya que son un importante mercado para ellos. Esperemos que la dicotomía entre salud y economía no nos haga retroceder.

Hay que insistir hasta la saciedad en las medidas preventivas: mascarillas, distancia de seguridad y lavado de manos. Sobre todo en sitios cerrados. Hay que concienciar a los jóvenes que, en algunos casos, se reúnen sin ningún control en botellones o fiestas, pudiendo convertirse en portadores asintomáticos, transmitiendo un virus que puede matar a sus padres o abuelos o llevarlos a una UCI. Es muy posible que hasta que no exista una vacuna las cosas no vuelvan a ser como antes.